Ayer (16.03.14), en la encuesta publicada por el diario El comercio, “Encuesta Nacional Urbana El Comercio – Ipsos”, reveló que el gobierno de Ollanta Humala está en caída libre y que la solución no pasa solo con abrir el paracaídas (voceros al rescate), sino que necesita un aparato médico de resucitación (gente experta para institucionalizar al Estado).

La aprobación del presidente, Ollanta Humala, ha tocado nuevamente fondo, ya que el 75% de los encuestados desaprueba la gestión presidencial, es decir, solo el 25% aprueba el trabajo del Presidente.

Del mismo modo, la aprobación de los personajes políticos cercanos al gobierno también muestra un descenso importante, como son los casos del Primer Ministro, René Cornejo, y del Ministro de Economía, Miguel Castilla, con 10% y 17% de aprobación, respectivamente. Igualmente, la aprobación de la primera dama es 27%, la más baja para Nadine en lo que va del gobierno nacionalista.

La baja aprobación del Presidente se debe básicamente a la intromisión de su esposa y presidenta del partido nacionalista, Nadine Heredia, en temas que corresponden exclusivamente al Presidente de la República y a los ministros de Estado. Recordemos que la aprobación del Presidente posfallo de La Haya fue de 33%, pero los reiterados problemas en su entorno han hecho tambalear la imagen presidencial y, al mismo tiempo, se cuestione fuertemente la autoridad de Ollanta Humala.

La participación activa de Nadine Heredia no solo se manifiesta como lideresa y co-fundadora del Partido Gana Perú, también lo hace como co-gobernante de la República al lado de su esposo. Las reiteradas posturas u opiniones de la señora Heredia le han dado al gobierno mucha inestabilidad, por ejemplo, cuando mandó callar a Luis Peirano, el entonces Ministro de Cultura; en otro momento, cuando le dijo a la prensa: “Dónde está mi ministra”,  buscando con la mirada a Ana Jara, la exministra de la Mujer; o cuando Pedro Cateriano aseguró que la primera dama le había dado luz verde para realizar algunas compras en la PNUD. Todas estas intromisiones han hecho notar que la esposa del Presidente es la que manda y da las órdenes antes que el mismo Presidente.

Las últimas intervenciones de la primera dama fueron las que más daño le hicieron al gobierno, lo que han causado incertidumbre e indignación en la población (que se refleja en el resultado de la encuesta) y problemas en el gobierno (además de la encuesta, el Congreso no dio el voto de confianza al nuevo Gabinete). Las intromisiones de la primera dama, se dio a conocer por César Villanueva; quien, luego que dejara el cargo de premier, declaró a un medio local que sí hubo coordinación entre la primera dama y el Ministro de Economía, Miguel Castilla, para sacarlo del cargo y del Gobierno. Esto se evidencia en las declaraciones que dio Heredia sobre el tema del aumento al sueldo mínimo, donde dijo que el tema no estaba en agenda; contradiciendo y desautorizando categóricamente al exprimer ministro Villanueva, quien había asegurado en una entrevista previa todo lo contrario. Posteriormente, Miguel Castilla, avalado por Heredia se encargó de darle el ‘tiro de gracia’ al expremier, Villanueva, que fue reemplazado por René Cornejo.

A nivel internacional, la primera dama también ha mostrado un poder paralelo que mantiene con el Presidente, su protagonismo siempre ha sido semejante al del Presidente; esto se evidencia en la invitación chilena para el cambio de gobierno, donde Heredia, desafiando el acto protocolar, pasó revista a las fuerzas armadas chilenas al lado de su esposo, el Presidente. Este protocolo es reservado solo para los Presidentes.

Por otro lado, la designación de Carmen Omonte, como Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, le ha valido duras críticas al Gobierno. Por un lado, porque la mencionada ministra es de las filas de Perú Posible y, por otro lado, porque la mencionada ministra tiene nexos con una empresa del rubro minero. En el primer caso, la inclusión de Omonte en el Gabinete Cornejo, ha dado a entender que hay una alianza con el líder de Perú Posible, Alejandro Toledo, quien es cuestionado e investigado por el ‘caso Ecoteva’. En el segundo caso, la conexión que existe entre Omonte y una empresa dedicada al rubro minero la inhabilitaría para ejercer un cargo de confianza, ya que según las leyes ningún funcionario puede ser parte del directorio o tener acciones en alguna empresa, esto debido a que pueden intervenir irregularmente a favor de esta. En conclusión, La inclusión de Omonte al Gabinete sumaría diez votos importantes para que el gobierno logre en el Congreso por mayoría simple (66 votos) el voto de confianza del nuevo Gabinete, sin embargo, tal movida no le han dado resultados positivos al Gobierno, ya que no lograron en la primera sesión obtener tal confianza.

A pesar de los cuestionamientos, Omonte no ha dado un paso al costado del Ejecutivo y ha respondido que no renunciará hasta que el Presidente lo disponga, lo cual no ha sucedido, y que ha empeorado todavía más la crisis política.

Estas intervenciones irregulares por encima del Presidente y las malas decisiones tomadas por Ollanta están pasándole la factura al Gobierno, que se refleja en la baja aprobación de presidente de la República y de su Gabinete, porque no obtuvo el voto de confianza del Congreso, el mismo que fue pospuesto para este lunes, 17 de marzo.

Finalmente, los altos porcentajes de desaprobación en la política del país, en este caso del gobierno, se han dado porque el Presidente no ha tenido el carácter suficiente para frenar los arrebatos de su esposa en los temas de Estado. Asimismo, Ollanta Humala no ha sabido cortar o deslindar los temas o interrogantes que le pudieran hacer daño a su imagen y, por ende, al Gobierno, así lo dio a entender Daniel Abugatas, congresista de Gana Perú, en una entrevista realizada para El Comercio, el 16 de marzo, quien, refiriéndose a Humala,  dijo que él (Ollanta) no cortó desde el principio el tema de la candidatura de Nadine. Asimismo, mientras Ollanta Humala continúe defendiendo a su esposa, no encontrará una puerta para dar solución a esta crisis política. En consecuencia, continuaremos con un gobierno inestable en permanente crisis. Parte de la solución a este caos político es trabajar para reforzar la institucionalidad del Estado, donde todos sean parte del quehacer político, pero desde el lugar que le corresponde a cada uno(a).

…_…

Puntuación: 0 / Votos: 0