Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del documento “Análisis de la situación del cáncer en el Perú, 2013”, elaborado por el Ministerio de Salud, para el 2030, en las Américas las muertes por algún tipo de cáncer “aumentará de 1.2 millones en 2008 hasta 2.1 millones en 2030”. Esto debido a cuatro factores: el primero, los malos hábitos de salud –mala alimentación, los consumos de tabaco y alcohol y la falta de actividad física–; el segundo, la detección tardía de la enfermedad o en su estado avanzado; el tercero, por el nivel de pobreza de quien lo padece, porque limita la atención en los centros de salud; y el cuarto, poca presencia del Estado, pocos centros de salud y oncólogos para atender este mal. En ese sentido, si no hay un cambio de vida en la población o si los Estados no invierten más, principalmente, para el 2030 las muertes por cáncer casi se duplicarán en las Américas.
En el Perú, las cifras proyectadas por año superan los 46 mil casos nuevos de cáncer. Las mujeres son más vulnerables. Por ejemplo, en el periodo 2006-2011, las mujeres presentaron 25 mil 762 casos (nuevos y antiguos) más que en los varones; es decir, 67 mil 838 mujeres presentaron algún tipo de cáncer, mientras que en varones fue 42 mil 076 casos. En total, el número de atendidos en dicho periodo fue 109 mil 914 casos. Para el 2025, aumentarían a más de 51 mil nuevos casos, según la proyección del INEN, pero esta cifra podría aumentar.
En el 2013, en el documento “Indicadores Anuales de Gestión del Instituto Nacional de Neoplásicas (INEN) – 2013”, en la sección Indicadores de Consulta Externa, muestra que hubo registrados 64 mil 940 atenciones, 50 mil 675 reingresos y 193 mil 444 que continúan el tratamiento; es decir, en el 2013 se atendió a 309 mil 019 pacientes.
En ese sentido, los programas de prevención y control del cáncer, que tienen “como fin reducir la incidencia, morbilidad y mortalidad así como mejorar la calidad de vida de los pacientes” no están frenando el avance de este mal. Lamentablemente, la mayor parte de los programas de lucha contra el cáncer han sido elaborados para curar o tratar la enfermedad y no tanto para prevenirla. En otras palabras, los escasos programas destinados a la prevención no han tenido resultados alentadores, pues los casos de personas con cáncer siguen incrementándose, así lo evidencia las cifras presentadas por el INEN: en el 2002 fue 35 mil 500; en el 2004 fue 39 mil 860; en el 2008 fue 42 mil 184; y la proyección para el 2025 es 51 mil 695 nuevos casos.
La prevención y la atención a los pacientes con cáncer es una deuda pendiente, pero, a la vez, es un reto que tienen todavía el Estado y más aún los gobiernos regionales con la población que padece de cáncer, y que se encuentra en situación de pobreza o extrema pobreza. Adicionalmente, los principales factores de riesgo que hacen que aparezca el cáncer o acelere su proceso destructivo y conlleve finalmente a la muerte son: los consumos de tabaco y alcohol; alimentación no saludable; el sedentarismo o falta de actividad física; exposición al sol sin protección, etc.
Las edades con mayor riesgo a contraer algún tipo de cáncer varían según el sexo, por ejemplo, en el periodo 2006-2011, el mayor riesgo que presentaron las mujeres de contraer algún tipo cáncer estuvo entre 45 a 64 años, siendo el pico más alto entre 50 y 54 años de edad. En los varones, el mayor riesgo que presentaron de contraer algún tipo de cáncer estuvo entre 60 a 79 años, siendo el pico más alto entre 70 y 74 años de edad, registrados.
En el mismo periodo, 2006-2011, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SNVE), ha registrado tres cánceres más recurrentes e invasivos: cérvix (16 374), estómago (12 217) y mama (11 340); siendo, una vez más, las mujeres las de mayor riesgo.
Asimismo, En la costa, los departamentos con mayor número de casos son en Lima-Callao, 50 mil 275; en provincia, La Libertad, 9 mil 851 casos; y el más bajo es Moquegua, 257 casos. Los casos más recurrentes fueron tres: cérvix, mama y estómago.
En la sierra, el departamento con mayor número de casos es Junín, 4 mil 101; y el más bajo es Huancavelica, 578 casos. Los casos más recurrentes fueron dos: cérvix y estómago.
En la selva, el departamento con mayor número de casos es Amazonas, mil 221; y el más bajo es Madre de Dios, 130 casos. Los casos más recurrentes fueron dos: cérvix y mama.
Como se puede observar, en todos los departamentos es recurrente el cáncer de cérvix; en la costa y en la sierra es recurrente además el de estómago; mientras que en la costa y en la selva, el de mama. Esto nos da entender que, las mujeres, sin importar la región en la que viven, deben hacerse descartes anuales de cáncer de cérvix. Asimismo, según la ubicación geográfica se debe poner más atención a los otros tipos de cáncer.
Los departamentos que son muy vulnerables al cáncer son Huánuco, Ayacucho, Huancavelica, Amazonas, Loreto y Pasco; esto quiere decir que estos departamentos necesitan intervención inmediata. Los departamentos de Piura, Cusco, Tumbes, Apurímac, Puno y San Martín, son vulnerables y se debe fortalecer o hacer pequeñas modificaciones a los programas existentes. En los departamentos de San Martín, Madre De Dios, Ancash, Ucayali, Junín, Lambayeque y Moquegua, están dentro del ámbito de poca vulnerabilidad, lo que significa que deben continuar fortaleciendo lo que ya existe. Mientras que en Tacna, Lima-Callao, Ica, Arequipa, La Libertad, están considerados no vulnerables, es decir, deben continuar con los programas existentes.
La mortalidad hasta el 2011 fue de 30 mil 832 personas en total; en este caso, el mayor número de fallecidos corresponde a los varones con 15 mil 854, mientras que en la mujeres fue 14 mil 978. Las edades en las que se produjeron el mayor porcentaje de defunciones estuvo por encina de los 80 años: 23.8 % en hombres y 23.7 % en mujeres. Los departamentos en los se presentaron mayor tasa de fallecimientos fueron Huánuco, Amazonas y Huancavelica, con 150, 137.4 y 133 por 100 mil habitantes, en cada caso, respectivamente.
En el 2013, el censo realizado para el Plan Esperanza, descubrió a 137 oncólogos clínicos distribuidos en diferentes centros de salud a nivel nacional. Lo paradójico es que en ningún departamento que tiene el más alto de número de fallecidos no cuenta con un oncólogo clínico. Del mismo modo, en los departamentos que son muy vulnerables, salvo en Loreto –que cuenta con un oncólogo clínico– ninguno otro lo tiene. Solo 13 departamentos cuentan con un oncólogo.
A la falta de especialistas se suma el equipamiento en los centros médicos de provincias. Los departamentos más vulnerables solo cuentan con uno o dos mamógrafos al igual que tomógrafos, en algunos casos, y laboratorios medianamente implementados. Estas deficiencias justificarían las altas tasas de mortalidad en estas regiones.
En conclusión, es importante tomar conciencia que esta enfermedad avanza silenciosamente y todos podemos, en algún momento, tener un cáncer. La mejor defensa es manteniendo una vida saludable y acudiendo al doctor periódicamente.
La pobreza y el desconocimiento de la enfermedad son las principales causas de muerte o secuelas, como las amputaciones de alguna extremidad. La indiferencia o la discriminación son las que empeoran la situación de los pacientes con cáncer, muchas veces por desconocimiento discriminan a las personas con cáncer, pues tienen la creencia que el cáncer es una enfermedad que se contagia por socializar con quien lo padece.
El Estado (gobierno nacional y gobiernos regionales) debe apostar más para prevenir y tratar el cáncer. La prevención en este caso tiene mayor efectividad; sin embargo, debido a la gran cantidad de personas que tienen esta enfermedad obliga a que se priorice al tratamiento.
Los distintos programas, como el Plan Esperanza, ayudan a sobrellevar esta enfermedad entre los más pobres, principalmente, pero debido a la poca información mucha gente no sabe cuál es el alcance y beneficios que ofrecen los programas, por ejemplo, el Plan Esperanza.
Finalmente, mediante la comunicación todos podemos contribuir para que esta enfermedad no avance de la manera como lo viene haciendo. La información sobre el cáncer está muy disponible como abundante en los medios electrónicos, lamentablemente las personas de escasos recursos económicos no tienen acceso a dicha información (no existe Internet o no tienen conocimientos informáticos). Es decir, conversar con la población sobre este mal es una forma de contribuir.
Hablar del cáncer ya no es hablar de muerte, por tanto, no debe ser tratado como una enfermedad tabú.
Nota: los datos o cifras mostrados corresponden al número de pacientes registrados o notificados en las instituciones de salud del país que tratan el cáncer. Es decir, las cantidades pueden ser más altas.
Fuentes:
ESSALUD: Dirección General de Epidemiología – Análisis de la situación del cáncer en el Perú 2013
INEN: Indicadores Anuales de Gestión del Instituto Nacional de Neoplásicas (INEN) – 2013
Otros sitios de interés
Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer
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