Longar es un distrito, pero más que eso es un hermoso valle situado en ceja de selva, en la provincia de Rodríguez de Mendoza – departamento de Amazonas.
Este hermoso valle, donde la sierra y la selva han congeniado para crear el paraíso preferido por los que van a esa parte del Perú, gracias a su excelente clima y vegetación y a su maravillosa gente, ha quedado, desafortunadamente suspendido en el tiempo, en cuanto a gestión y desarrollo se trata, por la incapacidad de los que han tomado literalmente en sus manos la alcaldía.
Lamentablemente, la ambición por llegar a ser alcalde se ha vuelto, desde algún tiempo a esta parte, un reto no solo personal, sino también familiar de advenedizos, charlatanes y mercachifles políticos.
Los padres y luego los hijos quieren asegurar el futuro político de sus descendientes. Para llegar a la meta, estos advenedizos en la política deben desempeñar algunos cargos donde intervenga una pizca de política, porque no importa el medio sino el fin. En ese camino para hacerse de “experiencia política”, estos personajes solo pueden demostrar su incapacidad ética y de gestión, elementos claves para la vida política que, lamentablemente, nuestros últimos alcaldes se han esforzado en empeorarlo (pero como dije “el fin justifica los medios”).
La política en mi querido Longar ha sido tomada también por charlatanes y mercachifles políticos, que juegan al rol de autoridad en el cargo de alcalde o de regidor. El Consejo Municipal, es prácticamente la segunda casa del alcalde y regidores, pero no para hacer un eficiente trabajo en gestión. Allí el trabajo gubernamental queda en segundo plano, porque la casa municipal es el club familiar, donde el alcalde y regidores van cuando pueden y salen cuando quieren. La gestión en el Municipio es cuando se quiere literalmente vender un proyecto. Cuando eso sucede, se convoca a reunión donde todos van puntualmente y se retiran una vez hecha la “repartija”. Allí no se promueven proyectos sociales que mejoren la calidad de vida de la población; ya que, por lo general, no hay grandes cantidades de dinero de por medio y, por tanto, es una pérdida de tiempo hacer ese tipo de gestión.
Desafortunadamente, la credibilidad y la aprobación final para que estos advenedizos políticos logren su objetivo dependen de la gente. Esta aprobación (que se logra con el voto) es un filtro que no funciona en nuestro querido Longar y en el Perú en general. La amistad y el compadrazgo son más poderosos que la razón. La gente mezcla estos sentimientos y hace que el panorama se vea nublado y se elige al perdedor de la anterior campaña o al “pobrecito” porque “supuestamente está siendo atacado”.
No quiero explayarme más, sin embargo no quiero terminar sin decir que no solo se debe pedir al candidato sus virtudes éticas y profesionalismo, también se debe exigir a la gente que reflexione antes de emitir su voto, ya que el votante es el filtro para que se rompa la cadena “política familiar”, de advenedizos, charlatanes y mercachifles políticos, que está muy de moda en nuestra dormida tierra…
Finalmente, depende también de los que estamos fuera de Longar, ya que somos parte de ella, para que estas adversidades se conviertan en oportunidades, pero antes hay que ponerle mucha actitud… eso no cuesta nada o en todo caso no tiene precio…
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