En política, el término “cadáver político” no existe. A lo mucho puede llegar al término de zombi político; es decir, vive y participa del entorno político, pero hacen política desde un vientre de alquiler o mediante representaciones. Desde el olvido puede concentrar mucho poder, ya que mantiene importantes contactos en diferentes sectores.

Los que optan por el primer caso (vientre de alquiler) trabajan siempre, como una sombra, de tras de un personaje influyente (congresista o ministro, por ejemplo) y ambos asumen un compromiso de interdependencia (el uno necesita del otro). Quien adopta a un zombi político es porque no tiene un perfil político, pero “quiere hacer política” a cualquier costo.

Los que optan por el segundo caso (representaciones), trabajan, a diferencia del primer caso, adelante del influyente o empleador de turno. El zombi político trabaja como “lobbista”, es decir, trabaja desde los “pasillos” para otras personas a cambio de jugosos ingresos monetarios. Su función es obtener resultados a cualquier costo en lo que fue contratado; para eso, usa sus influencias y no cuestiona nada (no tiene moral o ética). Los que hacen “lobby” no toman decisiones, porque no hay un compromiso de interdependencia.

Un zombi político logra, con estas maniobras, hacer mucho daño, pues la prensa como la opinión pública lo saca de agenda y, solo cuando el daño está hecho, las investigaciones (principalmente las periodísticas) nos llevan al origen del problema: al zombi político…

…_…

Puntuación: 0 / Votos: 0