Son casi ocho décadas de tal golpe y parece que aun las grandes potencias capitalistas no han aprendido la lección. El lunes 29 de setiembre de este año, el índice industrial Dow Jones* caía 777.68 puntos, la peor pérdida que registró este indicador desde el año 2001 y la mayor en su historia. Mucho se dijo sobre esta caída, todos culpaban a los bancos con justa razón o sin ella; sin embargo, estas instituciones realizan sus movimientos económicos según las exigencias de sus clientes y a las facilidades que da Washington en ese continente. En otras palabras, la caída del pasado lunes se debe también a los créditos hipotecarios que las personas obtenían de los bancos para comprarse una propiedad inmobiliaria que luego no podían pagar. A esto se sumó la negación del “Plan de Rescate” del gobierno norteamericano para equilibrar medianamente la crisis generada principalmente por ellos (banco-Estado) por su política neoliberal-capitalista.
Por otro lado, el llamado “Plan de Rescate”, de haber sido aprobado por Congreso de los Estados Unidos, habría sido un “daño moral” o “mal necesario”. Es decir, los bancos siguen realizando una política sin medida o sin ver las consecuencias a futuro, porque saben que ante una crisis como esta el Estado tendrá que intervenir y apagar el incendio, lo cual, en esta vez, no sucedió.
Este desastre económico no hará que el capitalismo desaparezca, sino mas bien obligará a las potencias económicas a reestructurar y/o corregir este modelo económico. Asimismo, esta crisis sugiere que no debe centralizarse el poder económico en determinados lugares, sino, hacerlo más descentralizado, como por ejemplo en países que muestren un crecimiento económico sostenido y con diferente sistema financiero para que el daño, de existir, sea menor.
Esta onda económica pandémica (porque es como la enfermedad viral) no hace distingos a la hora de actuar, a todos nos afectará a corto, a mediano o a largo plazo, a unos más que a otros. Es por eso que debemos ser cautos con nuestros movimientos económicos. Ser responsables no implica dejar de hacer uso de los bancos o financieras para solicitar un préstamo monetario; sino mas bien, hacerlo cuando realmente sea necesario.
Los bancos y otras entidades prestadoras de dinero, siempre están a la caza de nuevos clientes. Prueba de ello, es la gran cantidad de invitaciones para adquirir una tarjera de crédito o de algún otro servicio. Estas invitaciones y/o servicios adquiridos en manos irresponsables pueden ser una bomba de tiempo que explotará y afectará principalmente a él y a sus dependientes.
Asimismo, las personas que cuentan con dinero ahorrado en un banco, deben ser cautos y prudentes en la administración de su dinero. Este es el momento de guardar “pan para mayo”. Si piensan en adquirir un bien, de cualquier tipo, es mejor que esperen hasta que, por lo menos, la onda económica pandémica se muestre en nuestro país. Salvo, por supuesto, que el motivo del gasto sea realmente una emergencia. Lo mismo pasa con las personas que reciben dinero del extranjero (remesas). Estas se verán afectadas, porque disminuirá el trabajo y/o se rebajará el pago acostumbrado en el sitio de origen del envío (EE.UU. y Europa, principalmente).
Del mismo modo, las personas que estén en una administradora de fondos de pensiones (AFP) y hayan optado por estar en el fondo tipo 3, de alto crecimiento y alto riesgo, y, si no piensan jubilarse aun es conveniente quedarse ahí. Pues, al permanecer en el mismo fondo podrían recuperar su dinero en menos tiempo.
Finalmente, el director regional del Banco Mundial, para Perú, Bolivia, Venezuela y Ecuador, Felipe Jaramillo, dijo, entre otras cosas, que el Perú está en buena posición económica para afrontar esta crisis y que el golpe será con menos fuerza que en otros países de Latinoamérica. Además, señaló que el Perú encabeza, junto a Panamá, la lista de países con mayor crecimiento económico de los últimos cinco años. Atrás quedó Chile y otros países.
Todos estos comentarios son alentadores, pero no podemos confiarnos. ¿O sí?…
* El Dow Jones, es un indicador que muestra el valor de las acciones transadas en el mercado de las 30 compañías más importantes de EE.UU. y el mundo.
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