Silbo: la lengua que nos enseña cómo pudo ser el lenguaje antes del hombre

 

 

 

Introducción

Existen muchas teorías sobre el origen del lenguaje humano. Para algunos investigadores, como Derek Bickerton, este surgió de manera abrupta mediante una mutación en el cerebro de los homos sapiens hace ya cien mil años antes de nuestros días. Pero que alcanza las características de hoy en día hace, únicamente, setenta mil. Para otros, como Michael Tomasello, este paso fue gradual y responde a un desarrollo cultural. Fue el impulso de un despligue cultural sin precedentes lo que forjó el lenguaje como lo conocemos. Sin embargo, ambas posiciones reconocen que la naturaleza ya expresaba sin necesidad de lenguaje y que una vía que inspiró al sapiens a desarrollar comunicación pudieron ser los animales, sobre todo las aves. Esta intuición se mantiene al ver en nuestros días un amplio número de culturas que adaptan sus lenguas históricas a los silbidos. En la actualidad, hay un fuerte interés en estas por tres razones entre otras: estar en un lento proceso de extinción; para estudiar cómo el cerebro humano extrae significados de los sonidos y, acaso, conocer cómo pudo originarse el lenguaje humano. ¿Cómo funcionan estas lenguas?, ¿en qué contextos se usa? Responderemos estas preguntas en el siguiente informe y pondremos mayor atención al silbo gomero, la variedad mejor estudiada de estas lenguas desarrollada en las Islas Canarias.

Resumen

-Las lenguas silbadas son un sistema de comunicación que adapta lenguas históricas a silbidos.

-En el mundo existen alrededor de setenta culturas que usan el silbido como adaptación de sus lenguas históricas. Por lo general, se usan en tres espacios geográficos: territorios agrestes, espacios montañosos y selvas tupidas.

-Según el investigador, Julien Meyer del CNRS francés estas lenguas funcionan porque muchos elementos del habla natural pueden ser imitados por el silbido.

-Para los lingüistas, el estudio de este tipo de lenguas representa tres intereses: reconocer el comportamiento del cerebro para comprender los sonidos; investigar cómo el cerebro extrae significados de sonidos; y cómo puede haber pasado un lenguaje holístico, analógico, que incluía música, canto y silbidos como herramientas al lenguaje digital que utilizamos hoy en día.

-La lengua de silbidos más estudiada es el silbo gomero de las Islas Canarias. La misma traduce a silbidos el castellano, pero anteriormente lo hizo con el Guanche, lengua originaria, y ya extinta, de dicha isla. El silbo gomero se usa para comunicarse a través de barrancos y puede utilizarse en distancias de 2 a 5 km.

-Por las limitaciones de este medio, la lengua de silbidos trabaja mediante mensajes cortos y a menudo deben reforzarse mediante repetición. La misma codifica sonidos vocales y consonantes en silbidos tonales de 120 decibeles, es decir, más que un claxon de auto, y con acentos de 4 khz los cuales se distinguen fácilmente del sonido ambiental.

-Se afirma, además, que sirve en esta comunidad para convocar a fiestas, funerales, romerías, bodas y bautizos. Asimismo, afirman los pobladores, es un lenguaje público para comunicar lo que puede decirse en voz alta.

-A partir de los años 40 del siglo XX, la emigración masiva, el incipiente turismo y la mejora en todo tipo de sistema de comunicación han reducido a un pequeño grupo de personas el uso del silbo.

 

Una tecnología para territorios particulares

Las lenguas silbadas son un sistema de comunicación que adapta lenguas históricas a silbidos. Esto quiere decir que el silbido convierte fonemas, sílabas y frases en tonos, longitudes e intensidades. La mayoría de estas lenguas usan la boca como instrumento y una fracción de estas, identificada en África, usa silbatos.

Por lo general responde a tres espacios geográficos: territorios agrestes, espacios montañosos y selvas tupidas.

En el mundo existen alrededor de setenta culturas que usan el silbido como adaptación de sus lenguas históricas. Estas se pueden encontrar en América, Asia, Europa y África. En América, por ejemplo, se usa en México en las lenguas amuzgo, chinanteco, chol, kikapú, mazateco, náhuatl, otomí, tepehua, totonaca y zapoteca.  En Brasil usan silbidos los hablantes de piraha, una lengua particular además por la estructura de su gramática, como podemos ver en esta nota. En Asia usan silbidos en Birmania con la lengua chin; en Nepal con la lengua clepang y en Turquía con la lengua kuskoy.  En Europa se usa en Grecia, Francia y España. En la primera se adapta el griego de la zona de Antia; en Francia se usa en los Pirineos y en España en las Islas Canarias: en La Gomera y El Hierro. Sobre la variedad de Silbo Gomero, hablaremos más adelante.  En Oceanía se usa el silbido en la lengua gasup en Papúa Nueva Guinea.

 

Relevancia para los investigadores

Según el investigador, Julien Meyer del CRNS francés estas lenguas funcionan porque muchos elementos del habla natural pueden ser imitados por el silbido.

Una vocal como una “e” larga, por ejemplo, se forma más alta en la boca que una “o” larga. Esto quiere decir que para pronunciarla, la mandíbula se eleva más que en el caso de “o”. Esto se representa en el silbo como un sonido más agudo. El silbido usa la calidad del sonido,  el timbre de la vocal y lo usa para distinguir entre sonidos. Por otro lado, las consonantes también se pueden silbar. La “t”, por ejemplo, tiene frecuencias más altas que “k”, lo que le da a los dos sonidos un timbre diferente. Para generar estas distinciones también se realizan modificaciones sutiles en los movimientos de la lengua. Un dato interesante proviene de personas enfrentadas por primera vez a este tipo de lenguas. Anaïs Tran Ngoc, estudiante de posgrado en lingüística de la Universidad de la Costa Azul ha descubierto que los músicos entrenados reconocen mejor las consonantes que los no músicos, y los flautistas son mejores que los pianistas y violinistas. Además, ella misma músico, especula que esto se debe a que los flautistas están entrenados para usar sonidos como t y k para ayudar a articular notas con nitidez.

Para Meyer, la habilidad de los silbadores experimentados reside en capturar todas estas distinciones variando el tono y la articulación de su silbido. Lo interesante es que esta habilidad también implica adaptar lenguas históricas a esta tecnología de silbidos.

Un punto importante es que estas adaptaciones a silbidos solo funcionan con lenguas que no usan el tono para distinguir significado. A estas se les denomina lenguas no tonales como el inglés, el español y la mayoría de los demás idiomas europeos. Por el contrario, lenguas como el chino donde una misma sílaba puede ser distinta en significado dependiendo de si el tono es ascendente, descendente, o neutro. Quizá las lenguas tonales ya hayan integrado las propiedades del silbido en su gramática.

Para los lingüistas, el estudio de este tipo de lenguas representa tres intereses: reconocer el comportamiento del cerebro para identificar los sonidos, investigar cómo el cerebro extrae significados de sonidos y cómo puede haber pasado un lenguaje holístico, musical al lenguaje digital que utilizamos.

En primer lugar, en la actualidad, se asume que el cerebro íntegro se encarga de realizar las funciones de manera organizada. Sin embargo, se sigue manteniendo la idea y ahora reforzada por el uso de herramientas electromagnéticas, que hay sectores especializados o que demuestran una actividad mayor para ciertas actividades. Este es el caso del lenguaje hablado, el cual es localizado usualmente en el hemisferio izquierdo. Los científicos que estudian el silbo han encontrado dos datos interesantes: primero, que la mayor cantidad de lenguajes silbados se interpretan, procesan y decodifican en el hemisferio izquierdo en áreas similares al lenguaje hablado. Y, segundo, que hay una lengua de silbidos que utiliza explícitamente las dos áreas: el silbido turco, el kuskoy, hablado en la zona del mar Negro por cerca a diez mil personas. Esto, indican los especialistas, se debe a que esta lengua codifica melodía, frecuencia y tono de manera compleja y estos rasgos son usualmente procesados por el hemisferio derecho, al momento de escuchar música, por ejemplo.

En segundo lugar, un punto crucial para los investigadores es cómo el cerebro humano extrae significados de estos segmentos de sonido silbado. El cerebro humano, para interpretar lenguaje oral, segmenta elementos discretos y los contrasta con un banco de información en la memoria. El proceso es más complejo en estas secuencias, pero estaría, en la base, el mismo proceso: hacer discreto secuencias continuas. Es ahí donde las pausas, los cambios de tono y las secuencias repetitivas juegan un rol para que el cerebro intuya dónde comienza un mensaje y dónde termina.

En tercer y último lugar, muchos autores desde hace bastante tiempo, encuentran un vínculo entre esta herramienta y el origen del lenguaje. Para Julien Meyer, por ejemplo, este tipo de silbido podría ser un precursor del lenguaje que utilizamos en tanto la cantidad de información que transmite no es muy alta, es de frases hechas y sin una alta complejidad sintáctica. No es que el lenguaje hablado provenga directamente del lenguaje silbado, sino que este último da muestras de cómo debió ser un protolenguaje y cómo debió haberse procesado en nuestro cerebro primigenio.

Esta hipótesis, con múltiples versiones, tiene larga data ya que podemos encontrarla en el Origen del Hombre (1874) de Darwin quien encontraba en la música, el canto y los silbidos, y en una supuesta forma unificada un protolenguaje musical. Con el paso del tiempo estos rasgos se han independizado. Otros autores, ven el paso de un lenguaje analógico a uno digital. Esta sería una situación cercana a la anterior y se representaría en los estudios del cerebro, como en la lengua de Turquía que mencionamos. Sería del paso de utilizar ambos hemisferios del cerebro a una especialización de un área específica que atiende más a los elementos discretos que a las ondas continuas. Para los científicos de corte materialista, muchos ven una continuidad en la expresividad de la naturaleza desde niveles atómicos, moleculares, celulares, pluricelulares hasta los seres complejos alegando que la naturaleza tiene como objetivo su propia expresión. En este sentido, la comunicación de las plantas, animales y seres humanos respondería a un mismo imperativo pero con distintos grados de complejidad.

 

El silbo Gomero de las Islas Canarias

La lengua de silbidos más estudiada es el silbo Gomero de las Islas Canarias. Las misma traduce a silbidos el castellano, pero anteriormente lo hizo con el Guanche, lengua originaria y ya extinta dentro de dicha isla. El silbo Gomero se usa para comunicarse a través de Barrancos y puede utilizarse a través de distancias de 2 a 5 Km. Esta es una isla de origen volcánico, el cual ha configurado un espacio particular para que este recurso se pueda aprovechar mediante su acústica. Asimismo, la distancia de los poblados, provocada inicialmente por la actividad aparentemente dormida de los volcanes, ubicó casa a kilómetros de distancia, incluso en las puntas distantes de dos cerros.

Por las limitaciones de este medio, la lengua de silbidos trabaja mediante mensajes cortos y a menudo deben reforzarse mediante repetición. La misma codifica sonidos vocales y consonantes en silbidos tonales con cerca a 120 decíbeles, es decir más que un claxon de auto, y con acentos de 1 a 4 khz los cuales se distinguen fácilmente del sonido ambiental.

Acá un breve video sobre el mismo: Silbo Gomero. Unesco

Se dice además que sirve en esta comunidad para convocar a fiestas, funerales, romerías, bodas y bautizos. Asimismo, afirman los pobladores es un lenguaje público para comunicar lo que puede decirse en voz alta. Es fácil encontrar en las escuelas primarias de estas regiones intentos por revitalizar el silbo. Este trabajo ha detenido de alguna manera su rápida desaparición.

 

Si bien es de un alto interés científico y cultural, esta lengua está en extensión. A partir de los años 40 del siglo XX, la emigración masiva fuera de todo territorio español por acción de las guerras internas y europeas, el incipiente turismo y la mejora en todo tipo de sistema de comunicación, el silbo ha quedado reducido a un pequeño grupo de personas. Frente a esto, y no de menor importancia, es la fuerte urbanización que sufrió la isla, considerando que la actividad volcánica no regresaría, y acortando las distancias para el uso del silbo. Lamentablemente, en la actualidad, dicha irrupción del espacio natural ha traído catástrofes a la isla.

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