Hace medio siglo, en 1962, el Perú vivió una elección sumamente competitiva y que terminó de manera trágica, con un golpe de Estado.
Finalizaba el segundo gobierno de Manuel Prado (1956-1962) y un año antes de las elecciones se realizaron una serie de cambios electorales, consignados en el Estatuto Electoral por ley No. 13713. Pero no prosperó, ante oposición aprista, la boleta única ni la implantación de la cifra repartidora. Se nombró como Presidente del JNE al fiscal más antiguo de la Corte Suprema, Enrique Bustamante y Corzo.
Para dichas elecciones la Unión Nacional Odriista (UNO) lanzó la candidatura de su fundador el ex dictador Manuel A. Odría (1948-1956), acompañado por Víctor Freundt Rossel y Emilio Guimoyo. Contando con el apoyo de La Prensa, Odría llevó adelante una campaña que tenía como eje mostrar las obras del ochenio (“hechos y no palabras”), especialmente en las llamadas barriadas de Lima, acompañado siempre de su esposa, María Delgado de Odría, (la llamada “Evita Perón” peruana) repartiendo dádivas y ofreciendo trabajo, al más puro estilo asistencialista.
Acción Popular, por su parte, lanzaba la candidatura de su jefe y fundador, Fernando Belaúnde Terry. Este lo hacía por segunda vez y lo acompañaban en la lista Edgardo Seoane Corrales y Fernando Schwalb López Aldana. Recogiendo banderas reformistas, Belaúnde hizo una campaña muy extensa, “pueblo por pueblo” como señalaba su lema, bajo la consigna “continuísmo o renovación”, contando con el apoyo de El Comercio y la revista Caretas.
Por su parte el APRA, que habían logrado su legalidad presentaron nuevamente, luego de 31 años, la candidatura de su líder y fundador Víctor Raúl Haya de la Torre. Este estuvo acompañado por Manuel Seoane Corrales y el independiente Alberto Arca Parró. Aparte de La Tribuna, su diario oficial, el APRA contaba con el apoyo de La Crónica y La Prensa, diarios gobiernistas, con el que habían celebrado la famosa Convivencia.
La Democracia Cristiana, con menor opción, lanzó la candidatura de su líder máximo Héctor Cornejo Chávez, diputado por Arequipa. Completaron su fórmula Mario Alzamora Valdez y Rafael Cubas Vinatea. La pujanza y calidad de sus integrantes no se correlacionaba con su limitada estructura orgánica y arraigo popular, lo que sí ocurrió en sectores medios profesionales.
Otras tres candidaturas menores estuvieron representadas por la izquierda tradicional en diversos matices: el general César Pando Egúsquiza por el Frente de Liberación Nacional, patrocinado por el PCP, el abogado Alberto Ruiz Eldredge por el Movimiento Social Progresista, y Luciano Castillo, por el Partido Socialista.
Las elecciones de 1962 marcaban un hito en los procesos electorales, tanto por la dinámica de la campaña, la participación de la ciudadanía, así como por la cantidad de manifestaciones públicas a nivel nacional. La televisión, por primera vez en la historia, se convierte en el medio de comunicación masivo que hizo llegar el mensaje de los candidatos a los lugares más apartados.
Las elecciones se realizaron el 10 de Junio de 1962 con 1’730,000 sufragantes de un total de 2’222,926 inscritos en todo el país. Los resultados iniciales fueron inciertos, confusos y contradictorios. El estrecho margen entre los tres principales candidatos no permitieron proclamar un triunfador definitivo. Pero este margen estrecho, permitió la autoproclamación de Belaúnde, el mismo día de los comicios, haciendo lo propio el líder aprista, Manuel Seoane. Si bien “Expreso” titulaba: “Belaúnde pasó el tercio”, La Tribuna sostenía: “Va ganando Víctor Raúl”, esta confusión se extendió por muchos días. Finalmente, el JNE proclamó ganador, por estrecho margen, a Víctor Raúl Haya de la Torre con 32.98% de los votos, seguido por Fernando Belaúnde Terry con el 32.13% y tercero quedó Manuel A. Odría con el 28.44%. El resto de candidatos sumaron el 7%.
Dado el estrecho margen y, al no superar ningún candidato el tercio electoral, (33%) constitucionalmente requerido para ser proclamado Presidente de la República, se creó una situación crítica e inédita en la historia del sufragio. El Congreso tenía tenía que elegir entre los tres candidatos de más alta votación.
La salida política pasaba por acuerdos entre los partidos mayores. Pocos días antes de instalarse el Congreso, el líder aprista fue comunicado que si era elegido presidente de la república, las Fuerzas Armadas darían un golpe de Estado. Haya de la Torre, renuncia así a una probable elección en el Congreso. Haya ofrece su apoyo a Fernando Belaúnde, pero este había denunciado fraude y no aceptó, confiado en que la decisión del JNE, a quien le había solicitado la nulidad de las elecciones en algunos departamentos, le iba a ser favorable.
El líder aprista inclina entonces su decisión, de votar en el Congreso, nada menos que por quien fue su más recalcitrante represor durante su gobierno, el general (r) Manuel A. Odría. Llegaron a elaborar un documento en el que los apristas se comprometían a votar por Odría en el Congreso, respetándose la elección de los vice-presidentes. Se conformaría un gobierno de “ancha base” con un gabinete formado por ambos grupos. El Apra pactaba de esta manera con el grupo más conservador.
Tres días después, el 18 de julio, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas derroca al Presidente Manuel Prado, bajo el argumento que se había probado que las elecciones generales estaban llenas de irregularidades. Se conformó una Junta Militar de Gobierno presidida por el general Ricardo Pérez Godoy, quien procedió a anular las elecciones y disolver el parlamento.
No toda elección reñida lleva a un golpe de Estado. Sin embargo, en países con instituciones débiles y élites políticas irresponsables se puede pasar de la estabilidad a la ingobernabilidad. Mirar la historia es un buen método para actuar en el presente (Actualizado, 9 de setiembre de 1998).
Interesante artículo. Más bien, una observación: me parece que la foto corresponde al golpe de Estado de 1971 en Bolivia dado por Banzer. Si es así, entonces no tiene mucho que ver con el tema de las elecciones de 1962.
Em realidad el golpe del 62 tuvo como unica finalidad impedir el ascenso de Haya a la presidencia. Al saber del veto por parte de las FFAA haya trato de mantener la estabilidad democratica y le ofrecio el apoyo primero a Belaunde, el cual no acepto, y luego a Odria, este ultimo si acepto y seria electo en el Congreso. A las FFAA lo unico que le preocupaba era que Haya no llegue al poder, asi que aun con este acuerdo politico se procedio al golpe militar, que lo unico que hio fue llamar a elecciones en el 63, desde entonces corrio la famosa bola del "voto perdido" para Haya, porque votar por Haya si le van a dar golpe. Los rumores sobre un supuesto fraude nunca se sustentaron en pruebas reales.
No menciona el fraude del Apra es algo que no se debe dejar de mencionar
En las elecciones de 1962 el Perú había votado por una continuación del modelo económico liberal, que había traído prosperidad en los gobiernos de Odría y Prado. Los reformistas estaban en minoría, pero el reformismo había ganado las mentes de algunos militares despistados, que se compraron esas locas ideas intervencionistas de raíz marxista, y si a eso le sumamos su consabido antiaprismo, el desastre estaba anunciado. Haya debía ser presidente. Ya había renunciado al marxismo y tenía el partido político más poderoso. Hubiera sido una exitosa continuación del gobierno de Prado, pero los militares prefirieron a Belaunde y allí se terminó de hundir el país. Belaúnde no tenía partido político y era prisionero del antiaprismo, que al final lo devoró y le sirvió el poder en bandeja de plata a los militares, que terminaron de hundir el país.