La falta de regulación del acompañamiento terapéutico

Uno de los vacíos normativos relacionados con la Salud Mental que tenemos en nuestro país es el referido a la formación y ejercicio del Acompañamiento Terapeútico.

¿Quiénes pueden ejercerlo, y en qué contextos? ¿Cuáles son las competencias requeridas para sus diferentes modalidades? ¿Qué instituciones brindan la formación? ¿Cómo se acreditan las competencias? ¿Un estudiante de psicología está preparado para ejercerlo? ¿Y un estudiante de medicina, de trabajo social, o de cualquier otra carrera afín? ¿Cuál es el concepto bajo el cual los Acompañantes Terapéuticos tributan? ¿Servicios profesionales? De hecho, la Ley de Salud Mental, Ley N° 30947, no hace ninguna mención explícita al Acompañamiento Terapéutico, ni existe en nuestro medio dicha carrera, como sucede en algunos lugares del mundo.

Por nuestra parte, dado que algunos profesionales de la psicología ejercen el Acompañamiento Terapeútico y, dado también el origen y desarrollo del mismo (en el que contribuyeron muchos psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas), consideramos importante plantear que es necesario regular su formación y ejercicio en aras del cumplimiento del derecho a la salud de las ciudadanas y ciudadanos de nuestro país. Por ello, llamamos a la reflexión a todas aquellas personas que solicitan servicios de acompañamiento o que ejercen como acompañantes, a ser cautos y responsables al entrar a este campo, tener claras las competencias de la persona que ejercerá el rol, y evaluar con sumo cuidado el perfil que se requiere. Adicionalmente, hacemos también un llamado a discutir criticamente este vacío normativo.

A modo de ejemplo, dejamos información de un programa de acompañamiento terapéutico de la Universidad Católica de Córdoba, aquí.

Consentimiento informado en contextos culturales diversos (2)

Sobre el tema de nuestro post anterior, los docentes del Departamento de Psicología de la PUCP, Susana Frisancho, Enrique Delgado y Luis Lam acaban de publicar un trabajo en la Revista  Interdisciplinaria de Filosofía y Psicología “Límite”, de la Universidad de Tarapacá, Chile.

El trabajo se titula “Consentimiento informado en contextos de diversidad cultural: Trabajando en una comunidad Asháninka en el Perú”. A partir de  su experiencia de investigación en la amazonía peruana, los profesores discuten desafíos y propuestas para el proceso de consentimiento informado en contextos culturales diversos

Pueden acceder al trabajo en este link

http://limite.uta.cl/index.php/limite/article/view/159/0

Consentimiento informado en contextos culturales diversos

¿Te has puesto a pensar cómo podríamos realizar el consentimiento informado en un contexto cultural diverso? ¿Cómo proceder, por ejemplo, en el caso de comunidades indígenas con alto grado de analfabetismo o en las que la presencia de “los mestizos” ha venido asociada históricamente con situaciones de discriminación, abuso y explotación?, ¿Qué podemos  hacer cuando la firma de un documento o  el uso de una grabadora es percibida con desconfianza?

Para responder a estas preguntas, quizá lo primero que tenemos que recordar es que el consentimiento informado no debe confundirse con el documento que lo acredita. Siendo importante dicho documento, pudiera darse el caso que una persona lo firme sin haber comprendido todo lo que implica participar en un proceso de investigación. Puede ocurrir también que, por algún tipo de asimetría de poder, el participante puede ver disminuida su capacidad para decidir de manera autónoma, como cuando existen relaciones laborales de por medio. En esos casos, puede existir un documento llamado “consentimiento informado” pero, en sentido estricto, este no se ha realizado. A través del proceso de consentimiento informado, se trata más bien  de respetar y cuidar la dignidad de los sujetos y su libertad  para decidir, con el conocimiento debido, participar o no en determinado proceso.

En un contexto con tantos desafíos y necesidades como el Perú, nuestra responsabilidad de investigar  y generar conocimiento que contribuya al bienestar y el cumplimiento de derechos de todas y todos los ciudadanos es particularmente destacada. Pero a su vez, un contexto con tanta diversidad cultural implica también desafíos al proceso de investigación, incluyendo el consentimiento informado.

No se trata de establecer una fórmula o un procedimiento único, sino más bien, de desarrollar en cada caso complejos procesos de discernimiennto y  diálogo intercultural, entendiendo que este diálogo, como se  ha enfatizado desde la interculturalidad crítica, se realiza en contextos específicos de asimetría entre las culturas. Pudiera ocurrir, por ejemplo, que en determinados contextos y situaciones, los sujetos perciban con extrañeza que uno les consulte y les pida autorización para desarrollar una investigación o tomar fotografías, pues muchas veces,  representantes de la cultura hegemónica, incluyendo a veces a otros investigadores, no han procedido de ese modo.

Por ello, es fundamental identificar las diferentes experiencias, tradiciones y autoridades que es necesario tomar en cuenta para desarrollar un proceso de consentimiento informado culturalmente sensible y pertinente. En este sentido, el proceso de consentimiento informado en un contexto cultural diverso podría tomar meses e incluir aspectos como solicitar el permiso del jefe de la comunidad, pero aún  no para investigar,  sino simplemente para llegar y dialogar en asamblea comunal sobre quiénes somos, qué le  proponemos a la comunidad, por qué y para qué; así como sobre las diversas percepciones, dudas o pedidos que los miembros de la comunidad pudieran tener sobre todo lo relacionado con el proceso que se les consulta. Y luego de ello, en caso la respuesta comunitaria sea afirmativa, podríamos proceder recién a solicitar los consentimientos individuales. Los contextos culturales diversos nos demandan procedimientos también diversos, y en todos ellos, debemos mantener siempre el respeto y el cuidado de los participantes. Tenemos mucho por hacer, reflexionar, investigar. ¿Te animas?

La confidencialidad en los tiempos del Facebook (y otros…)

¿Cuáles son los riesgos de compartir un informe psicológico por WhatsApp o correo electrónico?

¿Está bien subir a nuestro Facebook un selfie mientras aplicamos pruebas de selección de personal?

¿Podemos publicar en nuestro muro del Facebook viñetas de las sesiones de pacientes si es que no decimos sus nombres?

¿Podemos aceptar pacientes, clientes o estudiantes en nuestro Facebook personal?

¿Es una buena práctica guardar las historias clínicas o cualquier otra información confidencial en la Tablet o Laptop que movemos por la ciudad?

 

Las nuevas tecnologías y las redes sociales nos  ofrecen numerosas posibilidades para nuestra vida personal y profesional. Pero al mismo tiempo, nos plantean también nuevos riesgos respecto a los cuales es fundamental estar atentos y actuar con responsabilidad.

En el caso de la formación y el ejercicio profesional de la psicología, uno de los riesgos es el relacionado con el cuidado de la confidencialidad. Así como el consentimiento informado no se reduce al documento que lo acredita, así también el cuidado de la confidencialidad no consiste, únicamente, en evitar la revelación de la identidad de un cliente o un colaborador. Como expresión de respeto y cuidado del otro supone también ejercer permanentemente nuestra capacidad de discernimiento para prevenir posibles daños por la difusión directa o indirecta de aspectos compartidos en un espacio o contexto privado.

¿Hay normas específicas en los Códigos de Ética Profesional respecto a cómo debemos usar el Facebook, el WhatsApp o el Skype? Ciertamente, ninguno de estos medios, ni internet tal como la conocemos ahora, existía cuando se formuló el Código de Ética del Colegio de Psicólogos del Perú. Además, cada día surgen nuevas aplicaciones y son múltiples las posibilidades de uso de cada una de ellas. En este sentido, si bien podríamos pensar en algunas prácticas claramente inadecuadas, sería imposible contar con pautas específicas que puedan cubrir todas las posibilidades de buen o mal uso de las tecnologías. Más aún,  sería errado aspirar a ello, pues el comportamiento ético supone ejercer permanentemente nuestra capacidad de juicio y razonamiento moral sobre la base de los principios deontológicos que nos orientan; en el caso específico que nos ocupa, como comunidad educativa y gremio profesional.

Por ello, por ejemplo, no debiera ser necesario que exista una norma que nos diga que si, por una razón justificada, abrimos en una computadora pública un archivo con información confidencial, debemos asegurarnos que ese archivo no quede grabado ni en Mis Documentos, ni en la Papelera de Reciclaje. Como señala el Código de Conducta de The British Psychological Society del 2006: Pensar no es opcional.

Pensemos juntos entonces, ¿Cuál es su respuesta a las preguntas que encabezan este post?

XV Dialogo Ético “El psicólogo en los medios: ¿por qué? ¿Cómo? ¿Hasta dónde?”

No es fácil compartir en una reseña, eventos y experiencias como las que, cada ciclo, nos reúnen en los diálogos éticos. Esta vez no es la excepción, pero reconociendo estos límites,  quisiéramos compartir algo de la experiencia del último jueves 13 de noviembre.

Ese día, estudiantes y profesores nos reunimos en el S-101 para reflexionar juntos sobre EL PSICÓLOGO EN LOS MEDIOS: ¿POR QUÉ?, ¿CÓMO?, ¿HASTA DÓNDE? Como invitados, contamos con Javier Echevarría, psicólogo y actor; Eduardo Villanueva, comunicador y docente de nuestra universidad; y Susana Frisancho, docente de nuestro Departamento y especialista en desarrollo moral y ciudadanía.  La facilitación del diálogo estuvo a cargo de Lourdes Ruda, Presidenta de nuestro Comité de Ética.

20141201-dscf7246para_colgar.jpg

Uno de los primeros aspectos que se puso sobre la mesa fue, precisamente, que ya en anteriores ocasiones, se había dialogado sobre esta temática, pero que por su importancia y  vigencia, era necesario seguir reflexionando sobre ella. A través del intercambio entre los invitados y entre estos y  los asistentes, se perfilaron algunas ideas fuerza.

Para empezar, se planteó que es importante diferenciar cuando un psicólogo aparece en medios como persona natural respecto de cuando lo hace desde su rol profesional, en el cual ya no se representa solo a sí mismo. Si bien, se señaló, actualmente casi no se cuestiona el que el psicólogo deba tener presencia en los medios, se destacaron las responsabilidades éticas que dicha presencia implica, a varios niveles. En este sentido, se remarcó que la gran capacidad de llegada que tienen los medios aunada a las diferentes demandas sobre aspectos psicológicos que existen en la población, nos plantean el deber moral  de que los espacios en los medios no sean copados por profesionales que no cuenten con las competencias necesarias, poco serios, con respuestas para todo, como si se tuviera “una bola de cristal”. En última instancia “charlatanes”. En este sentido, se hizo énfasis en que como profesional éticamente responsable, el psicólogo tiene que tener muy claros los límites de su competencia, no ser “todista” y saber sobre qué puede hablar y sobre qué no, por qué y cómo hacerlo, cuidando además no ser categórico o concluyente respecto a temas o situaciones que podrían tener muchos vectores o posibilidades de respuesta.

Sin embargo, esta responsabilidad no es fácil de asumir, pues los medios tienen exigencias y  códigos particulares que no necesariamente son compartidas o conocidos por los psicólogos. En esta línea, se discutió cómo, particularmente desde nuestra televisión, los psicólogos suelen ser  requeridos o utilizados para enunciar contenidos previamente definidos, los mismos que muchas veces refuerzan prejuicios y no coinciden con el saber de la profesión. Frente a ello, se planteó la importancia de que en los medios generemos interrogantes y expresemos ideas que no refuercen los prejuicios, o que lleven al receptor de nuestro mensaje a poder pensar de manera más amplia algunos temas. Es fundamental en ese sentido, que los psicólogos desarrollemos capacidades para saber lidiar con los requerimientos de los medios, no en términos de convertirnos en unos “títeres que podemos ser utilizados para subir el rating”, pero tampoco desentendiendo el hecho de que algunas de nuestras fórmulas de comunicación pueden ser densas en su contenido o acartonadas en su forma, y que no cumplen el cometido de hacer asequible a la población general algunas dimensiones psicológicas que pueden tener valor para su vida cotidiana.

20141201-dscf7245para_colgar.jpg

Asimismo, se subrayó la importancia de las respuestas que  como ciudadanos y profesionales indignados, podemos y debiéramos tener frente a aquellas situaciones en las que los medios nos devuelven una imagen distorsionada de la psicología y los psicólogos. Además de nuestro gremio profesional, los medios digitales  (blogs, facebook, entre otros) nos ofrecen también diversas posibilidades para viabilizar nuestro desacuerdo e incomodidad.

Finalmente, luego de casi dos horas de fructífero intercambio, en el que el rigor profesional y ético no estuvo reñido con el buen humor y la camaradería, finalizó nuestro XV Diálogo Ético, con muchos puntos para seguir reflexionando juntos. Los invitamos por ello a seguir compartiendo sus opiniones e inquietudes a través de este medio.

Leer más »

Invitación XV Dialogo Ético “El psicólogo en los medios: ¿por qué? ¿Cómo? ¿Hasta dónde?”

20141107-dialogo_de_etica_final.jpg

 

El Comité de Ética del Departamento de Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) organiza el XV Dialogo Ético “El psicólogo en los medios: ¿por qué? ¿Cómo? ¿Hasta dónde?”

En la actualidad, los medios de comunicación cobran cada vez mayor importancia en la vida de las personas y se hacen presentes a través de nuevos espacios y formas; transmitiendo información,    generando opinión y tendencias que influyen en la toma de decisiones de las personas, en los más variados aspectos de su vida cotidiana y de la vida en sociedad.

Esta realidad plantea nuevos desafíos y espacios de acción para los psicólogos. En este diálogo ético queremos reflexionar juntos y dialogar sobre las demandas que esta realidad nos plantea.

 

Leer más »

Nuevos Miembros del Comité 2014-2017

Les presentamos a los nuevos miembros del Comité de Ética para el período 2014- 2017:

Presidenta: Lourdes Ruda.

20141017-lourdes.jpg


Vice Presidenta: María Isabel La Rosa.

20141017-maria_isabel.jpg


Secretario: Enrique Delgado.

20141017-enrique.jpg

 

 

Miembros Docentes:

Miryam Rivera

20141017-miryam.jpg
Lupe Jara

20141017-lupe.jpg

 

Miembros estudiantiles:

Gabriela Pezo

Jeremy Álvarez

Leer más »

Applied Ethics in Mental Health Care


Compartimos con ustedes la siguiente publicación. Pueden acceder al resumen de la misma haciendo click en el enlace que aparece líneas de abajo y puede comprar el libro completo online.

libro2013

Discusiones de dilemas éticos claves en la atención de salud mental, incluyendo consentimiento, trauma y violencia, adicción, confidencialidad y los límites de una terapia

2013 • 392 pp., 2 cuadros, 1 gráfico, 7 tablas • edición de  • $30.00 • 978-0-262-52501-5
Basic Bioethics series

Resumen: http://mitpress.mit.edu/applied_ethics  (En Inglés)

“Esta es una colección de brillantes voces y de perspectivas que intrigarán y retarán a expertos y a novatos por igual en tanto que arroja luz en tópicos éticos complejos engendrados por el desordenado mundo clínico que es la atención en salud mental”,
John Maher MD, FRCPC; Senior Editor, Journal of Ethics in Mental Health

Dominic A. Sisti es director del programa Scattergood de Ética aplicada de la atención en salud conductual en el departamento de Ética Médica y Política de la Salud de la Perelman School de Medicina de la Universidad de Pennsylvannia. Arthur L. Caplan es Director de la división de Ética Médica en el Departamento de Salud Poblacional del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.  Hila Rimon-Greenspan es investigador en Bizchut, el Centro Israelí de Derechos Humanos para las personas con discapacidad.

Leer más »