¿Te has puesto a pensar cómo podríamos realizar el consentimiento informado en un contexto cultural diverso? ¿Cómo proceder, por ejemplo, en el caso de comunidades indígenas con alto grado de analfabetismo o en las que la presencia de “los mestizos” ha venido asociada históricamente con situaciones de discriminación, abuso y explotación?, ¿Qué podemos hacer cuando la firma de un documento o el uso de una grabadora es percibida con desconfianza?
Para responder a estas preguntas, quizá lo primero que tenemos que recordar es que el consentimiento informado no debe confundirse con el documento que lo acredita. Siendo importante dicho documento, pudiera darse el caso que una persona lo firme sin haber comprendido todo lo que implica participar en un proceso de investigación. Puede ocurrir también que, por algún tipo de asimetría de poder, el participante puede ver disminuida su capacidad para decidir de manera autónoma, como cuando existen relaciones laborales de por medio. En esos casos, puede existir un documento llamado “consentimiento informado” pero, en sentido estricto, este no se ha realizado. A través del proceso de consentimiento informado, se trata más bien de respetar y cuidar la dignidad de los sujetos y su libertad para decidir, con el conocimiento debido, participar o no en determinado proceso.
En un contexto con tantos desafíos y necesidades como el Perú, nuestra responsabilidad de investigar y generar conocimiento que contribuya al bienestar y el cumplimiento de derechos de todas y todos los ciudadanos es particularmente destacada. Pero a su vez, un contexto con tanta diversidad cultural implica también desafíos al proceso de investigación, incluyendo el consentimiento informado.
No se trata de establecer una fórmula o un procedimiento único, sino más bien, de desarrollar en cada caso complejos procesos de discernimiennto y diálogo intercultural, entendiendo que este diálogo, como se ha enfatizado desde la interculturalidad crítica, se realiza en contextos específicos de asimetría entre las culturas. Pudiera ocurrir, por ejemplo, que en determinados contextos y situaciones, los sujetos perciban con extrañeza que uno les consulte y les pida autorización para desarrollar una investigación o tomar fotografías, pues muchas veces, representantes de la cultura hegemónica, incluyendo a veces a otros investigadores, no han procedido de ese modo.
Por ello, es fundamental identificar las diferentes experiencias, tradiciones y autoridades que es necesario tomar en cuenta para desarrollar un proceso de consentimiento informado culturalmente sensible y pertinente. En este sentido, el proceso de consentimiento informado en un contexto cultural diverso podría tomar meses e incluir aspectos como solicitar el permiso del jefe de la comunidad, pero aún no para investigar, sino simplemente para llegar y dialogar en asamblea comunal sobre quiénes somos, qué le proponemos a la comunidad, por qué y para qué; así como sobre las diversas percepciones, dudas o pedidos que los miembros de la comunidad pudieran tener sobre todo lo relacionado con el proceso que se les consulta. Y luego de ello, en caso la respuesta comunitaria sea afirmativa, podríamos proceder recién a solicitar los consentimientos individuales. Los contextos culturales diversos nos demandan procedimientos también diversos, y en todos ellos, debemos mantener siempre el respeto y el cuidado de los participantes. Tenemos mucho por hacer, reflexionar, investigar. ¿Te animas?