Olvidamos el recordar lo que en realidad no importa, pasamos ahora el tiempo, como debió ser siempre, pensando en nimiedades fuera del cosmos.
Siempre aparece una y otra vez la rivalidad nuestra por el poder, todos miran mal al que habla porque en el fondo siempre creen que lo harían mejor y que sus ideas son irrefutablemente las que nos llevarán al nirvana.
Nadie se dispone a escuchar un poco al otro, tratar de por lo menos respetar, así ahora ,cuando hablo yo aquí, delante de ustedes y entre tanta ceniza y cerveza porque ni en los vicios nos ponemos de acuerdo, les aseguro que a pesar de haber estado ya mucho tiempo juntos y hablado ya como hermanos, no terminamos por entender una buena mierda de nada.
Nada ha surgido en nosotros más allá de la algarabía absurda del alcohol y sus palabras entrecruzadas, siendo todos amables y concordando tanto para que siempre y en el momento en que todos nosotros debemos empezar a decidir, en el momento justo, cuando la cosa se pone seria, volvemos a ser los mismos, los que se miran desconfiados, tratemos todos de llegar a un acuerdo, considerando ya las reiteradas reuniones, tengamos claro que el kid está en el tropiezo, ya tan mencionado, y que ahora se plasma en el desgano que hace terminar un párrafo.
Qué será y sería al fin escribir una novela como quien graba una película en una sola toma, a la primera, ¿ podrìa ser eso posible? Toda una novela nacida de la mente y de un tirón, sin previa idea, sin personajes previos, sin nada más allá de lo que recoje la mente del digámosle viento, nada más allá que una determinada forma de escribir , nada que detenga nuestro reto hacia el contar lo innecesario, el leer por leer, por placer, el saber leernos la novela del incociente, para ser exactos.
Podrìa ocurrir entonces digamos árboles o no, mejor avenidas llenas de autos, sí, llenas de autos amarillos, en una autopista mojada muy mojada por la lluvia.
Hace frìo aún dentro del taxi y yo tonto que no supe sacar una bufanda, ese valsesito añejo me alegra el alma pero un estúpido celular me devuelve al taxi y la veo ahí enferma algo pálida, con los labios moraditos como se le ponen, así fríos, ella más fría que nunca empieza a tiritar yo la abrazo, y siento pena porque sé que ella no está tranquila, no tiene la paz de quien deja las cosas resueltas, como quien se olvida de quién es, como quien se va sin irse, sin poder irse siquiera, llegamos le pago al chofer, muy respetuoso, y salgo del taxi, la ayudo a bajar, me alcanzan una silla de ruedas, la siento ahí la cubro con una frazada ya tiene mejor semblante, viene su hermano me la recibe dice gracias Ricardo y se la lleva como entregada por un extraño que se compadece, yo voy trás él que la lleva hacia la sala del fondo, ella me mira hacia atrás y me dicta con la mirada que hable con su hermano; Simòn le digo, que frío de mierda y la lluvia, casi chocamos le cuento, él no me miraba, como si supiera ya bien que nada de lo que me diga podría hacerme meña, sabía ya quién era su hermanita, sabía muy bien que yo conversaba aquí con él un poco más, acompañaba a su mamá un momento, y al salir de esa clínica el viento en el rostro y aùn un poco de esta lluvia me devolverían al hecho de que mañana será para mí otro día, uno de esos días buenos que sospecho que empezarán a abundar.
Retomando el tema, es entonces que cada vez que pienso en pensar, ya mi pensamiento ha sido advertido, algún sonido a sido ya decodificado como señal de desaprobaciòn.Serà que antes de cada pensamiento existe algùn ser , que aùn no empiezo a conocer y que se tropieza por alguna llamada mía al desequilibrio?, sabemos bien y en realidad que a nosotros lo ùnico que verdaderamente nos importa es seguir así, sin que a nadie parezca importale seguir alguna meta, algo que nos llame a la uniòn en direcciòn de un futuro, sabemos que a estas horas y también en las tardes, no llegamos nunca a concretar una misma manera de pensar.
Quizà en el fondo, esto responde tambièn a que no soy el único, esto puede corresponder a una epidemia netamente nacional, algo muy de peruano, tenemos adentro tanta mierda vertida en forma de pantallas, tanta mierda en los ojos y los oídos que ya no sabemos bien qué hacemos, cuánto cuesta alejarse de tanta luz vana ,cuánto cuesta alejarse de tanta bulla, cuánto cuesta guardarse a esos fáciles caminos.
Ya todo se rompe cuando se empieza a pensar, es como dejar de hacer lo que andabas haciendo. Esto pasa solo para retomar el tema, de este ser extraño que a veces se tropieza, basta entenderlo a él, ahí la clave y claro y qué pensamientos ajenos a nosotros nos impulsan empujarlo hacia el vacío, como si fuese nuestra eterna forma de coexistir.