El arqueólogo y director del Museo de Arte Precolombino Chileno, Carlos Aldunate, ha calificado el rally de ser un “escándalo” para el patrimonio del país por el “peligro” que están sufriendo los restos arqueológicos.
“Es un escándalo que nosotros recibamos con tanta alegría un acontecimiento que ha causado muchos daños al patrimonio arqueológico y los sigue causando, y además que se llama Dakar. Eso lo encuentro increíble”, ha declarado en una entrevista para ‘Diario de Cooperativa’.
Este arqueólogo asegura que no comprende qué beneficios le aporta a Chile la carrera porque además de causar daños sobre el patrimonio, continúa llamándose Dakar, sin hacer referencia al nuevo recorrido del rally. Unas críticas que se suman, según comenta, a las ya expresadas por arqueólogos bolivianos y argentinos, tras el paso de la carrera por estos países.
“Estas motos han pasado por arriba de los geoglifos, por arriba de restos patrimoniales arqueológicos, de caminos, de senderos prehispánicos que todos los arqueólogos estamos estudiando y que nos sentimos muy orgullosos y que demuestran todo el gran tráfico que hubo a través del desierto de Atacama”, ha argumentado Aldunate.
Tras haber pasado por Bolivia y Argentina, el rally llega este lunes a la ciudad norteña de Chile, Calama, para después dirigirse a Iaquique.
Chilean government defends motor-sport rally as archaeologists say nearly half of ancient sites on 10,000km route are damaged
Jonathan Watts theguardian.com,
Chilean government studies seen by the Guardian confirm the damage done to geoglyphs, protected sites, burial grounds and tracks on the Inca trail during previous races, but such is the race’s importance for tourism that it has once again been given the green light.
From 5 to 18 January, the latest 6,000-mile (10,000km) rally takes the drivers from Rosario in Argentina to Valparaíso in Chile, via the Andes, Bolivia’s salt flats and the Atacama desert.
It has been challenged in the courts and on the streets by critics, who say Chile is paying too high a price to accommodate rich foreign adrenaline junkies, carmakers and their sponsors.
Chile’s Archaeologists Association and other conservationist and indigenous groups failed in a legal bid to block the race on environmental grounds. The constitutional court said there was insufficient evidence that the event violated the right to an uncontaminated environment.
This week, troops and police broke up a protest by the indigenous Kolla community, who blocked roads into land they claim as their own in Rumi Cruz.
The Kolla denounced the actions of the government and the race organisers, saying the Dakar Rally aimed to “turn their communities and landscapes into a million-dollar tourist attraction aimed at a rich minority”.
Chile’s sports minister, Gabriel Ruiz-Tagle, rejected the claims, saying the rally was the only sporting competition with comprehensive environmental protection.
But conservationists have posted images purportedly showing that cars and motorbikes have driven across archaeological digs, leaving tyre tracks over ancient symbols, and scattered and smashing ceramic fragments.
A study by the government’s Council of National Monuments on the impact of an earlier race in 2011 revealed that the event affected 44.5% of the 283 protected historical sites that it evaluated.
It lists damage to geoglyphs, villages, cemeteries, middens and lithic or stone-tool workshops in the regions of Tarapacá, Antofagasta, Atacama and Coquimbo. Among the worst-affected archeological archaeological sites was a former fishing village in Coquimbo that may date from 2000BC, in which 50% of the area was degraded.
In 2009-10, the council put the damage at 350m pesos (£400,000) but they received only a ninth of this amount in compensation from the sports ministry. More damage has been done since.
Paola González, vice-president of the Archaeology Association of Chile, said: “The big problem is that public bodies that should be taking measures to protect the sites are unable to intervene, given that this other major public body [National Sports Institute of Chile] is supporting the event.
“The interests of the international company are overriding Chile’s legal standards that supposedly exist for the protection of the country’s archaeological monuments.”
The race organisers have promised to mitigate the impact by marking historical sites on drivers’ maps, installing temporary fencing and obliging cars to pass more checkpoints so they are less likely to get lost. But the government’s report notes the difficulty of monitoring a race that covers such a wide area with participants – including some amateurs – who are under time pressure to find short cuts.
This is not the first dispute caused by the Dakar Rally, which started in 1978. When it was held in Africa, locals complained of high costs – including fatal road accidents, roadkill of livestock, and dust – but little benefit, except to high-end businesses. The Vatican City newspaper L’Osservatore Romano described the race a “vulgar display of power and wealth in places where men continue to die from hunger and thirst”.
The race was moved to South America in 2009, after threats from al-Qaida forced the abandonment of the previous year’s event. It continued to draw controversy and enthusiastic crowds, despite the deaths of several local people in collisions with Dakar Rally vehicles. Environmentalists warn that the chunky, off-road wheels are chewing up the topsoil in fragile highland ecosystems and disturbing some of the last wild habitats of llamas, condors and vicuñas.
French environmentalists and anti-race campaigners have also slammed the race, most notably in a song by Renaud entitled http://www.theguardian.com/world/2014/jan/16/chile-dakar-rally-protests-archaeologists-indigenous-groups-environmentalists
Escandaloso y vergonzoso: El Rally Dakar: Somos Tercer Mundo
El Rally Dakar llega a Sudamérica NO para ayudar a potenciar nuestras economías ni dinamizar nuestro turismo. El Rally Dakar llega a Chile NO porque el desierto de Atacama sea la gran panacea ni Valparaíso la joya del pacífico. El Rally Dakar llega luego de haber sido renegado por Paris y expulsado desde África.
Antes de aterrizar en Sudamérica, el Rally Dakar se corría en el continente africano y además tenía a la ciudad de Paris incluida en su nombre. Sin embargo los muertos que el Rally fue dejando a su paso (63 registra hasta ahora) y las numerosas denuncias de organizaciones sociales, políticas y ambientalistas, lograron el desprestigio de esta competencia en Europa y África, obligando a cambiar el recorrido en numerosas oportunidades e incluso sacar el nombre de la capital francesa de la misma.
El año 2005 surgió desde Francia una denuncia realizada por 24 organizaciones no gubernamentales que suscribieron un manifiesto pidiendo la supresión del rally. Allí sostienen que el Rally Dakar se trata de “un rodeo publicitario en el continente de la pobreza”. Desde ese momento el desprestigio del rally en Europa terminó por restarle legitimidad y aprobación ciudadana. Hoy hablar del Rally Dakar en el viejo continente, es similar a hablar de la caza de animales o de energía nuclear.
Fue así como el Rally Dakar comenzó ya no sólo ha recibir funas simbólicas y escritas, también fue victima de atentados armados en la selva y desiertos africanos. Estos atentados correspondieron a motivos políticos, pero también al hartazgo de la población del continente negro con el enorme daño ecológico que el rally dejaba a su pasar.
Y es que el daño ambiental que deja el rally es considerable, pues los pesados vehículos utilizan superficies donde reside fauna, flora y sitios arqueológicos de gran valor patrimonial y simbólico para etnias y comunidades locales. De hecho el Colegio de Arqueólogos de Chile denunció que desde la llegada del Rally a Chile, han sido destruidos unos 250 sitios documentados.
Hoy los países OCDE, salvo Chile, no reciben al Rally Dakar, pues estos países, salvo Chile, cuando depredan lo hacen hacia fuera y porque sus políticas internas son extremadamente conservacionistas. A propósito de esto último viene bien recordar una columna publicada el año 2008 en el diario Clarín de Argentina y que decía “la opción del rally en Sudamérica es por la buena rentabilidad, cero rigor ambiental y funcionarios con reputación de coimeros. Argentina y Chile, son dos países con reconocida distracción ambiental y nulo combate a la corrupción y encima el cholulismo del poder y de los medios le facilita al rally conseguir subsidios, de manera que buena parte del enorme costo lo terminan pagando los contribuyentes depredados”.
Cuanta razón tiene la columna del diario bonaerense. Para esta versión 2014 del rally, el gobierno regional de Valparaíso aprobó 728 millones de pesos FNDR para financiar la final del Dakar en la ciudad puerto, mientras que el ministerio del medio ambiente no desarrolló un estudio de impacto ambiental riguroso respecto a los costos que genera el rally al medio ambiente nacional. Por el contrario, el Presidente Piñera y su Ministro del Deporte Gabriel Ruiz Tagle, exhibieron la realización del Dakar como un logro más de su gobierno.
El Rally Dakar es el ejemplo perfecto de cómo Chile aborda su modelo productivo: Dinero fácil, cortoplacista, importado, depredador, prepotente y sucio.
El Rally Dakar es como esas brutas y desmedidas actividades automovilísticas a las que gusta de asistir Homero Simpson, y nosotros la recibimos con los brazos abiertos, sintiendo que se trata de un privilegio exclusivo de países del primer mundo. Pero no, el Rally Dakar en nuestro territorio no hace más que develarnos como tercer mundistas ignorantes, chabacanos y aspiracionales de un país que aún se sostiene gracias a materias primas y explotación extranjera.
El Rally Dakar: Somos Tercer Mundo
Publicado el 16 Enero 2014. ESCRITO POR CRISTIAN ZÚÑIGA LUCERO
http://www.elclarin.cl/web/opinion/politica/10249-el-rally-dakar-somos-tercer-mundo.html