La atención visual del usuario y la ceguera a los banners
Los usuarios guiamos voluntariamente nuestra atención decidiendo que es lo que queremos ver y que no. Por ejemplo, cuando leemos contenido en la web, buscamos voluntariamente los elementos gráficos propios de nuestro alfabeto (texto) y descartamos los que no, pues estamos concentrados en buscar y entender la información presentada.
Sin embargo, si nos encontramos en la playa buscando un espacio donde poner nuestra sombría, no significa que nuestra atención no vaya ser atraída por alguien que luzca una bonita ropa de baño. Es decir, nuestra atención se ve interrumpida involuntariamente por elementos con determinadas características visuales, aun así estén en nuestra visión periférica (todo lo que está al rededor de lo que vemos pero no prestamos atención).
En los sitios webs, sucede exactamente lo mismo, los usuarios escaneamos visualmente la interface en busca de elementos gráficos propios de los objetos deseados en el momento, elemento gráfico=texto, objeto=contenido informativo, elemento gráfico= botones y enlaces objeto=barras de navegación.
Elementos distintos al resto, es decir, con mayor tamaño, con colores, con una orientación diferente y con movimiento mientras es resto permanece estático, tendrá mayor probabilidad de interrumpir nuestra atención visual. Un banner publicitario tiene estas propiedades y muchas veces con una ubicación ya estandarizada en los sitios web.
Ya los usuarios al escanear una interface aprendieron a ignorarlo en su visión periférica, no supera el filtro de la atención del usuario evitando verlos.
Google, empresa que invierte mucho en usabilidad, ha logrado atraer nuestra atención por el camino contrario, mejorando la experiencia de usuario no apuesta por la diferenciación gráfica, más bien por la similitud de tal forma que el usuario no pierda su atención ya que puede tratarse de información relevante, esto es conocido como publicidad contextual.