Una aproximación a la psicoterapia humanista-existencial

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Escrito por Gustavo Limaymanta

De las corrientes psicoterapéuticas contemporáneas se derivan diversas formas de hacer psicoterapia, desde el clásico psicoanálisis hasta las más recientes terapias de tercera generación. Sin embargo, muchas veces se deja de lado las derivaciones de psicoterapia humanista-existencial, las cuales están presentes en el ámbito clínico desde hace más de medio siglo. En este sentido, el propósito del presente artículo es brindar una breve introducción a la psicoterapia humanista-existencial, poniendo énfasis particular en sus bases epistémicas y metodológicas y sus formas contemporáneas.

¿Qué implica este tipo de psicoterapia? Es apropiado comenzar por la génesis de esta corriente psicoterapéutica en su contexto. A inicios del siglo XX, se empezó a popularizar en Europa el psicoanálisis y sus tempranas derivaciones, tales como la psicología individual propuesta por Alfred Adler. Esta fue de las primera corrientes que brindó explicaciones sobre patrones de conductas y actitudes en pacientes aludiendo a factores no-biológicos, como el inconsciente (Szasz, 1974). Años después, específicamente en Norteamérica, se difunde la corriente conductista, la cual brindaba otro enfoque, basado en estímulos y respuestas del sujeto (Skinner, 1976).

El problema con ambos enfoques, vistos desde las perspectivas de sus críticos, era que propiciaban un reduccionismo del sujeto. En el caso del psicoanálisis, el principio de placer implicaba ver al sujeto como un ser determinado y guiado principalmente por aspectos instintivos (Schneider y Krug, 2017). Por otro lado, el conductismo proponía observar y analizar, meramente, la conducta observable del sujeto (Skinner, 1976); sin embargo, este es más que aquello, pues se pueden distinguiren él aspectos corporales, psicológicos, culturales e, inclusive, espirituales.

En respuesta a ello, en Europa nacen las primeras psicoterapias existenciales, tales como el análisis existencial y la logoterapia de Viktor Frankl. Estas se caracterizaban por tener raíces epistémicas, ontológicas y axiológicas enla filosofía existencial. Autores como Buber, Scheler, Kierkegaard, Jaspers e inclusive Heidegger brindaron las bases de lo que serían las psicoterapias existenciales. (May, 1963; Tobías y García, 2009)

Los temas principales, en esta línea, están relacionados con la libertad y la responsabilidad. Se resaltaba la libertad del sujeto en su vida, en tanto no es un ser definido, sino que se construye durante la vida misma. Por su parte, la responsabilidad se relacionaba a que esta libertad innata del sujeto implicaba casi una condena a ser responsable. En ese sentido, el sujeto no puede huir de la  responsabilidad de ejercer su propia libertad respecto a sí mismo y los demás (Frankl, 2001; May, 1963; Tobías y García, 2009).

También es importante resaltar la relevancia de aspectos como la muerte y el sentido de vida. La muerte puede ser vista como un tabú o un tema prohibido, particularmente en culturas occidentales; sin embargo, en la perspectiva existencial, se concibe  la muerte como un aspecto que da sentido a la vida misma (Yalom, 1984). Una cuestión práctica  para darse cuenta de ello es preguntarse lo siguiente: “Si yo tuviera todo el tiempo en el mundo, ¿habría hecho todo lo que he hecho hasta ahora?”, “¿hubiera pospuesto algunos o varios aspectos?” El hecho de que la vida tenga fin nos da un motivo para hacer cosas en el tiempo que tenemos de vida.

En cuanto al sentido de vida, se puede empezar afirmando que una duda común a los individuos es si existe realmente el sentido de la vida. Desde esta perspectiva, se propone que no existe el sentido de vida como tal, es decir, que no hay un sentido último, al menos no desde una perspectiva psicológica existencial. En todo caso, perspectivas como la de Frankl proponen que se puede encontrar sentido en ciertos aspectos de la vida, tales como disfrutar de la naturaleza o la creación y la actitud que tome el sujeto ante sus vivencias. A partir de estos valores, como los llama Frankl, se puede encontrar sentido en el mundo (Frankl, 1970,1999)

Por otro lado, en Norteamérica surgió la psicología humanista, que tiene representantes como Rollo May, Carl Rogers y James Bugental, entre muchos otros. A diferencia de Europa, en este continente se contempló la coexistencia de la psicoterapia y la psicología no clínica, enfocada en análisis del humano fuera del consultorio bajo una perspectiva humanista. En este caso, enfocándose en lo clínico, la psicoterapia humanista nace bajo la influencia de las psicoterapias existenciales y por el descontento con la forma de aproximación psicoanalítica (May, 1963)

La psicoterapia humanista redescubre lo empezado en Europa, siendo Rollo May uno de los primeros psicólogos que lleva los temas anteriormente mencionados a espacios de discusión en su continente. A partir de ello, se empieza a desarrollar una corriente centrada en re-enfocar la psicología en el sujeto; así, aspectos como la autotrascendencia y el ser como unidad indivisible, entre otros, toman relevancia.

Uno de los psicólogos más resaltantes y trascendentes que trabajó bajo esta corriente fue Carl Rogers, quien creó la psicoterapia centrada en el cliente, que luego derivó en otros enfoques, englobados bajo la denominación centrados en la persona. Dicha forma psicoterapéutica tenía como base la visión del cliente como sujeto en sí, lo que contrastaba con la patologización de la época, en la que se veía al sujeto como su trastorno o “enfermedad”, cuando este es más que ello. Su propuesta se basó en tres premisas prácticas que debe ejercer el terapeuta y que, inclusive, han trascendido a otras formas de psicoterapia: escucha empática, aceptación incondicional y congruencia (es decir, que el terapeuta sea auténtico en la relación con el cliente). Se propone que, de aplicarse estos tres principios, se puede propiciar que el cliente se acepte a sí mismo, lo que fomenta la expresión de su yo auténtico (Rogers, 2002).

De forma global, en el siglo XXI, podemos apreciar la evolución de lo anteriormente expuesto. Con el paso del tiempo, nuevas formas de psicoterapia han aparecido, tratando de integrar técnicas, pero también enfoques. Algunos ejemplos de ello son el análisis existencial de Längle —discípulo de Frankl, la terapia centrada en el sentido y la psicoterapia integrativa existencial, entre otras (Martínez, 2011).

Algunos aspectos finales a resaltar son los siguientes: esta corriente psicoterapéutica no tiene como prioridad la aproximación positivista a los aspectos relacionados a su efectividad; en consecuencia, no existen muchos estudios científicos respecto a ello. Asimismo, uno de los aspectos que ha trascendido a otras corrientes, en general, es la dimensión espiritual del sujeto. Cuando hablamos de espiritualidad, no nos referimos a una religión necesariamente, sino a aquella parte que hace del hombre un sujeto como tal. Se refiere al aspecto volitivo, es decir, de voluntad, que lo hace diferente de otros seres. (Frankl,1970). Además, se debe resaltar que esta corriente no debe ser vista como “suave” o “muy alegre”, ya que, de hecho, el reto de este tipo de psicoterapias es afrontar los eternos dilemas del hombre e, inclusive, enfrentarse a uno mismo, lo que requiere fortaleza y disposición de crecer como sujeto.

 

Referencias

Frankl, V. (1999). El hombre en busca de sentido. Herder.

Frankl, V. (1970). Psicoanálisis y existencialismo. Fondo de Cultura Económica.

Frankl, V. (2001). Psicoterapia y existencialismo. Herder.

Martínez, E. (2011). Las psicoterapias existenciales. Manual Moderno.

May, R. (1963). Psicología Existencial. Paidós.

Rogers, C. (2002). El proceso de convertirse en persona. Paidós

Schneider, S y Krug, O. (2017). Existential-Humanistic Therapy. American Psychological Association.

Skinner, B. (1976). About Behaviorism. Random House.

Szasz, T. (1974). The Mith of Mental Illness: Foundations of a Theory of Personal Conduct. Harper Collins.

Tobías, C. y García, J. (2009). Psicoterapias humanístico-existenciales: fundamentos filosóficos y metodológicos. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 29(2), 437-453.

Yalom, I. (1984). Psicoterapia Existencial. Herder.

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