¿ Cual es la opinión de los jóvenes sobre el trauma peruano llamado “Sendero Luminoso? ¿Puede la simpatía por un determinado equipo de futbol traspasar las fronteras nacionales? ¿A que edad el ser humano puede ejercer su preferencia sexual? ¿Existe una forma correcta de hablar? ¿Cuánto de verdad hay en la frase feminista “Yo me visto para mi”? ¿Cuál puede ser el verdadero significado de un símbolo patrio? ¿Qué entendemos por especismo?
“Ensayos sobre la realidad desbordante” nos presenta una serie de textos donde se analizan diversos problemas del ámbito social; manuscrito que tiene como objetivo que el lector reexamine su ubicación y postura ante cuestiones bastante polémicas y de dificultosa resolución.
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Cambios y continuidades en la percepción de los jóvenes de hoy sobre Sendero Luminoso
Cambios y continuidades en la percepción de los jóvenes de hoy sobre Sendero Luminoso
Resumen
Mediante el presente ensayo, buscamos averiguar y explicar las percepciones de los jóvenes de hoy sobre Sendero Luminoso. Para ello, nos remontamos varios años atrás, para demostrar que factores como la pobreza, la discriminación, el racismo y el deseo de educarse confluyeron para el surgimiento del grupo terrorista a la vez que describimos el papel de los jóvenes en este proceso. Contamos con el testimonio de una persona que describe el sentimiento de aquella época, quien fuera seguidor del llamado “pensamiento Gonzalo”.
En la segunda parte, realizamos seis preguntas a cinco jóvenes entre los 20-25 años sobre Sendero Luminoso, la Comisión de la Verdad y Reconciliación y el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales para comprobar que el conocimiento viene a ser bastante superficial, lo cual se explicaría, entre otras razones, por dos factores que han venido a fortalecerse en el nuevo siglo a partir de los cambios producidos a nivel nacional e internacional a finales de los ochenta y la década de los noventa
-La despolitización
-La llamada cultura del emprendedurismo
Finalmente, entre las varias conclusiones, consideramos que Sendero Luminoso y el conflicto armado interno representan un trauma nacional, que no solamente la juventud, sino la población en general ha preferido olvidar antes que enfrentar.
Introducción
“A mi esposo le pusieron la soga con el palo al cuello, se arrodilló y le apretaron la soga, le metieron una puñalada, el no gritaba y lo seguían apuñalando y yo gritaba y el me llamaba, negrita, bebita ¿estás ahí?, si, le decía yo, estoy aquí, yo empecé a pelear y por ello me amarraron, de repente me sueltan y me llevan ante mi esposo y el que lo había apuñalado, “Bagua”, me dice pícale, me hace agarrar el puñal, yo no quería picarle, como le iba a picar si era el hombre que yo amaba, era el padre de mis hijos, mi esposo les decía lo de ustedes no va durar y me dijo a mí que por más cosas que pasen no te unas a ellos, prométemelo y no me uní(…) cuando el murió yo tenía tres meses de gestación(…)”
El testimonio anterior fue brindado por María Cecilia Malpartida a la Comisión de la Verdad y Reconciliación el 10 de setiembre de 2002, testimonio donde narra uno de los tantísimos crímenes ocurridos durante el conflicto armado interno el cual significó el mayor periodo de violencia de la historia de la república, etapa cruenta que conllevó el desprecio absoluto por la esencia de la humanidad. Parece ya lejano aquel 17 de mayo de 1980 cuando, con la quema de ánforas en Chuschi, se dio por iniciada la llama “guerra popular” contra el Estado, marcando el inicio de la etapa más traumática de nuestra historia.
¿Acaso no puede considerarse un trauma el hecho que se produzcan 69,280 (1) víctimas en un periodo de veinte años dentro de gobiernos democráticamente elegidos? (2) una experiencia ante la cual existen dos opciones generales: 1) Enfrentarlo y buscar alguna solución u 2) Olvidarlo
La actitud del Estado frente a lo que significó el conflicto armado interno (en adelante CAI) ha oscilado entre ambas opciones, léase visibilizarlo en ciertas ocasiones y olvidarlo, o tratar de hacerlo, en otras. Ejemplo del primer caso fue la creación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (en adelante CVR) mientras que del segundo, la corrupción, lentitud e inacción de las fiscalías y órganos jurisdiccionales en la investigación y juzgamiento de los crímenes cometidos tanto por terroristas como por agentes del Estado, así como la negativa de las Fuerzas Armadas y del Ministerio de Defensa de brindar información sobre su personal destacado en zonas de conflicto. A la par de ello, ¿Qué hay de la sociedad civil? ¿Cómo enfrentó a Sendero Luminoso (en adelante SL), al CAI y los estragos producidos? Sería imposible, además de irreal, hablar de una respuesta conjunta y coordinada de los sujetos sociales; consideramos más bien que la forma como afectó la violencia desatada por SL dependió de una serie de factores, como por ejemplo si el individuo vivía en la sierra o en la capital, si era de condición humilde o no, si era quechuahablante o hispanohablante, del color de su piel, etc. Lo que sí es evidente es que el CAI iniciado por SL visibilizó la existencia de un país dividido, caracterizado por la discriminación y la falta de empatía.
Aterrizando en el presente ¿Qué hay de los jóvenes? ¿Qué piensan sobre SL? ¿Cuáles son sus conocimientos, preguntas y cuestionamientos? Es este el objetivo del presente ensayo, plantear y explicar las percepciones de los jóvenes de hoy sobre el grupo terrorista e intentar una respuesta de este sector de la población, victima también de aquel insano proyecto, juventud que hereda el legado de un Estado contradictorio en su proceder y de una sociedad sin memoria, que prefiere en la mayoría de ocasiones pasar la página antes que reparar, olvidar antes que recordar.
Surgimiento de Sendero Luminoso y el papel de los jóvenes
El mes de mayo de 1980 fue el elegido por SL para el inicio de la llamada “lucha armada”, conflicto que desangraría al Perú en los años venideros y cuyas consecuencias padecemos hasta hoy. Si bien se toma noticia del grupo terrorista a partir de lo ocurrido en Chuschi, aquel inició su trabajo ideológico muchos años antes, siendo la juventud la principal receptora. Ayer como hoy existía desigualdad pobreza y discriminación, ayer al igual que hoy las personas que las padecían querían superarlas, especialmente los provincianos y los migrantes de primera y/o segunda generación. Alentados por el “mito del progreso” y el conocimiento de nuevas ideologías, muchos de los jóvenes de entonces buscaron apropiarse principalmente de uno de los medios que portaban quienes históricamente los explotaban: la educación. Caso paradigmático de ello fue lo ocurrido en el departamento de Ayacucho. En 1968, el general Velasco Alvarado dio un golpe de estado al deslegitimado Fernando Belaunde y había despertado expectativas en muchos sectores de la población, especialmente en los mas pobres; sin embargo al año siguiente a través del Decreto Supremo 006-69/EP, eliminó la gratuidad de la enseñanza para los alumnos de secundaria que no hayan aprobado algún curso aun así después lo hubieran hecho en vacacional. La consecuencia de la promulgación de la norma fueron protestas en distintas partes del país, pero en Ayacucho llegaron a ser multitudinarias, donde destacaron los principales afectados, léase los estudiantes secundarios, muchos de los cuales en años posteriores ingresarían a la universidad en busca de un mejor porvenir. Así, tal como señala Carlos Iván Degregori (3): “El PCP Sendero Luminoso surgió del encuentro que tuvo lugar en las décadas de 1960 y 1970 en Ayacucho, entre una elite intelectual provinciana mestiza y una juventud universitaria también provinciana andina y mestiza” y ello tuvo como centro la universidad San Cristóbal de Huamanga donde muchos se decantarían por la ideología de Abimael Guzmán, el filósofo, el caudillo, pero sobre todo, el profesor que enseñaba, que “educaba” a través de lo que consideraba una verdad científica: el “pensamiento Gonzalo”. En la universidad, el alumno recibiría una educación formal y una ideológica, tal cual ocurrió con quien llamaremos Hilario, ex simpatizante senderista quien ahora ronda los cincuenta años. Su testimonio sobre aquella época es bastante revelador: “Se quería cambiar el país, que no haya tanta pobreza, abuso, queríamos educación para luchar contra los que nos trataban como animales. Conocer lo que decía Abimael nos hizo ver la realidad, nos abrió los ojos a otro mundo pues entre la universidad y el colegio había un abismo, en el colegio tu veías a niños rubios de la ciudad en los libros, mientras que en los manuales, libros, folletos que leías en la universidad tu apreciabas un discurso valido y veías a gente como uno, gente real”. De lo señalado por Hilario, se refuerza la idea de la captura de las armas del explotador quien incluso trata como animales a los sometidos; así, la educación equivale para los explotados el humanizarse. Por otro lado, la educación pública en Perú ha sido históricamente deficiente, más aun en provincia, la cual no toma en cuenta que nuestro país es multirracial, pluricultural y plurilingüe pues ¿Cómo un niño provinciano, mayormente pobre, indio y/o mestizo puede lograr identificarse con uno rubio de ojos azules que vive en la ciudad? Por ello, mientras en la formación básica un alumno se topaba con una situación lejana, extraña; en la universidad lo hacía con un proyecto creíble, con uno que, según su apreciación, podía concretarse y cambiar el estado de las cosas.
Finalmente Hilario señala: “La situación era difícil, el provinciano y peor aún el ayacuchano, siempre era apartado, rechazado, choleado, incluso por sus iguales, yo creo que ahí estaba el motor de la lucha” Si bien la raza o la “lucha racial” no forman parte del programa de SL, el racismo es un problema histórico particularmente intenso en una sociedad multirracial como la nuestra donde el discriminador puede pasar a ser discriminado en cualquier momento y lugar. Los jóvenes de SL, los “choleados” deseaban obviamente revertir esta situación y si bien la educación formal podía ayudarlos, el “pensamiento Gonzalo” era lo óptimo para ellos pues les ofrecía conquistar el poder a través de la guerra popular para cambiarlo todo.
Durante los ochenta, el área de expansión e influencia de SL crecería así como sus militantes, mayormente jóvenes capaces de todo para asegurar el triunfo de su causa. Desde sus primeras acciones, el grupo subversivo demostraría su crueldad siendo numerosos los crímenes cometidos, sin embargo queremos nombrar uno en particular: Lucanamarca. Así, en palabras de la CVR (4) : “El 3 de abril de 1983, una columna de aproximadamente sesenta personas incursionaron en el distrito de Santiago de Lucanamarca con el propósito de aniquilar a su población, con carácter de “sanción ejemplar” por haber colaborado con las fuerzas del orden (…) Desde las primeras horas, armados con hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego, iniciaron su ataque a lo largo de Yanaccollpa, Ataccara, Llacchua, Muylacruz y culminó en el pueblo de Lucanamarca. Las acciones en Yanaccollpa sorprendieron a un grupo de campesinos a los que condujeron a la vivienda del comunero Antonio Quincho junto a otras personas capturadas. Al llegar a este lugar, reunieron a veintinueve personas entre hombres, mujeres y niños, las cuales fueron encerradas en la vivienda y atacadas brutalmente con hachas, machetes y armas de fuego. Inmediatamente después de ultimar a las víctimas, los subversivos rociaron agua hirviendo sobre sus cuerpos y aseguraron la puerta de la vivienda con un candado. Continuando su marcha hacia el pueblo de Lucanamarca, la columna de Sendero Luminoso llegó hasta Llacchua donde asesinaron a ocho personas (…) Alrededor de las cuatro de la tarde, los senderistas hicieron su ingreso al pueblo de Lucanamarca (…) se dividieron en grupos y con apoyo de vecinos invocaban a la población a no huir y afirmaban que solamente iban a realizar una asamblea. Los pobladores fueron conducidos por aproximadamente treinta subversivos hasta la plaza. En este lugar, separaron a los varones adultos de las mujeres y los niños quienes fueron obligados a tenderse en el piso, mientras que las demás personas permanecieron en una esquina. Los varones adultos que se encontraban frente a la iglesia fueron asesinados por los subversivos, quienes hicieron uso de hachas, machetes piedras y armas de fuego, mientras daban vivas a Sendero Luminoso. Cuando se alistaban a proceder de igual forma con un segundo grupo de varones y con las mujeres que se hallaban en la plaza, un niño alertó con gritos, sobre una supuesta llegada de las fuerzas del orden. Al escucharlo, los senderistas se retiraron del lugar. En su huida procedieron a saquear y quemar el local municipal, la oficina de correos, así como algunas viviendas y tiendas. Una vez retirados, las mujeres corrieron hasta el lugar donde yacían los cuerpos de sus esposos o familiares a quienes trataron de auxiliar. Los relatos de los testigos dan cuenta de un panorama aterrador; la mayoría de sobrevivientes no sabía qué hacer, varias personas aún con vida agonizaban, algunas fueron atendidas tan sólo con agua y pastillas para el dolor, mientras que otros sencillamente morían”
Este fue uno de los tantos crímenes cometidos por quienes decían querer cambiar las cosas para bien, por quienes decían luchar por los pobres, por los más necesitados. En base a ello formulamos la interrogante, ¿Cómo es que un grupo terrorista que demostraba tanta insania siguió generando apoyo y adhesiones entre muchos jóvenes? Puesto que durante los años ochenta, SL va del campo a la ciudad y el joven promedio que se une al grupo terrorista es ya un migrante de primera o segunda generación, obrero, técnico y/o universitario que a la par de la educación formal, recibiría la “educación” del partido, doctrinaria, filosófica y ejecutiva para llevar a las armas lo aprendido.
Al llegar SL progresivamente a la capital, muchos limeños recién parecieron percatarse que en el Perú existía una guerra y que el problema no era solo de quienes habitaban en los andes sino que era el problema de todos. En los años siguientes, e inclusive hoy, para muchos, SL equivaldría a coches bomba y apagones y es que si la sociedad en general tiene poca memoria, también tiene memoria selectiva. El crimen de Tarata continúa siendo el ejemplo emblemático de la brutalidad del grupo subversivo, atentado que si bien fue execrable, ha apartado la vista de otros tan o más terribles y que sucedieron con mucha anterioridad. Así, entre lo ocurrido en Lucanamarca y Tarata hay casi diez años de diferencia, entonces ¿Por qué nos indignamos tanto ante lo segundo y no ante lo primero? Consideramos que la base de esta diferenciación la encontramos en la eterna partición, en la existencia de dos países, en la falta de empatía, en preocuparnos por un dilema, por una guerra solo cuando nos afectó directamente, cuando nos empezó a lastimar, a matar.
Cuanto hemos aprendido del trauma es difícil saberlo. El informe final de la CVR nos muestra las desgracias ocurridas entre 1980-2000, un informe que, valga la redundancia, busca la reconciliación, empero ¿puede existir sin conocerse la verdad o sin querer conocerla? ¿Puede existir reconciliación si es que no ha existido una conciliación entre los peruanos de nuestros problemas históricos?
Sociedad postconflicto y percepción de los jóvenes sobre SL y el conflicto armado
El periodo postconflicto objetivamente empezaría a partir de 2000, pues es esta la fecha límite hasta la cual la CVR dirige su investigación; sin embargo, en los hechos, la captura de Abimael Guzmán en 1992 marcó para el Estado y gran parte de la población el fin o el principio de SL pues si bien luego de su captura se siguieron perpetrando atentados en diversas partes del país, aquel no volvió a ser el mismo. Así, a partir de mediados de los noventa, en la mente de muchos jóvenes el tema SL fue dejando paso a otros de coyuntura como el control por parte del gobierno del ex presidente Fujimori de los principales organismos del Estado, de los medios de comunicación y su futura postulación a un tercer periodo (5) SL y el CAI tomó notoriedad nuevamente con la entrega del informe final de la CVR mostrando lo ocurrido a las nuevas generaciones, a los “hijos de Sendero”, personas a quienes ubicamos en el rango de 18 a 25 años y respecto de los cuales tomamos una muestra pequeña, bastante ejemplificadora, que presentamos a continuación:
-Pamela, 25 años, ingeniera ambiental, limeña.
-Nataly, 24 años, secretaria, limeña
-Diego, 20 años, estudiante de psicología, huancaíno
-Silvia, 20 años, estudiante de psicología, ayacuchana
-Carlos, 21 años, estudiante de derecho, chalaco
A quienes formulamos las siguientes preguntas:
1. ¿Que era SL y que proponía?
-Pamela: Era una organización terrorista
-Nataly: Es un grupo terrorista que normalmente se dedicaba a maltratar a las personas, normalmente en provincias, para las personas era una organización que provocaba caos, dolor, matanza.
-Diego: Era un grupo terrorista que proponía la violencia
-Silvia: Eran terroristas, buscaban cambiar las cosas mediante el terror.
-Carlos: SL era un grupo que buscaba el cambio, que todos seamos iguales, eran guerrilleros, es el Estado quien le puso el apodo de terroristas.
2. ¿Sabes quienes lo conformaban?
-Pamela: No
-Nataly: No, pero el jefe era Abimael Guzmán
-Diego: Abimael Guzmán
-Silvia: Campesinos, estudiantes, comandados por Abimael Guzmán
-Carlos: Lo conformaban estudiantes, campesinos y profesionales. El líder máximo era Abimael.
3. ¿Te han enseñado sobre SL en el colegio o la universidad?
-Pamela: Si, pero muy poco en la universidad, solo lo nombraron.
-Nataly: En el colegio no, en el instituto dijeron algo breve
-Diego: En la universidad, en el curso de realidad nacional. En el colegio muy poco
-Silvia: Si, en ambos. En la universidad en el curso de realidad nacional
-Carlos: En el colegio casi nada. En la universidad lleve el curso de realidad social donde se habló del tema, pero más vine a aprender de ello al juntarme con otras personas.
4. ¿Apoyas algunas de sus propuestas?
-Pamela, Nataly, Diego, Silvia: No
-Carlos: Apoyo todo lo que sea mejor para el Perú. SL tenía propuestas interesantes como que no haya clases sociales, que todos seamos iguales
5. ¿Sabes que es el MOVADEF?
-Pamela, Nataly, Diego, Silvia: No
-Carlos: Es el movimiento por la amnistía y derechos fundamentales
6. ¿Sabes cuál fue la misión de la CVR?
-Pamela, Nataly, Diego: No
-Silvia: Conocer sobre lo realizado por el terrorismo
-Carlos: Investigar lo que pasó durante la guerra popular, pero hay errores, yo no creo que SL haya matado tanta gente, más gente mataron los militares.
De las preguntas realizadas, constatamos que la mayor parte de los entrevistados considera a SL como un grupo terrorista y solo Carlos le otorga un apoyo tácito; sin embargo no saben exactamente que proponía. Pamela solo define a SL mientras que Nataly y Diego aluden a los medios que empleaba más que a su fin. Silvia y Carlos van más allá y señalan que buscaban el cambio, la primera asociándolo al terrorismo y el segundo a la guerrilla. Entonces, ¿Cómo pueden saber que se trata de un grupo terrorista si es que no conocen sus propuestas? ¿Cómo pueden estar en contra o a favor de algo que no conocen exactamente? Es rescatable que a nivel educativo se haya tocado el tema de SL aunque no en la medida de lo debido quizá por cuestiones prácticas. Pamela y Nataly hacen referencia a la vaguedad con la que se trató el tema quizá porque las carreras que estudiaron no tienen, en principio, mucha relación con temas sociales, mientras que los tres restantes señalaron que en el curso de Realidad Social se tocó el tema. Aun así, quien parece conocer más de SL viene a ser Carlos quien supo sobre el mismo “por juntarse con otras personas” y por el cual siente una evidente simpatía. Él estudia en una universidad pública (San Marcos) donde los debates políticos siguen estando a la orden del día a diferencia de los centros de estudio privados de Diego y Silvia, Continental y Cayetano Heredia respectivamente, que no se caracterizan por ello. Tenemos entonces que el contacto con el pasado violento existe, aunque no es el ideal, sin embargo esto contrasta con lo ocurrido en la escuela donde la mayoría afirma que el tema SL fue casi nulo, con excepción de Silvia quien estudio en Ayacucho. Conversando con ella más ampliamente nos señaló: “En el colegio no solo nos enseñaron sobre SL sino sobre las causas que lo produjeron como la pobreza, la falta de oportunidades, de educación”
Sobre la segunda pregunta, la referencia a Abimael Guzmán es lo que resalta, pues cuatro de los jóvenes lo nombran y de ellos Silvia y Carlos nombran también a estudiantes y campesinos. En lo referente a la CVR, el conocimiento es nulo por parte de Pamela, Nataly y Diego, Silvia se acerca a una de sus funciones, mientras que Carlos al referirse al CAI, lo llama “guerra popular” a la vez que duda sobre el número de víctimas mortales. De todas las respuestas de Carlos hasta aquí, se puede constatar su simpatía por SL lo cual no deja dudas con la repuesta sobre MOVADEF pues es el único que da la definición correcta sobre un proyecto político que ha suscitado el rechazo mayoritario de la población.
Esta pequeña muestra nos invita a reflexionar sobre la percepción de los jóvenes de hoy, la cual linda entre la ignorancia y la simpatía, entre lo que es y lo que no es políticamente correcto. Saben que existió SL pero viene a ser un conocimiento muy superficial. Aunque identifican a su líder máximo, no reconocen a sus integrantes y confiesan que a nivel educativo su acercamiento al grupo terrorista no ha sido el ideal. Esto es bastante preocupante pues estos jóvenes perpetúan la falta de memoria histórica de la mayoría de personas quienes prefieren voltear la página ya sea por dejadez o complicidad.
Pero ¿A qué se debe el desconocimiento de los jóvenes? ¿Por qué no pueden o quieren recordar? Si bien podrían ensayarse muchas explicaciones para este limbo cognitivo, consideramos que hay dos que nos permiten esclarecer el estado de las cosas:
1. La despolitización
2. La llamada “Cultura del Emprendedurismo”
Pasemos a desarrollar cada una de ellas:
1. Ser joven en el periodo de los años sesenta-ochenta implicaba el estar influenciado por una serie de cambios políticos, sociales culturales, ideológicos, filosóficos que se producían en el mundo como producto de la guerra fría, léase la lucha entre el capitalismo y el comunismo por la hegemonía mundial. La influencia implicaba en la enorme mayoría de los casos la toma de partido por una de estas posturas, y /o su rango de variaciones, por lo que ser un peruano joven conllevaba interiorizar los postulados de derecha o izquierda y aplicarlos en el quehacer diario.
Este panorama cambiaría con sucesos internacionales y nacionales. El primero es la caída del muro de Berlín en 1989 lo que significó el triunfo del eje capitalista mientras que el segundo es el ajuste estructural realizado el 8 de agosto de 1990. Para aquella época, cualquier joven que no militara en SL estaba harto de la espiral de violencia, quien ante un país casi en ruinas tenía principalmente dos opciones: irse o quedarse e intentar sobrevivir. Muchos elegirían esta última a través del trabajo y el estudio pero vendrían a desenvolverse en un contexto diferente al de la década anterior donde la captura de Abimael Guzmán, la concreción en los hechos de la Constitución Política de 1993, la lenta y progresiva recuperación económica, entre otros factores, sentarían las bases para una vida menos violenta, pero también menos política, donde los jóvenes se preocuparían más por sí mismos, por sus propios problemas, marcando el inicio de la despolitización la cual puede entenderse como el alejamiento, apartamiento y desinterés por la coyuntura política, y temas políticos en general, lo cual obedece a una cuestión actitudinal. En consecuencia, el joven quería mirar hacia adelante, progresar y las condiciones sociales y económicas coadyuvaban a ello, el terrorismo era tema del pasado, se producía, parafraseando a Francis Fukuyama, “el fin de la historia”. Ahora bien, ¿podemos acusar a los jóvenes de los noventa de alejarse de la política? Consideramos que más que alejarse de esta, se alejaron de la política partidaria, lo cual guarda relación con la crisis de los partidos políticos(6) pues se suscitaron actos políticos de ellos contra episodios específicos (7) . Pero ¿Qué hay de los jóvenes del nuevo milenio y específicamente los comprendidos en nuestra muestra? Ellos son los herederos de lo que acabamos de señalar, quienes crecieron en un mundo donde imperaba una ideología única, con una ausencia total de lo que entendemos por sistema de partidos, en un contexto de estabilidad económica y la solidificación del individualismo, lo cual se vio reforzado con un fenómeno que esta en boga en años recientes y que desarrollamos a continuación: el emprendedurismo.
2. Término inexistente, el emprendedurismo equivale a emprendimiento, léase acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro; sin embargo muchos han reducido este término a un aspecto eminentemente económico relacionándolo a la figura del pequeño o mediano empresario. Así, en una economía estable, los jóvenes pueden seguir este derrotero sin dudas ni murmuraciones, donde más que ciudadanos, son microempresas en busca de la mayor eficiencia. ¿Sera que creen demasiado en el sistema? ¿O que han interiorizado muy bien, sin saberlo, los postulados del Consenso de Washington? En si su comportamiento es el razonable al desarrollarnos en una economía social de mercado, el problema está en identificar solamente el emprendimiento como iniciativa empresarial cuando abarca mucho más que eso. Pero el problema se torna más preocupante en una sociedad que no logra curar un trauma. Emprender también implica buscar a los desaparecidos, cuestionar a las autoridades por su inacción, hacer que el compatriota se entere, investigue y exija justicia, no solo respecto a SL sino sobre cualquier cuestión que nos afecte como nación. Lamentablemente en una sociedad enferma como la nuestra, es más valorado que se inaugure un restaurante de comida peruana a que se inaugure una biblioteca municipal en un asentamiento humano, más celebrado que un empresario de Gamarra abra una nueva tienda a que su trabajador reclame las horas extras que le corresponden.
En vista de todo lo señalado, ¿los jóvenes de hoy no tendrían culpa de su ignorancia sobre SL? Consideramos que si bien son otros tiempos y que el proceder del Estado y la sociedad no ha sido el adecuado, aquellos tienen la posibilidad de investigar, de informarse y de cuestionar sobre lo ocurrido para no cometer los mismos errores. Lamentablemente los más jóvenes conocen el tema SL muy superficialmente o, peor aún, creen conocerlo muy bien. Este último es el caso de Carlos, quien finalmente nos confesó que militaba en MOVADEF, a quien vimos en numerosas protestas frente a ONPE abogando por la inscripción del movimiento como partido político y para quien la gente de Lucanamarca mereció morir por ser “traidores del pueblo”
Quizá lo más desolador sea que tanto los que rechazan como los que concuerdan con SL prefieren olvidar los estragos de este grupo terrorista, avalando la impunidad y la injusticia, impidiendo buscar la verdad y algún atisbo de reconciliación.
SL y el CAI continúan siendo un trauma, uno del cual lamentablemente la mayoría de personas pareciera no querer o poder curarse.
Conclusiones
– La actitud del Estado frente a lo que significó SL y el CAI ha oscilado entre visibilizarlo y ocultarlo dependiendo del contexto.
-La forma como afectó la violencia desatada por SL dependió en muchas ocasiones de las condiciones personales del individuo.
– El CAI visibilizó la existencia de enormes brechas y la constatación de un país caracterizado por la discriminación, la desconfianza y la ausencia de empatía.
-Muchos de los jóvenes que se unieron a SL buscaron apropiarse de los medios que portaban quienes históricamente los explotaron como la educación.
-En un mundo de no pertenencia, de pobreza y racismo, muchos jóvenes buscan una ideología que los combata, la cual sería el llamado “pensamiento Gonzalo”
-La educación pública no toma en cuenta que nuestro país es multirracial, pluricultural y plurilingüe
-El racismo es un problema permanente, el cual sirvió como catalizador para el surgimiento y expansión de SL
– El joven capitalino que se une a SL es un migrante de primera o segunda generación, obrero, técnico y/o universitario que a la par de la educación formal, recibiría la “educación” del partido,
-Para muchas personas SL equivale a coches bomba y apagones, apartando la vista de otros crímenes cometidos en provincia.
-De la muestra analizada, se constata que el conocimiento sobre SL entre los jóvenes de hoy linda entre el desconocimiento y la adhesión
– De la muestra analizada, se constata que el conocimiento sobre MOVADEF es casi nulo
-De la muestra analizada, se constata que se desconoce o se niega la labor realizada por la CVR.
-Entre las muchas causas para el desconocimiento sobre SL se encuentran la despolitización y la llamada cultura del emprendedurismo.
-SL y el CAI representan un trauma al que no solamente la juventud sino la población en general ha preferido olvidar antes que enfrentar.
Citas
1. Cifra oficial dada por la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
2. Si bien fueron elegidos democráticamente, los gobiernos de Belaunde, García y Fujimori se caracterizaron por prácticas antidemocráticas y violaciones a los derechos humanos.
3. Degregori, C. (1989). Qué difícil es ser Dios. Lima: Zorro de Abajo.
4. Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003)
5. Durante esta época el tema SL era utilizado convenientemente por el gobierno para traer réditos a su cuestionada gestión, como fue el caso de la captura de “Feliciano”
6. Tanaka, M. (1998). Los Espejismos de la Democracia: Instituto de Estudios Peruanos
7. Por ejemplo las protestas producidas contra la destitución de los magistrados del Tribunal Constitucional, contra la re-reelección, la marcha de los Cuatro Suyos, etc
Bibliografia
BARDALES, (2015). “El emprendimiento en el Perú: De la necesidad a la oportunidad”, en Gestión 30 de agosto, p. 18.
CHAVEZ DE PAZ, Dennis. (1989). Juventud y terrorismo. Lima: Instituto de Estudios Peruanos
Constitución Política del Perú (1993)
DEGREGORI, Carlos. (1989). Que difícil es ser Dios. Lima: Zorro de abajo ediciones
DE SOTO, Hernando. (1986). El Otro Sendero. Lima: El Barranco
FUKUYAMA, Francis. (1992). El fin de la historia y el ultimo hombre. Nueva York: The Free Press
GORRITI, Gustavo. (1990). Sendero: Historia de la guerra milenaria en el Perú. Lima: Apoyo
Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003)
MATOS, José. (1986). Desborde popular y crisis del Estado. Lima: Instituto de Estudios Peruanos
TANAKA, Martin. (1998). Los espejismos de la democracia. Lima: Instituto de Estudios Peruanos