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LOS ULTIMOS DIAS DE GARCIA

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Lo tuvimos en la década de los 80s al frente de un gobierno desastroso: terrorismo, grupos paramilitares, violación sistemática de los derechos humanos, guerra sucia, desapariciones forzadas, estatización de la banca, hiperinflación, etc. Nadie esperaba su regreso, pues más allá de su verbo florido y sus dotes de mozalbete rebeldebien pensante (características que poseía en aquella época), luego de lo vivido de 85-90 pocos pensarían que saldría nuevamente elegido. Mas no fue así. Año 2001, noche fría de verano, 9 años después de su exilio dorado reaparece en un concurrido mitin en la Plaza San Martin; con su oratoria avasallante se dirigió a los presentes diciendo que regresaba sin rencor -todo quedo atrás señaló- que regresaba sin vanidad, sin soberbia, para más adelante citar emocionadamente a Calderón de la Barca provocando llantos de emoción en muchos de quienes lo escuchaban. Sorprendió al pasar a segunda vuelta, dejando atrás a Lourdes Flores, para terminar perdiendo por muy escaso margen contra el mejor Toledo de la década. Ya para ese momento sabíamos que tarde o temprano regresaría y así es como efectivamente sucedió pues en 2006 y gracias al voto capitalino se hizo de la victoria frente a un novel Ollanta Humala. En los primeros meses de su mandato, existió temor por el desenvolvimiento estatal en el plano económico, temor quizá más emocional-determinista que real, el cual se difuminó con el transcurrir de su gobierno pues a nivel macro la economía se mantuvo estable, mérito no de García sino de la cosecha del gobierno anterior y consecuencia del “triunfo” de las políticas de ajuste estructural de los 90s. Se presentó también un venturoso factor temporal pues, así como el hijo predilecto de Haya tuvo la desdicha de ejercer su primer mandato en un contexto regional de crisis económica, tuvo ahora la suerte de cosechar la siembra -siembra de no muy buena calidad eso sí- de otros gobernantes. En base a lo señalado, observamos cómo día a día se menciona a través de los medios de comunicación masivos -sobre todo de parte de los gobiernistas- y de los círculos empresariales, acerca del supuesto momento cumbre del Perú en lo económico, la prosperidad que se va obteniendo gradualmente,la reducción de la pobreza y otras perlas; pero más allá de que tan ciertas o no sean estas afirmaciones, no logran percibirse por parte de la gran mayoría de peruanos, el supuesto desarrollo, las grandes cifras, la mentada prosperidad parece no llegar, ni siquiera por chorreo, hacia el pueblo, y al decir pueblo no se quiere hacer referencia solamente a las personas que viven en situación de pobreza o pobreza extrema, sino a la población ninguneada, vilipendiada y muchas veces invisible -la cual en el presente gobierno no fue únicamente la población de escasos recursos- por parte de quien jamás debió hacerlo: el Presidente de la República. El bajo nivel de aprobación con el que termina su gestión no se debe solamente al desgaste natural luego de 5 años de ejercicio del poder, sino también y principalmente al continuo maltrato por parte del Jefe de Estado hacia todos aquellos que no concuerdan con su pensamiento y/o con sus acciones; maltrato ya sea verbal, ya sea no verbal pero siempre mediático, el cual queda ejemplificado a través de 3 episodios, tomados ya sea por su importancia o por la manera en que grafica lo acabado de señalar, de los muchos que se suscitaron en el presente quinquenio:

1. La Huelga del SUTEP: Junio de 2007, los maestros realizan un paro de 24 horas en rechazo al dictamen de la Ley de Carrera Pública Magisterial, aprobado en la Comisión de Educación del Congreso. Más allá de si se trataba o no de un reclamo coherente, además de justo, el presidente realiza unas desafortunadas, a la vez que ofensivas, declaraciones en Puno, en donde fue objeto no sólo de pifias sino también de una lluvia culinaria como tomates, naranjas y huevos. Es así que luego de subir al estrado y largar a un policía que quería protegerlo con su escudo de los objetos que le lanzaban- Saque eso de aquí carajo, le dijo- señaló de manera desafiante: “A pesar de la protesta de los ociosos, a los ociosos que no saben enseñar, no vamos a permitir pretendan enseñar a nuestros hijos una educación de pésima calidad, pero les vamos a dar otra oportunidad para que vuelvan a la universidad para que aprendan. Qué bueno que el Perú pueda ver como enfrento a los ociosos y a los demagogos. Notifico al SUTEP y a los malos maestros, se acabó la mamadera”. De vuelta en la capital durante una ceremonia de entrega de llaves en un conjunto habitacional, tildó de comechados a los maestros y desde Palacio de Gobierno señaló: “El único argumento de estos dizque profesores es tener una piedra en la mano. Se trata de la justificación más primitiva de la historia, están casi homínidos, casi en el simio”. Días después se publicaría en el Diario Oficial “El Peruano” el Reglamento de la Ley que tipifica a la educación básica regular como servicio público esencial con las evidentes consecuencias jurídicas del caso. Vemos una vez más el desprecio hacia quienes no concuerdan con el pensamiento presidencial, el recurso facilista al insulto y la denigración, la animalización del contrincante como método, la promulgación de leyes con nombre propio. Además de la provocación. Lejano se ve ahora el históricamente buscado Frente Único Aprista, adiós aliados en el pueblo.

2. El Terremoto de Agosto de 2007: 7.9 grados, terribles consecuencias para las provincias de Pisco, Ica, Chincha, Huancavelica, Yauyos y Lunahuana, cientos de muertos, miles de heridos y damnificados, además de grandes pérdidas económicas. A dos horas de producido el desastre, García minimiza lo ocurrido al señalar: “No se produjo una catástrofe con un inmenso número de víctimas?, a la vez, disculpa indirectamente a Telefónica -por la falla en las vías telefónicas después de producido el sismo-, achacando la culpa a los alcaldes por la oposición a la instalación de antenas telefónicas. Días siguientes señaló: “Nadie va morir de sed ni de hambre en las provincias afectadas y quien quiera armar alboroto porque le gusta armar alboroto va a tener que sufrir las consecuencias”. Un año después cuando, el entonces Premier, del Castillo visitó Pisco para presidir la ceremonia por el 187 aniversario del desembarco de San Martin en la Bahía de Paracas, al momento de pronunciar el discurso respectivo fue pifiado por gran parte de la población, acusando de este hecho al propietario de Radio-Televisión Orión de Pisco, el Sr. Eloy Yong Meza de azuzar a la población y de tener un comportamiento subversivo e instigar a la violencia.Tiempo después al visitar Pisco para inaugurar un colegio acompañado de su casi gemelo político Álvaro Uribe; García sería pifiado también quedando como imagen digna de una postal la rápida huída emprendida al notar que los pobladores indignados se acercaban cada vez más a su comitiva. Soberbio, altanero, insensible ante el dolor ajeno, anteponiendo la amenaza y la represión sobre la humanidad y la ayuda inmediata, censurando fácticamente -mediante su cierre- a la emisora que según su premier incitaba a la violencia y en el colmo de la irracionalidad rechazar la ayuda extranjera brindada por el equipo de Bomberos Españoles de la ONG K-9 De Creixell, quienes se vieron obligados a dejar el país debido a la ausencia total de seguridad en la zona, mediante la frase:”el que tenga miedo que se marche”. La tristemente célebre iniciativa de un político de extrema derecha respecto a la creación y distribución del llamado “Pisco 7.9” como señal de agradecimiento hacia los países que colaboraron con las víctimas del terremoto fue calificada por como anecdótica por el presidente.

3. La Tragedia en Bagua: Un año antes sustentando sus argumentos sobre el “El Perro del Hortelano”, extenso artículo publicado en el diario “El Comercio”, García ya había dejado bastante clara su posición con respecto al desarrollo del país y en concreto al de la sierra y selva peruana. Criticaba al Parlamento por no aprobar leyes que otorguen la propiedad de determinadas áreas de la selva amazónica y añadía: “Tenemos 17 millones de hectáreas que para nuestros queridos hermanos y campesinos andinos no tienen valor, pero para cualquier inversionista con muchos recursos y tecnología tiene un inmenso valor, pero alguien ha inventado que esas son tierras sacras”; pensamiento que lamentablemente un año después se haría realidad: 5 de junio de 2009 , 33 compatriotas muertos, de ellos 24 eran policías y 09 nativos, más de 100 heridos como consecuencia de la aplicación de decretos legislativos que disponían de la propiedad de la tierra de los pueblos amazónicos en clara violación de los artículos 2º, 3º, 4º, 5º y demás del Convenio Nº 169 de la OIT de 1989 referido a los Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. Días después un repudiable spot propalado por los medios de comunicación masivos, cuya voz en off señalaba que los policías fueron asesinados con ferocidad y salvajismo, que no hubo enfrentamiento, que fueron degollados; a la vez que se mostraban cruentas imágenes de los cadáveres de los policías y a los nativos como personas violentistas, como cuasi salvajes. Desafortunadísimas declaraciones nuevamente, tanto del Gabinete como del presidente, quien desvía la atención con respeto a la tragedia, señalando que se trataría de un complot internacional por parte de Venezuela para añadir al pasar los días una infame afirmación: “Esas personas no son ciudadanos de primera clase que puedan decir, 400 mil nativos a 28 millones de peruanos, tú no tienes derecho a venir por aquí; de ninguna manera eso es un error gravísimo, quien piensa de esa manera quiere llevarnos a lo irracional y al retroceso primitivo”. Discriminación étnica y de clase, equiparación de quienes piensan distinto con lo primitivo, como la antítesis del desarrollo, como seres carentes de raciocinio y racionalidad. Soberbia una vez más, ninguneo e invisibilidad de quienes no concuerdan con el discurso oficial o no encajan en el mismo, desconocimiento de la legislación nacional e internacional, ensalzamiento del mercado como verdad científica. Bye bye antiimperialismo.

Vemos a lo largo de estos 3 ejemplos una conducta sistemática, reiterativa de parte del mandatario por posicionarse de espaldas al pueblo, de ataques desmedidos, de insultos de diverso tipo, de ninguneo, ridiculización y humillación a todo aquel que no esté de acuerdo con sus ideas o que no se alinee a ellas. El García que regreso en 2001 y más aún el que asumió el gobierno en 2006 tuvo la oportunidad de apartarse de la imagen del político de orgullo desmedido, que cree saberlo todo, lejano para el peruano promedio, imagen que cosechó en los 80s, década en la cual también manejaba un discurso más orientado hacia la izquierda, enfocado hacia las clases populares, con un pensamiento más próximo al APRA primigenio, un pensamiento más idealista. Pero también más falso; y es que el García de la campaña presidencial de 2001 se pareció al de la de 2006 y también -a pesar de los años transcurridos- al de la campaña de1985, pues avalado en su carisma y verborrea denunció muchos de los viejos y nuevos males del Perú para una vez en el cargo hacer todo lo contrario; una vez más cargo con la izquierda y mató con la derecha. Fueron tan solo palabras, pues la actitud no cambió. Permaneció el doble discurso, que una vez en el gobierno se volvió uno solo con características de credo; dejo de lado las palabras rimbombantes y adornadas para mostrar su verdadero rostro, aquel que no cambio en más de veinte años. Quizá aprendió la lección demasiado en serio, quiso apartarse de cualquier discurso y acción de verdadera justicia social ejecutando el tiro de gracia al Programa Máximo del APRA al anular con sus acciones el quinto punto del mismo -el que junto al segundo podría mantenerse aún vigente- el cual es la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo. Su falta de empatía -ponerse en el lugar del otro- ver a todo el que no pensaba como él como un obstáculo, como alguien que lo estorbaba, incluso en su libertad ambulatoria -sino recordemos la patada propinada a Jesús Lora-, su facilidad para agredir a todo aquel que lo criticara- como la cachetada propinada a Richard Gálvez. Las confesiones tristemente célebres hechas a Jaime Bayly como: “La plata viene sola”, “Si gana Ollanta hago golpe de Estado”, o sus declaraciones en 2009 en una Reunión de Ejecutivos Bancarios de América Latina cuando señaló: “En el Perú el presidente tiene poder, no puede hacer presidente al que él quisiera, pero si puede evitar que sea presidente quien él no quiere. Yo lo he demostrado”, no hacen sino confirmar lo ya señalado.
García llega al final de su gobierno demostrando que el cambio responsable proclamado en su campaña jamás se produjo, que el continuismo del crecimiento económico para unos pocos continua, que el pan con libertad jamás llego, solamente la libertad para atacar , minimizar y ningunear, tal como se hizo históricamente, de las más diversas formas, con los menos favorecidos; el imaginario popular negativo hacia las instituciones del Estado y a quienes las representan continua intacto, no se percibe el tan mentado crecimiento económico más si a la clase política -léase presidente- más lejos que nunca, pero siempre de espaldas al pueblo. Los actuales candidatos demuestran lo señalado, ninguno de ellos es el que la clase dominante quería; Ollanta Humala identificado con las clases menos favorecidas del país, Keiko Fuijimori identificada con el gobierno de su padre en el cual participó, gobierno que si bien cometió muchas atrocidades tuvo la “inteligencia” del clientelismo, del pan y circo, el oportunismo político de visitar y hacer obras en lugares a los que jamás llegaron anteriores gobernantes.
Luego de las elecciones, todo empezará de nuevo, ojalá esta vez elijamos mejor, porque la lección del malo conocido no la aprendimos y menos aún el protagonista hizo algo al respecto para cambiarlo. Como reflexión final, cabe citar al maestro Carlos Iván Degregori, recientemente fallecido, quien en una entrevista señaló: “García posee una concepción cultural del país que no coincide en absoluto con lo que es el Perú hoy, por lo tanto ¿en qué país vive?, ¿qué país conoce él?, ¿qué país cree que gobierna?; eligiendo la manera más dura de desarrollo más que pro-empresa, pro empresario, la política social del gobierno no ha beneficiado, no ha reducido las desigualdades y debe notarse el desprecio que él tiene, es el presidente que más desprecia a sus ciudadanos. Un Alan más papista que el Papa y por ende te cuadricula toda la selva, todo el subsuelo selvático, las gasíferas, las madereras, etc”.
Lo vamos a extrañar mucho maestro Degregori, respecto de quien habla, todo lo contrario.

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EL VOTO POR EL OLVIDO

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Luego de la encuesta propalada el domingo pasado por los medios de comunicación, vemos el panorama de forma más clara: La campaña de demolición contra uno de los candidatos a la presidencia, orquestada por los grupos de poder tanto económicos como mediáticos, está logrando su cometido. Se ve una vez más cómo –tal como ocurre a lo largo de la historia de nuestro país- el dinero, el poder, los intereses creados y la manutención de éstos se impone a lo que debería ser una norma generalizada en el proceder ciudadano y encontrarse anclado en el imaginario social de todos los peruanos: la Memoria. Memoria para recordar el autogolpe de Estado de abril de 1992, golpe que defendió encarnizadamente el ahora reaparecido y reciclado Hernando de Soto, autogolpe que puso los cimientos para la posterior dictadura o democradura, como mejor prefiera llamarse, de mediados y finales de los noventas.

La gente parece haber olvidado el asesinato de un niño abrazado a su padre en Barrios Altos, la matanza de los estudiantes y un profesor de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, los crímenes sin nombre del Santa, la persecución y muerte de dirigentes sindicales , entre los que se encontraba el recordado Pedro Huillca, cuyo reclamo era por mejoras laborales -que hasta hoy parecen no llegar aun así se grite a los cuatro vientos desde Palacio de Gobierno del mal llamado “milagro peruano”-, la gente parece no recordar la gran cantidad de detenidos -desaparecidos, las ejecuciones extrajudiciales, el gatillo fácil al que se recurría cuando se producían motines en las cárceles, las esterilizaciones forzadas de miles de mujeres como parte de un supuesto plan de control de la natalidad, el control de los medios de comunicación, de cuyo olvido hace gala la Asociación Nacional de Radio y Televisión que en su último comercial -que más se asemeja a un microprograma con aires de publirreportaje al gobierno actual- proclama el respeto a la libertad de empresa y de expresión, libertades que se vieron seriamente afectadas durante el Fujimorato, recurriendo a la SUNAT en el primer caso como arma para atacar a las empresas que no le seguían el juego al Gobierno y en el segundo acabando con los sindicatos, persiguiendo a las organizaciones de estudiantes, ninguneando a los críticos del Régimen tal como ocurrió durante la campaña de 2000 al impedir difundir sus propuestas por los canales de señal abierta y de cable a los candidatos que competían con Fujimori como fueron los casos de Alberto Andrade -quien jamás pudo recuperarse de los ataques recibidos-, Luis Castañeda y Alejandro Toledo; tampoco parece que se recuerda el control del Poder Judicial y su sometimiento servil al Ejecutivo, la proliferación de los mal llamados diarios chicha que además de aniquilar opositores desviaban la atención de los temas de interés nacional- recordemos sino al invento de la prensa llamado “El monstruo de los cerros”.

Que todo esto sea desconocido o ignorado por parte de la población más joven parece –siendo bastante flexibles claro esta-entendible, pero ¿qué hay respecto de las personas mayores y/o de quienes vivieron en carne propia aquella época? Dicen algunos quienes votarán por Keiko Fujimori, que lo harán por convicción o porque no les queda de otra, que la candidata no debe cargar con los “pecados” del padre, sin embargo, cabe señalar que no fueron únicamente los crímenes de su padre, fueron también los crímenes de ella ; Keiko asumió el cargo de primera dama luego de que se suscitaran los problemas entre sus padres por la denuncia de Susana Higuchi por el mal uso de la ropa donada por el Gobierno de Japón por parte de la madre y la hermana de quien fuera su cónyuge; al ostentar el cargo tenía acceso directo al día a día de Palacio, a lo que ahí se tramaba y cocinaba, y en el remoto caso que no fuera así, la misma candidata despejó las dudas en el debate presidencial de la primera vuelta electoral al decir: “Represento al Fujimorismo , al gobierno que con eficiencia y capacidad de gestión pudo resolver los grandes y pequeños problemas en nuestro país”. Por ello, suena risible que diga no saber si Montesinos ha cometido delito alguno, que luchará por las madres de familia cuando avaló que a miles de mujeres se les quitara la posibilidad de traer vida, que diga que cree en la democracia cuando en los noventas el Perú se caracterizó por una institucionalidad aparente que en realidad era una dictadura, que luchará por los jóvenes cuando durante el Fujimorato todo aquel que alzaba su voz de protesta era tildado de terrorista, que respetará la ley cuando se cambió la Constitución para favorecer a los intereses del Régimen e inclusive se intentó denunciar tratados de derechos humanos, que brindará seguridad cuando durante el lapso 95-2000 los niveles delincuenciales aumentaron de forma más que alarmante Pero más aún cuesta creer que muchas personas de diversos estratos socio-culturales voten por una persona con tales antecedentes, sopesando la manutención de una supuesta seguridad económica en oposición a la memoria de tantas víctimas de crímenes, atropellos y abusos.

El triunfo de Keiko Fujimori supondría el reconocimiento al genocidio, reconocimiento a un asesino juzgado en un proceso histórico a nivel mundial en el cual se determinó su autoría mediata por los crímenes cometidos; no se trata aquí de elegir el mal menor entre dos candidatos, es el no permitir que retorne -ya que el 90% del equipo de Keiko es el que mismo que cogobernó con su padre- la corrupción, la injusticia, el descaro, la guerra sucia, el pan y circo, el servilismo hacia los poderosos de siempre y el ninguneo a los más necesitados, en especial, el no regreso de la injusticia hecha persona que nos muestra un rostro sonriente y amigable mientras que su pasado habla por sí solo.

Keiko tuvo la oportunidad de marcar distancias de su padre, mas no lo hizo cuando debía, ¿error de estrategia?, ¿de juventud? Debió reconocer los excesos -por no decir barbaridades- y marcar un antes y un después. Parece ser que tampoco tiene memoria, al menos una que le permita separar lo bueno de lo malo. A fin de cuentas, la candidata del Fujimorismo no es culpable de que un peruano no recuerde el dolor de otro peruano, o que quizá no le convenga hacerlo. El no recordar, el olvidar como mal estructural. Olvidar no como paso a perdonar o lograr una verdadera reconciliación nacional sino el olvidar como paso a la impunidad, como paso a la injusticia. Memoria para recordar lo que fue y lo que pudo ser, memoria que debería servir para aprender de los errores del pasado y no volver a cometerlos. Lamentablemente parece que la historia, una vez más, esta condenada a repetirse.

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