Sobre un concepto histórico de ciencia (fragmentos)

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Carlos Pérez Soto


Académico chileno. Profesor de Estado en Física. Se desempeña desde 1986 [hasta, por lo menos, agosto de 1998] como profesor de Epistemología en la Universidad Arcis, en la Escuela de Psicología de la Universidad Diego Portales y en la Facultad de Ciencia Sociales de la Universidad de Chile.

Las ideas y revisiones teóricas de Carlos Pérez Soto, quizás complejas para el lector promedio, son de vital importancia para aquellos a quienes les interesa pensar acerca de lo que hacen. Hemos recogido sólo algunos fragmentos de una extensa publicación de lectura más que recomendable.


Pérez Soto, C. (1998). Sobre un concepto histórico de ciencia. Santiago de Chile: LOM Ediciones.

Los fundamentos epistemológicos de las Ciencias Sociales

“(…) Hay, generacionalmente, una orientación desde el saber de los fundamentos hacia la experiencia. En el caso de la fundación de las disciplinas en Ciencias Sociales, hacia la técnica. Y entonces lo que había sido problema para el ciclo desde Descartes a Hume deja de ser un problema para estos filósofos. Ya no se trata de encontrar un fundamento. Ahora de lo que se trata es de describir cómo hacerlo.”

“Cómo hacer, sobre todo en Ciencias Sociales, lo que los físicos y los químicos hacen de manera exitosa. Es por esto que más que “Filósofos de la Ciencia” estos pensadores se constituyen, más bien, como «Filósofos del Método». Impera, también en esto, un ánimo tecnológico.”

“El punto central, es que estos filósofos ya no buscan un fundamento para la ciencia, asumen la ciencia como un hecho. Asumen que la ciencia es la mejor manera de conocer y, en pleno optimismo inicial, asumen que la palabra ciencia, como figura en el diccionario hasta el día de hoy, es simplemente sinónimo de saber. Lo que no es ciencia no es saber.”

“Hay ciencia y en seguida opiniones, superstición, creencias, y se podría revestir esto de un buen aura clásica distinguiendo entre «doxa» y «episteme», y llamando «episteme» al conocimiento, que tendría que ser el conocimiento científico. De tal manera que para los Filósofos de las Ciencia que surgen, que frecuentemente son los mismos fundadores de las disciplinas, la ciencia es un dato y el problema real es encontrar cómo aplicar ese dato del saber científico a un objeto que se presume más complejo, que es el hombre, la intersubjetividad, la sociedad.”

“Pero en principio, y ese es el modelo unánime en Fechner, Helmoltz, Wundt, en el caso de la Psicología, en Comte, y dos generaciones después en Durkheim, en Sociología, en
Cournot y Say, en el caso de la Economía, en Malinowski en el caso de la Antropología, el lugar común es : ¿cómo hacer eso que hacen los físicos, los químicos, los biólogos, ahora, en este objeto más complejo?”

La “distinción” entre las disciplinas

“Todos los que trabajan en el campo de las Ciencias Sociales, se habrán enfrentado, ya como alumnos, ya como profesores, a los Cursos de Introducción a la Sociología, Introducción a la Psicología, Introducción a la Educación, Introducción a la Antropología, donde siempre aparece como objetivo el explicarle a los estudiantes que los dos problemas iniciales de toda Ciencia Social son: el objeto de la disciplina y el método de la disciplina. Esta es una herencia propia de la época de los fundadores, y de sus necesidades gremiales.”

“Estas explicaciones iniciales, que distinguen una disciplina de otra, son una de las supersticiones básicas de las Ciencias Sociales, y se cree que es necesario impartirlas hasta el día de hoy. En primer lugar el objeto de la disciplina, que es un objeto disputado, porque los psicólogos tienen un ámbito en el que los sociólogos no deberían meterse y, ay! de la Psicología Social, por ejemplo, que no sabe aún cual es su ámbito, o la relación entre la Psicología Social y la Antropología. ¿Habrá Antropología Urbana?, ¿no ocurrirá que para eso están también los Psicólogos Sociales?, etc. O el cuento de las “disciplinas integradoras”, como otro ejemplo. En la Educación sí se encontrarían todas las ciencias o, no, es en la Antropología donde se encuentran realmente o, no, más bien es en la Economía, etcétera. Y en segundo lugar el método, ¿cuál es el método de la disciplina? Hay aquí un problema general y un problema específico. El problema general es: ¿cuál es el Método Científico? Luego, el problema es cómo aplicarlo en particular a la Psicología, a la Antropología, a la Sociología.”

El inductivismo

“Bajo la mirada clásica, el problema de la Filosofía de la Ciencia no es qué han hecho, el problema es qué debieron hacer. Es un problema lógico no es un problema histórico. A esta actitud es la que llamo «Filosofía Clásica de la Ciencia» y, desde luego hay, hasta el día de hoy, inductivistas, convencionalistas, empiristas lógicos y falsacionistas. Cuando sostengo que los objetivos que estas posturas se trazaron no pudieron cumplirlos, desde luego que hay gente que sostiene que sí, que se avanzó decisivamente al respecto. En particular la clase de profesionales que se llaman “metodólogos”, que son distintos de esta otra clase de profesionales que se llaman “epistemólogos”. Los metodólogos son, como ya he dicho, en general, personas positivas, bien intencionadas, integradoras, que quieren sacar lo mejor de cada postura y ayudar al avance de la ciencia, y le recomiendan a uno como hacer las Tesis de Grado, o como presentar los trabajos de investigación, y hay unos manuales para hacerlo, eso es una clase de profesional. En cambio ya he caracterizado al epistemólogo como un tipo más bien desconfiado, más bien especulativo,… bueno antes de que cayeran tantos muros había ese viejo vicio crítico, hay todavía por allí esos críticos …, lo que implica una actitud hacia el objeto de estudio muy distinta. Por eso digo, entre los profesionales que se llaman metodólogos esta actitud sobrevive intacta: debe haber algún modelo de ciencia, ya sea metodológico o demarcatorio, un modelo que define a la ciencia. Una vez que lo tenemos en la mano podemos juzgar qué científico ha sido realmente un científico, y de qué manera.”

La ciencia como “forma de ser [¿producir?]” la realidad

Hay una idea muy curiosa, una idea muy increíble, en el sustrato del cuento que quiero contar. La idea, que es muy rara, hay que pensarlo así, porque me interesa que se note que es una idea inverosímil, no me interesa presentarla como una idea verosímil sino al revés, es que la realidad misma es producida. A lo largo de este texto voy a ir insistiendo en lo extraña que es esa idea.
Entonces, según este concepto histórico de la verdad misma, las distintas prácticas humanas de producción constituyen la verdad de distintas maneras. Y uno se encuentra en esa historia de las prácticas humanas con la magia, el mito, la fe universal, la ciencia, como prácticas históricamente determinadas, es decir, como prácticas que expresan y, también, coinciden con la producción social de la vida en cada uno de estos momentos. Para los más eruditos voy a enfatizar un aspecto. Estas formas de saber no representan la producción de la vida, sino que coinciden con la producción de la vida. Digo esto para los más eruditos, los que estén más enterados de los avatares de la filosofía actual, porque lo que quiero evitar expresamente es el concepto de representación.
Pero esto tiene como consecuencia el que la racionalidad científica es una forma de ser el mundo, no es una forma de ver el mundo. Es una forma de ver que coincide con una forma de ser el mundo. Y que, como toda forma histórica, tiene límites. Voy a usar, bajo estos términos, la palabra “Ciencia” de manera histórica. No siempre ha habido Ciencia. Siempre la habrá, pero no siempre ha habido ciencia.

“Aténgase a los hechos, no haga hipótesis, no especule (…)”

“Hay inductivistas que quieren encontrar un aval en Newton. A Newton le preguntaron:
«¿por qué la Tierra atrae a las manzanas?», Newton decía : «las atrae así, las atrae asá», y los críticos insistían : «bueno, pero, ¿por qué?». Entonces Newton, astutamente, presenta las cosas de otra manera: «a mí me interesa cómo la Tierra atrae a las manzanas y no por qué las atrae», la ley de gravitación no explica sino que describe el fenómeno. Acerca de las causas de la gravitación dice Newton : «hypotesis non fingo», «no hago hipótesis». Los inductivistas le creen a Newton. Newton no habría hecho hipótesis. Pero luego se lee a Newton y se encuentra que hizo hipótesis toda su vida. Pero los inductivistas creen que ese epigrama de Newton debería figurar como un mandamiento para todos los científicos: “aténgase a los hechos, no haga hipótesis, no especule”. Voy a decirlo de una manera técnica: considere los hechos en su positividad, asuma la positividad del hecho, ahora estoy hablando de una manera técnica, lo que quiero decir es que el hecho que hay ahí no tiene que ver con Usted. Por lo tanto, de manera correspondiente, una de las tareas principales de los inductivistas será denunciar, combatir, prevenir el prejuicio, las ideas previas, los prejuicios que tienen que ver con límites sensoriales, con límites personales y con límites culturales, con límites intersubjetivos. Quizás cada uno no sabe qué prejuicios tiene, pero otro sabrá mi prejuicio, yo sabré los de él y un control intersubjetivo del prejuicio permitiría ir acotando la positividad del hecho, la ciencia tendría que ser una tarea colectiva.”

Ver para Ser

“Hay una diferencia entre ver mesas y haber mesas. Cuando alguien dice: “esto es una mesa”, ¿cómo lo sabe?, “pues lo estoy viendo”, sin embargo, entre la existencia de la mesa y el que alguien vea una mesa hay una diferencia. Desgraciadamente no se puede demostrar que el ver mesas implique que existen mesas. Una desgracia, porque es una conexión que parece muy obvia. Los sentidos serían transparentes en el sentido de que si veo debe ser porque hay.”

Fuente: Pérez Soto, C. (1998). Sobre un concepto histórico de ciencia. Santiago de Chile: LOM Ediciones.

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