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Tengo un especial interés por el tema de los duendes, pues pienso que podría haberme cruzado con alguno (no suelo afirmar algo de lo que mis sentidos no se hayan percatado), indirectamente y sin haber sido consciente de ello.
Cuando nació mi hija -que ahora tiene 3 años- nos fuimos a vivir en Puente Piedra, en casa de mi abuela, donde creció mi madre.
Se trata de una casa cuadrangular, situada en el medio de una finquita de unas 2 hectáreas, sembradas principalmente con vides e higueras. Nos instalamos en un cuarto pequeño, al lado del edificio principal. Había una cama mediana y, por no contar con recursos en ese momento, no había cuna todavía. Mi hija tuvo que dormir en su coche de paseo.
Recuerdo que se durmió pronto, mientras que yo, cosa rara, no podía conciliar el sueño. No sé exactamente en qué momento me dormí, pues las pesadillas que sufrí me impidieron establecer una división clara entre la vigilia y el sueño.
Lo que recuerdo claramente y nunca olvidaré, fue el llanto leve y apagado de Aline, que se traslapaba con el terrible ensueño en que me encontraba.
Súbitamente me desperté, al mismo tiempo que mi mujer, sudando y agitados ambos. Mi corazón se detuvo y Evelyn pegó un grito terrible. ¡Aline no estaba en su coche!
Debo decir que para una bebé de 1 mes de nacida, la hazaña de salir por cuenta propia del coche es más que imposible, es impensable (de hecho, nunca volvió a ocurrir, incluso mucho tiempo después).
El silencio de la noche -profundo como solo puede serlo en el campo- me permitió escuchar, ahora despierto, el leve llanto de mis pesadillas. Busqué desesperadamente a mi hija, siguiendo su quejido en la oscuridad. Estiré una mano ciega bajo la cama y ¡ahí estaba!. La saque, la cargué y la abracé con el alma sobrecogida y un sólido escalofrío en todo el cuerpo.
En ese momento exacto, mi abuela apareció en el umbral del pequeño cuarto, asustada y llorosa: había despertado de un terrible sueño en el que un pequeño y monstruoso duende arrastraba a mi hija al submundo, mientras cantaba una ininteligible y deforme melodía.

Imagen tomada del blog de sebscorner
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