La insistencia de la muerte

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Llego a mi casa con un DVD pirata de No country for old men y le digo a Evelyn: Mira lo que compró el inteligente de tu novio. Nos reímos. Pongo el disco en la lectora y le comento que se trata de la ganadora del oscar a la mejor película del 2007, y que en ella actúa además el ganador del premio a mejor actor de reparto. Recordamos una memorable película suya, Mar adentro; sus actuaciones, su argumento y su excelente música, recordamos a Mozart y a Puccini mientras vemos a un hombre con un pelo chistoso bajar de un auto con un balón de aire comprimido, lo vemos también ponérselo en la frente a otro hombre y abrir la válvula; oímos la cacofonía del aire repentinamente golpeado contra el hueso y el cerebro, y la sinfonía mental se obstruye, se aturde, se convierte precisamente en lo que nos trae este hombre: el sonido de la muerte. Es una experiencia singular pensar en Mozart y en la muerte al mismo tiempo (no hablemos aquí de Wagner, a quien también se le puede oir en Mar adentro). No es así como debería ser, y el hecho de que así ocurra lo hace patentemente paradójico.
Bardem interpreta magistralmente a Chigurh porque le entiende. Entiende su motivación; presta atención a la proximidad que existe entre sus asesinatos, su apariencia despreocupada y sus diálogos; y une las partes del carácter.
Sin duda hay algo de McCarthy en la mente de su personaje, hay algo de su propia anti gregariedad que aporta a su vez impiedad ante la muerte ajena. Pero tambien hay un punto temático que el genio del autor recrea: la insistencia de la muerte. Ella va más allá de Chigurh y de su locura; se hace presente en los diálogos, en el girar de alguna de las sucias monedas que deciden la suerte de los que se cruzan con este tipo, y sobre todo en el sonido que se repite y a cuya súbita irrupción se asoma el espectador en tensión y atención total.
Creo que Bardem ve a su personaje como un proveedor de la muerte, como un repartidor que ansía la entrega, como un tenaz buscador de sonidos secos y luego silencio infinito: la combinación perfecta del asesino motu proprio, aquél que puede y quiere tomar tu vida, quien viene para que recuerdes que morirás y para que sepas que puede ser ahora, frente a él. Memento mori.

Imagen tomada del blog de Melissa Dow

Puntuación: 5.00 / Votos: 1

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