En el blog anterior mencioné la película Mar adentro, en la noche me dieron ganas de verla nuevamente y así lo hice. Fue interesante repetir las mismas sensaciones que la primera vez, percibir la misma intensidad de emociones que sentí en aquella ocasión al presenciar la excelente combinación de imágenes y sonidos que se logró en esa película. Mozart, Puccini, Wagner. Escuchando a Puccini no pude evitar recordar la irreparable pérdida del máximo tenor de nuestro tiempo, quien para muchos y para mí era el mejor intérprete posible del aria Nessun Dorma, de la ópera Turandot, por cierto una de las arias de música clásica más conocidas por el público común. Tuve que recordar al maestro, oír su voz nuevamente: ¡all’alba vinceró!, ¡vinceró!, sentir otra vez el nudo en la garganta, reconocer que no hay escepticismo posible cuando un prodigio de esta naturaleza hace a la propia alma estremecerse. Dejo una imagen de Luciano Pavarotti, justamente en la interpretación de Calaf, il principe ignoto.
También dejo la carátula del sound track de Mar adentro. Si ven esta cara en alguna tienda de discos, compren el cd, vale la pena. Por cierto, está compuesto por Alejandro Amenábar, el director de la película, quien tiene por costumbre musicalizarlas también. Aquí lo hace excelentemente: música céltica, ópera y algunas canciones españolas arregladas.