La lógica de cualquier empresa privada es generar valor privado, que fácilmente se mide a través de las utilidades alcanzadas. En el caso del Estado, hay que ir más allá, pues se trata de crear valor público, es decir, el bien común ¿cómo medir ello? ¿Los usuarios de Electronorte están satisfechos con el servicio recibido?
Hace unos días, por ejemplo, sufrí cuatro cortes intempestivos del servicio eléctrico ¡en una misma mañana! La empresa tiene la obligación de explicar a qué se deben estas interrupciones del servicio, pero no hubo ninguna explicación. Si un artefacto se avería con estos cortes ¿quién responderá por los daños?
En cuanto al alumbrado público facturado en nuestros recibos de pago, aún es deficiente, lo cual es más riesgoso ante el incremento delincuencial. Es momento de que nuestras autoridades municipales y de los Gobiernos Regionales ejerzan mayor presión sobre la empresa eléctrica, a fin de cuentas ésta también es parte del Estado peruano. Tienen que velar porque nosotros seamos la prioridad.
Un detalle final, señores usuarios, no hay que ser tan mecánicos con el recibo, por lo menos hay que leerlo y cotejar los rubros que están pagando mensualmente. Así tenemos el aporte por Ley Nº 27510, subsidio en beneficio de usuarios con consumo menor a 100 kWh/mes. También el aporte por Ley Nº 28749, para electrificar las zonas rurales. No son algunos dirigentes políticos quienes están electrificando las zonas más pobres del país, sino nosotros mismos, lo cual está muy bien, pero hay que tomar conciencia de ello.
No olvidemos que somos los “ciudadanos – clientes” quienes mantenemos a la empresa.
* Publicado en Peru.21 Norte, el 08 de junio del 2012.
Imagen: Juan Argüelles