Educar a nuestros estudiantes en cultura política y valores cívicos es labor de toda universidad que se precie de serlo. Hay que formar buenos universitarios que sean buenos ciudadanos y que, desde los primeros ciclos, comprendan la importancia de la política y de sus procesos para asegurar el bienestar colectivo. No cumplir con esta gradual tarea docente nos lleva a la lucha de bandos desorientados.
La presencia de los estudiantes en el gobierno de una universidad sirve como un primer acercamiento a la que luego será su vida activa como ciudadanos, con deberes y derechos, que pueden elegir representantes y ser elegidos como tales. Ello constituye un proceso formativo para los propios estudiantes, quienes se vuelven artífices de la toma de decisiones con responsabilidad. Debatir y participar con argumentos sólidos es esencia de la vida universitaria. Esta es una pregunta para todas las universidades y para las llamadas “universidades-empresa”, si están formando bien a sus estudiantes ¿por qué tener miedo a que participen de la toma de decisiones en el gobierno universitario? Eso es algo muy contradictorio.
Estos cuestionamientos deben hacérselos las universidades públicas y las privadas, así como los padres de familia, catedráticos, el empresariado y el mismo Estado. ¿No estaremos formando simples profesionales autómatas sin una cultura política de compromiso con el país?
* Publicado en Peru.21 Norte, el 04 de noviembre del 2011.
Imagen: Scott Nychay (Northwest Herald)
Estimado Jorge:
Excelente análisis de lo que se vive actualmente en la universidad, como consecuencia del alejamiento de la ciudadanía de la política.
Personalmente, creo que la cultura política universitaria y el ejercicio de la misma, además de servir "como un primer acercamiento a la que luego será su vida activa como ciudadanos", nos da la enorme responsabilidad de hacernos parte del rumbo que toma la Universidad como agente de la sociedad.
Si, como bien decís en tu artículo, quienes dirijen la casa de estudios temen darle poder de decisión al estudiantado, estamos ante una grave contradicción del sistema educativo.
En mi corta (pero gratificante) experiencia en la universidad peruana, pude ser testigo y admirar parte de procesos políticos universitarios, nacidos de los mismos estudiantes, tanto en la PUCP como en la Univ. de San Marcos. Son estos procesos los que deberían seguir alentandose desde las autoridades, y enriquecerse con capacitaciones, debates, mejoras y actualizaciones en los planes de estudio.
En esto cumplen un rol fundamental los educadores jóvenes y los futuros profesionales, quienes aún nos estamos formando y hemos tenido oportunidad de expresarnos políticamente en la Universidad.
Un placer poder leer y compartir este punto de vista colega, mis felicitaciones otra vez por el blog.
Estimada Eva:
Qué gusto recibir tu interesante comentario. Efectivamente, la universidad está llamada a cumplir un rol clave en nuestra sociedad, ello mientras no se trate de un espacio meramente receptivo de conocimientos, sino que impulse la investigación aplicada buscando atender la problemática de su realidad inmediata.
La vida académica traspasa las aulas, gracias a la cultura organizacional de los estudiantes, quienes se proyectan hacia la comunidad.
La universidad es la comunidad de docentes, estudiantes, trabajadores y egresados. Es justo pues, que dichos estudiantes tengan representación en el gobierno de sus casas de estudios y que, desde dichas instancias, ayuden a definir los rumbos de la institución hacia la búsqueda del bienestar social.
Ninguna entidad académica puede vivir apartada de la realidad en la que se circunscribe.
Siempre es gratificante intercambiar ideas con una colega y amiga, espero sigas enviando tus apreciaciones y mantengamos la comunicación. Un gran abrazo.