La Educación y La Pobreza

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Los mundos que vivimos se crean con el lenguaje .

El científico Humberto Maturana obtuvo el doctorado en la Universidad de Harvard, pero antes ya había comenzado su apoteósica carrera intelectual.

Ha publicado decenas de libros, siendo su obra más famosa “El árbol del conocimiento”, escrita conjuntamente con Francisco Varela.

En una entrevista con Albino Gómez para La Nación, Maturana afirma rotundamente que “el crecimiento continuo de la población es, inevitablemente, generador de pobreza”, y destaca su convicción de que esa pobreza no puede ser combatida con paliativos como el asistencialismo, sino con las dos únicas armas efectivas para controlarla: la educación y el trabajo.

Pregunta: Los intelectuales no tienen una mirada esperanzada sobre el mundo de nuestros días. ¿Cuál es su visión, como hombre de ciencia y especialista en temas educativos, sociales y políticos?

Respuesta: Vivimos una cultura centrada en el desarrollo tecnológico y en la búsqueda del éxito individual y social en un ámbito de competencia, desconfianza y control. Esta conducta genera dolor e incertidumbre. La ampliación de nuestro entendimiento del vivir humano libera el alma, la inteligencia y la creatividad de la incertidumbre cultural que padecemos.

P: ¿Su mirada tiene que ver con el concepto del fenómeno biológico y con el fenómeno cultural?

R: Se trata de análisis sobre el dolor y el sufrimiento que nuestra cultura genera.

Nuestra tarea en el Instituto de Formación Matríztica es enseñar las características del hombre, entendiéndolo como un ser biológico y cultural, y conocer los fundamentos biológicos que tienen que ver con la naturaleza de los seres que somos.

Preguntarnos cómo es que los seres humanos somos seres amorosos, aunque cultivemos la agresión y muchas otras cosas negativas.

En todo ser humano se da siempre la posibilidad de ver a los otros como seres vivos, se trate de seres humanos, de animales o de plantas, con toda su legitimidad.

P: ¿En el odio se produce la ilegitimidad del otro?

R: Sí. Es la conducta de la negación del otro, que es lo odiado. Pero este otro puede no enterarse y, por ende, no sufrir por ello. Sin embargo, ese odio recae sobre mí como persona, ese odio altera mi fisiología.

P: ¿No se puede odiar impunemente?

R: No.

P: Para usted es muy importante el poder de la palabra. Creo que es muy grave su empobrecimiento. ¿Piensa lo mismo?

R: Es erróneo creer que mediante la palabra sólo estamos mostrando o describiendo cosas. Los mundos que vivimos se crean en el lenguaje. Y cuando decimos que los niños están creciendo -ya sea por la TV o por las circunstancias familiares- con un lenguaje reducido, es cierto que se les está reduciendo el mundo, lo cual tendrá para ellos tristes consecuencias.

P: ¿Cuál es su opinión sobre la cuestión social y la pobreza?

R: La convivencia con una población en crecimiento continuo es inevitablemente generadora de pobreza. Porque la pobreza aparece cuando uno extrae del entorno con más rapidez que la que el entorno utiliza para reponer lo extraído.

Si la población se duplicara y se duplicaran también las circunstancias adecuadas para vivir, podría no haber pobreza, pero eso no pasa, porque los ritmos de crecimiento son distintos.

Además, podría ocurrir que se equiparara el ritmo, pero que en lugar de una justa distribución hubiera acumulación. Esto rompería la equiparación. La riqueza global puede producirse, pero el tema es quiénes la acaparan.

La pobreza, básicamente, se genera porque parece que no queremos aceptar la relación entre el crecimiento poblacional y lo que el medio produce, más la relación entre lo que el medio produce y lo que se le quita.

También se mantiene, de algún modo, la pobreza por la solidaridad, por el altruismo, por la beneficencia, que son meros paliativos, no destierran la pobreza, y sólo tranquilizan la conciencia de los donantes.

Sólo la educación vence a la pobreza. Creo que el tema del crecimiento de la población es el más importante.

P: Usted dijo en una de sus obras que Jesucristo era un gran biólogo. ¿Cómo llegó a esa conclusión?

R: Porque sus referencias eran ecológicas. Toda la prédica de Jesús es una invitación a acabar con la angustia a través del desapego. Como cuando dice que hay que ser como niños para entrar en el reino de Dios y vivir en la inocencia del presente.

P: Parecería que para encarar a fondo la problemática nacional, la regional e incluso la mundial habría que partir del amor y de la educación. ¿Es así?

R: Sí. Uno tiene que actuar en este cambio para vivirlo dentro de un sistema democrático, y no a través de una tiranía.

Pero la democracia debo vivirla, no exigirla. Vivirla de tal modo en la forma de comportarme que se pueda decir que ésa es una conducta democrática legítima.

Y lo interesante es que eso llega a la gente, lo acepta y le gusta, porque se siente reflejada o, al menos, porque lo ve como modelo de lo que quisiera hacer y cumplir. Pero esto hay que aprender a vivirlo desde niño, porque el niño va a ir transformando sus propias vivencias a través de los adultos que tenga a su lado, y no por lo que le digan, sino por lo que vea que hacen.

Se entiende la educación como una transformación en la convivencia, que comienza desde que el niño llega al mundo, y no a partir de la escuela. Si nosotros queremos que nuestros hijos crezcan como personas éticas, tenemos que conducirnos con ellos como personas éticas.

P: En noviembre de 1987 usted redactó un texto muy importante, que firmaron varios premios nacionales de Ciencias, donde decía que las acciones que constituyen una sociedad democrática no son la lucha por el poder ni la búsqueda de una hegemonía ideológica, sino la cooperación que crea una comunidad donde los gobernantes acepten ser criticados y cambiados cuando sus conductas se alejan del proyecto democrático con el que fueron elegidos. Y hacía un llamado a todos los chilenos para incorporar la sensatez a la vida nacional y recuperar la dignidad. ¿Por qué lo hizo?

R: Porque siempre creí que había que hacer de la democracia un espacio político para la cooperación en la creación de un mundo de convivencia en el que ni pobreza, ni abuso, ni tiranía surgieran como modos legítimos de actuar, en el saber de que no se es dueño de la verdad y de que el otro es tan legítimo como uno. Tal obra exige la reflexión y la aceptación del otro y la audacia de aceptar que las distintas ideologías políticas deben operar como distintos modos de mirar los espacios de convivencia.

Periodista Digital. Humberto Maturana.

Tomado de : http://www.yomujer.org/?a=3594 Sigue leyendo

El amor como propuesta para el cambio

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El avión se retrasó. Doce y treinta y entraba al salón el Dr. Humberto Maturana. A pesar del pomposo título, dista el profesor de la imagen estereotipada que tenemos del profesor universitario: hablar sereno, bufanda que por lado y lado cae hasta la cintura, cabellos blancos resaltados solemnemente por sus negras vestimentas. “No creó que logre llenar sus expectativas, ni las mías”, dijo, y una carcajada al unísono distendió el ánimo del auditorio que se dispuso atento a escuchar la charla del académico.

“La educación desde la biología cultural” es el título de la conferencia dictada en las dependencias de Inacap este 10 de julio. En ella trato el tema de la educación desde una perspectiva sugerente: el amor, como emoción primera conque surge la vida, es la que se ha reproducido desde la familia ancestral. Así, donde aprenden los niños es en el convivir diario y la educación no sería más que la expansión de ese vivir. Antes de desenredar la madeja de argumentos que conducen esa tesis, responderemos a la siguiente pregunta: ¿quién es Humberto Maturana?

Científico, biólogo, pensador

Humberto Maturana es Premio Nacional de Ciencias 1995 y académico del Departamento de Biología de Facultad de Ciencias de Universidad de Chile. Sus inicios como estudiante se encuentran en Escuela de Medicina de la Universidad de Chile bajo la guía del Profesor Gabriel Gasiç. Más tarde, en Inglaterra (1954) y bajo la dirección del profesor J. Young comenzó a comprender a los seres vivos no como conglomerados de propiedades o componentes con importancia funcional, sino como entes dinámicos, autónomos, en continua transformación.

En 1956, aceptado en la Universidad de Harvard como candidato al Ph. D. en biología, se interesó en la neuroanatomía y la fisiología de la visión, pero su interés biológico general fue siempre la comprensión del modo de operar sistémico del sistema nervioso y la organización sistémica de los seres vivos. Obtuvo su doctorado en 1958 con una tesis sobre estructura del nervio óptico de la rana (Rana pipiens).

A partir de 1970, Maturana trabajó en el desarrollo de la llamada “biología del conocimiento” así como en las implicaciones de la teoría de la autopoiesis en distintos ámbitos de la fenomenología biológica, en particular en el antropológico social, en el origen de lo humano, y la evolución biológica. Su último desarrollo conceptual es la “biología del amor”, en la que postula que las emociones se especifican el curso de las relaciones del organismo en el medio, y de hecho constituyen un factor guía en el devenir de la historia evolutiva de los seres vivos. Con el desarrollo de este tema, nos deleito en su conferencia.

Amor y educación

Desde un comienzo, como buen biólogo, Maturana quiso remitirse a los orígenes de la humanidad. “La historia humana evolutiva comienza hace tres millones de años y nosotros somos el presente de linajes de primates bípedos. Ellos son los australophitecus.”. En ellos se encontraría el origen de la familia ancestral; y en su sobrevivencia y en su manera de relacionarse con el medio, aún encontramos vestigios en nuestras actuales familias. Los linajes, según Maturana, se conservan según un modo de vivir, en la reproducción sostenida que se aprende de una generación a otra. Es en el placer de juntarse, en la reunión con los otros donde el niño aprendería a convivir y sólo el lenguaje, como modo de coordinar los haceres y las emociones, permitiría esto. Por esto mismo, el profesor fue enfático al señalar: “La educación es una transformación en la convivencia, por lo mismo, todos somos igualmente inteligentes, pues las dificultades son de la emoción y de la convivencia y no de la inteligencia”.

Si aún parecieran demasiado oscuras estas afirmaciones, debiéramos remitirnos a la siguiente distinción propuesta por Maturana: Educación es distinto que Enseñar. Educación se refiere a modos de conducirse, involucra emociones, y, en ese sentido, requiere la participación de otros en el proceso. La enseñanza, en cambio, se relaciona con los saberes y estos no serían más que manipulaciones del enseñado por medio de materias.

¿Qué resulta de esto? Que si de generación en generación vamos educando a nuestros hijos a través de relaciones de amor, emoción que ya estaría presente en el primer linaje humano, encontraríamos respuesta para un gran cambio en nuestro entorno. La educación debe estar centrada en la conducción de esta particular emoción y si ella es transmitida de linaje en linaje, lograríamos mejorar no sólo la misma educación, sino a la sociedad en su conjunto.

Si embargo, el profesor, interrogado sobre las posibilidades de este cambio, respondió intransigente, “este es un cambio que no sólo debo hacer yo, sino que es un deber de todos”. Sólo en la reflexión y en la capacidad de diálogo con las autoridades políticas y con instituciones educativas es posible realizar metamorfosis. Finalmente, si lo pensamos, el discurso de este destacado científico logra una cercanía tal con nuestro sentir, que aunque podamos criticarlo, no nos deja de indiferentes ante sus palabras.

Tomado de:
http://www.elvacanudo.cl/admin/render/noticia/15428 Sigue leyendo

La objetividad entre paréntesis

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Objectivity in Brackets: Humberto Maturana at the Aim
Jorge LIBERATI
Centro de Educación Natural e Integral (CENI), Montevideo, Uruguay.

RESUMEN
Retrotrayéndose a los trabajos iniciales de Humberto Maturana acerca de las condiciones básicas del origen de la Vida a través de la conjunción de `clausura´, `autonomía´ y `estructuración´ de una primigenia célula en tanto sistema `autopoiético´, se avanza hacia un comentario panorámico de dos campos centrales en los trabajos ulteriores del pensador chileno hacia los que éste proyecta el proceso autopoiético: la realidad física y el conocimiento humano. Lo que lo lleva a abordar una concepcion de los sistemas sociales y su surgimiento (en la que se inspirara Niklas Luhmann), y a un tratamiento de la `objetividad´ (que podría haber tenido un precedente en Leibnitz) en términos de `dominios de coordinación de acciones´ tramadas en el lenguaje, a partir de constituirnos en `observadores´ que tributan a una Ciencia para la comprensión de la naturaleza y no para su control y dominio, y a una conducta social no de competencia sino de cooperación.

Palabras clave: Autopoiesis, mundos posibles, objetividad, observador.

ABSTRACT

Going back to Humberto Maturana´s initial works about the basicconditions for the origin of Life through the conjunction of `closure´, `autonomy´ and `structure´ of a primary cell as an autopoietic system, an overview is made about two central areas towards which the Chilean thinker projects the autopoietic process: physical reality and human knowledge. Thus approaching social systems and their coming to being (in what Niklas Luhmann took inspiration), and addressing `objectivity´ interpreted in terms of `domains of action coordination´ weaved in language (that could have had Leibnitz as a precursor), from our position of `observers´ who relate to a Science intended for the understanding of nature and not for its control and domination, and to a social conduct not of competition, but of cooperation.

Key words: Autopoiesis, objectivity, observer, possible worlds.

Recibido: 19-05-2007 · Aceptado: 25-07-2007

El biólogo chileno Humberto Maturana (1928) es reconocido mundialmente por su original concepción sobre las condiciones básicas merced a las cuales se originó la vida, expuesta desde 1973 en los cursos de la Universidad de Chile y en el libro De máquinas y seres vivos1, escrito en colaboración con su discípulo Francisco Varela.

Para que la vida se hiciera posible, sostiene, era necesario que una molécula se “clausurara” ante el medio ambiente, valiéndose de membranas estables ya la vez plásticas. De esta manera se aseguraba –fue el caso de las moléculas de proteína– la formación de redes o cadenas de reacciones que dieran como resultado, en forma circular, la producción de las mismas moléculas en reacción. Quedaba así constituida una molécula orgánica o, en otras palabras, un sistema capaz de autosostenerse y de autogenerarse.

A primera vista, y en lo que se refiere a la noción de sistema, no aparece nada radicalmente nuevo desde que otro biólogo, el austríaco Ludwig von Bertalanffy, hacia la década del 50, hiciera conocer su “teoría general de sistemas”. Pero Maturana agrega que esta molécula, o la célula a que dio lugar, pudo establecer cierta distancia con respecto al entorno, tomando de él lo necesario (por ejemplo, iones de sodio y calcio) y no otra cosa, procurándose de manera autónoma determinada estructura, es decir, un sistema controlado “desde” la célula.

Esta célula fue capaz de generar mediante operaciones recursivas las estructuras de los estados siguientes al estado en que realizó la operación, llegando posteriormente a desarrollar los recursos necesarios para constituir lo que llamamos “ser vivo”. El fenómeno inicial, definido por las operaciones fundamentales de autonomía, clausura y estructuración, y que dan lugar a la aparición de nuevos órdenes a partir del orden anterior, constituye a grandes rasgos lo que Maturana llamó un “sistema autopoiético” (derivado del griego: “auto”, por sí mismo; “poiesis”, hacer).

La nota que imprime la mayor novedad a este sistema es aquella que permite observar la participación no tanto de las particularidades físicas de la célula o de la energía que es tomada del medio sino, más bien, de la forma en que la célula está estructurada: “Ios seres vivos son sistemas que en su dinámica estructural se constituyen y delimitan como redes cerradas de producción de sus componentes a partir de sus componentes y de sustancias que toman del medio”.

DOS CONSECUENCIAS IMPORTANTES

En obra más reciente somete su teoría a la infinitamente difícil prueba de explicar la realidad física y el conocimiento humano, aventurándose en el campo de la filosofía, aunque siempre con confesado ajuste a la visión de biólogo. Existen en su intento dos motivos de particular interés: su concepción de los sistemas sociales y el método por el cual la objetividad (la objetividad de las explicaciones científicas) debe ser “puesta entre paréntesis”. El primero llegó a inspirar al sociólogo y pensador alemán Niklas Luhmann (1927) parte no secundaria de su teoría sociológica. Luhmann aplica el concepto de autopoiesis al análisis de las sociedades2.

Sostiene que éstas deben ser vistas como sistemas dotados de significado y, en consecuencia, como redes de comunicaciones, por lo que su tradicional unidad básica, el individuo, pasa a metamorfosearse en lenguaje observado bajo el patrón de la inter y autoactividad de los sistemas autopoiéticos. Pero la idea reside ya en el propio Maturana. El segundo parece exhumar la antigua teoría de los mundos posibles, de Leibniz, pero filtrada por la lente cibernética de la circularidad y de la autoproducción.

LOS MUNDOS POSIBLES

El mismo Leibniz creía que cada mundo posible contiene su correspondiente conjunto de leyes, y que el individuo de cada mundo se guía por las leyes que en él reinan. Pero la discusión de Leibniz derivó en problemas ideológicos (su expresión sobre “el mejor de los mul1dos posibles” enfrentó a optimistas y pesimistas). Que haya muchos mundos y que el que conocemos es el que se “actualiza”, según el citado filósofo, cobra vigencia en el campo de la lógica de nuestro tiempo, ciencia que para algunos sugiere la aceptación tácita de un modelo de “mundo” desde el momento en que se admite el cumplimiento o la validez de ciertas reglas y no de otras.

Pero si hay muchas lógicas -de acuerdo a lo que el lógico actual tiende a considerary no una sola que sigue desde su época a Aristóteles, habrá muchos “mundos”. Esta plasticidad de la lógica de nuestro tiempo es una de las vertientes que suministra novísimo instrumental a la teoría biológica de Maturana. El modelo de surgimiento de la vida se trasplanta al problema de la dinámica de las sociedades.

El sistema social obra en forma “cerrada”, como el sistema celular, procurándose sus cambios estructurales desde el mismo sistema, tomando del medio sólo aquello necesario para su supervivencia. Puede entrar en interrelación con otro sistema social, pero merced a la capacidad de confeccionar por sí propio la modificación y la adaptación de su estructura; y también porque puede conservar esta nueva organización.

OBSERVADORES EN EL LENGUAJE

Los seres humanos son observadores, y sólo como tales pueden rendir cuenta de la realidad, insertos en su “praxis del vivir”. Llegan así a las explicaciones, las que no formulan en otro dominio que no sea el lenguaje. Pero cada observador dispone de su propio criterio de validación de la realidad: por tanto hay diversos dominios explicativos.

El ideal de objetividad (esto es, el ideal por el cual fuera aceptado un solo y único dominio explicativo) no puede sostenerse. Es necesario poner entre paréntesis la objetividad, puesto que, de no hacerlo, habrá que aceptar la fuente de validación de las explicaciones (y de los conocimientos) que proviene de lo que no depende del observador.

“Cada dominio cognoscitivo –afirma Maturana–3 es un dominio de coordinaciones de acciones en la praxis del vivir o de una comunidad de observadores. Debido a esto, cada aseveración cognoscitiva tal como ”yo sé” es una operación en un dominio de coordinaciones de acciones que es diferente, dependiendo del dominio explicativo explícito o implícito en el cual el observador y observadora se encuentra”. Así “existimos en comunidades constituidas por sistemas de coordinaciones de acciones en el lenguaje; esto es, como redes de conversaciones, bajo determinadas emociones”.

UNIVERSUM CONTRA MULTIVERSA

Estos pistoletazos echan abajo el criterio de objetividad científica. Igualmente –y es especial tema de confrontación respecto a Popper– no existe posibilidad alguna de verificar y aun menos de refutar teorías. La frecuente incapacidad para distinguir una percepción de una alucinación no es una limitación sino una particularidad del sistema. La objetividad no se necesita para montar una explicación científica. “Todo lo que sucede es producido por el observador en su praxis de vivir como condición empírica primaria”.

El universum es una suposición para la cual la existencia es independiente del observador. Pero ella conduce a reducir la existencia a un único y último dominio. La objetividad puesta entre paréntesis, en cambio, supone una existencia que se produce mediante las distinciones del observador.

Se sigue, de esta manera, “que la existencia es constitutivamente dependiente del observador, y que hay tantos dominios de verdades como dominios de existencia que quien observa puede producir en sus distinciones (…). Finalmente, bajo la objetividad entre paréntesis cada versum del multiversa es igualmente válido si bien no como parte idénticamente idónea del conjunto, y los desacuerdos entre los observadores, cuando surgen no de errores lógicos triviales dentro del mismo versum, sino de la posición de los observadores en diferentes versa, tendrán que resolverse no por el reclamo de un acceso privilegiado a una realidad independiente, sino mediante la generación de un versum común a través de una coexistencia de aceptación mutua. En el multiversa la coexistencia exige consenso. esto es, un saber común”4.

ALGUNAS CONCLUSIONES

El procedimiento de la ciencia consiste en la explicación y en la comprensión no de la naturaleza sino de la experiencia humana. Pero ésta se realiza en el lenguaje. La vieja sospecha de que el lenguaje interpone una traba para conocer es terminantemente despejada. El lenguaje es el dominio de existencia del hombre.

Éste realiza todas sus operaciones en el lenguaje y, es de destacar, “en el flujo de nuestra capacidad de emocionarnos”. Aún cuando de él no se pueda salir, ‘porque estamos constituidos dentro de él”, el lenguaje hace posible las explicaciones. y cualquiera cosa que se ponga de manifiesto se convierte en parte de la existencia como ser humano. El lenguaje sería una limitación si se deseara referir una realidad independiente o universum.

De tan sencilla parece inapresable. “Al explicar científicamente nuestra experiencia ésta se convierte en el mundo que vivimos. Ya no podemos pretender inocencia”.

Por otra parte, Id ciencia no debe ser entendida como posibilidad de control y de dominación de la naturaleza. Hay que comprenderla y no controlarla. “Los conceptos de control y dominación implican Id negación de aquello que es controlado y dominado, a la vez que lo coloca como algo distinto e independiente de uno”5.

Por último, la conducta social “está fundada en la cooperación, no en la competencia. La competencia es constitutivamente antisocial porque como fenómeno consiste en la negación del otro. No existe la ”sana competencia” porque la negación del otro implica la negación de sí mismo al pretender que se valida lo que se niega. La competencia es contraria a la seriedad en la acción, pues el que compite no vive en lo que hace, se enajena en la negación del otro”6.

Notas

1 MATURANA, H & VARELA, F (1973): De máquinas y seres vivos, Editorial Universitaria, Santiago de Chile. A esta obra se suma en (1984): El árbol del conocimiento, OEA, Santiago de Chile. También escrita en colaboración con F. VARELA y Humberto MATURANA. (1995) La realidad: ¿objetiva o construida? Anthropos-Univ.Iberoamericana-lteso. Barcelona: T. 1. “Fundamentos biológicos de la realidad”.; (1996) T. II. “Fundamentos biológicos del conocimiento”.

2 Puede consultarse: Niklas LUHMANN (1990): “Sistema y función”, en: Sociedad y sistema: la ambición de la teoría, Paidós, Barcelona. También: Ignacio Izuzquiza (1990): La sociedad sin hombres. Niklas Luhmann o la teoría como escándalo, Anthropos, Barcelona.

3 MATURANA & VARELA (1973): Op. cit.

4 Ibid.

5 Ibidem.

6 Ibidem.

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LA MENTE NO ESTÁ EN LA CABEZA

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Comentario de Humberto Maturana Romecín a la nota “A critique of the modern concept of localization”,de F.Aboitiz. Ambos aparecen en J. Social Biol. Struct. 1985 8; 307-312.

La esencia de lo que Aboitiz dice en su artículo, es que la sintaxis del operar del sistema nervioso y la sintaxis del operar de la conducta son diferentes, ya que el sistema nervioso es un sistema determinado estructuralmente, y como tal no puede operar, y de hecho no opera, con representaciones del mundo exterior, que es donde ocurre la conducta. Él dice además, que en estas circunstancias una lesión localizada en el sistema nervioso, no importa lo discretas que sean sus consecuencias conductuales, no puede ser vista como reveladora de una localización funcional de acuerdo a tales consecuencias conductuales, sino que debe ser vista como reveladora de una interferencia discreta con la producción, en el sistema nervioso, de algunos de los patrones de actividad neuronal, a través de los cuales se generaba el comportamiento original. Como era de esperar, yo estoy de acuerdo con esto. Sin embargo, me gustaría agregar algunas reflexiones que no puedo fundamentar plenamente aquí, pero que considero pertinentes para la presente discusión, y que presentaré haciendo referencia a algunos errores conceptuales que nosotros, los neurobiólogos, frecuentemente cometemos, y algunas consecuencias operacionales y conceptuales que debemos admitir si no cometemos tales errores.

Errores que frecuentemente cometemos

(a) Nosotros, explícita o implícitamente, operamos como si en una explicación científica estuviéramos haciendo una reducción fenoménica al expresar los fenómenos de un dominio como fenómenos de otro dominio; y no vemos que las explicaciones científicas son proposiciones de mecanismos generativos que conectan dominios fenoménicos disjuntos, que están ligados por una relación generativa, y los tratamos como si uno estuviese incluido en el otro.

(b) Aunque como biólogos sabemos que debemos tratar al organismo, al sistema nervioso y al medio, como sistemas determinados estructuralmente, de modo de explicar científicamente los fenómenos propios de ellos, no procedemos conceptualmente de acuerdo a todas las consecuencias que esto necesariamente implica en los dominios de operación del sistema nervioso y la conducta. Como resultado, no vemos que el sistema nervioso y el organismo, como sistemas determinados estructuralmente, no admiten interacciones instructivas, es decir todo lo que ocurre en ellas está determinado en sus estructuras.

(c) Comúnmente, en nuestros intentos de explicar el operar del sistema nervioso, ignoramos el hecho de que nosotros, seres humanos, no podemos como individuos distinguir experiencialmente entre lo que denominamos percepción e ilusión, Como resultado, no vemos que la distinción que hacemos entre percepción e ilusión en relación a cualquier experiencia sensorial particular, se genera sólo como una reflexión a posteriori, ya sea por referencia a otra experiencia sensorial igualmente dudosa o por referencia a otros seres humanos iguales a nosotros en este respecto; y continuamos tratando de explicar el operar del sistema nervioso y la conducta como si fuera posible hacer tal distinción.

(d) Usamos nociones y conceptos que arrastran la suposición, implícita o explícita, de que los fenómenos biológicos que comúnmente llamamos funciones mentales elevadas, tales como el pensamiento abstracto, la autoconciencia, los estados de vigilia y el lenguaje, ocurren en el sistema nervioso como propiedades del operar de sus centros superiores, Como resultado, confundimos dominios fenoménicos, y tratamos de entender las complejidades contextuales de una conducta particular (que como tales son propias del dominio de interacciones del organismo), como propiedades de los procesos neurofisiológicos que la generan.

Consecuencias que debemos aceptar si no cometemos estos errores

(a) Que lo que nosotros como observadores vemos como una conducta adecuada cuando observamos un organismo particular en un medio dado, es expresión de la congruencia estructural (acoplamiento estructural) que necesariamente se mantiene entre un organismo (con su sistema nervioso si tiene uno) y el medio como una condición de existencia, que debe ser conservada a través de todos los cambios estructurales que el organismo y el medio experimentan juntos en su historia de interacciones mientras el organismo está vivo (Maturana, 1980).
(b) Que la conducta consiste en las acciones y coordinaciones de acciones que el (la) observador(a) distingue como ocurriendo cuando los organismos interactúan entre ellos y/o el medio abiótico, y que él o ella describe haciendo referencia a la historia de esas mismas acciones y coordinaciones de acciones, y no es lo que ocurre al interior de los onanismos.

(c) Que el sistema nervioso, como un sistema celular, es una red internamente cerrada de elementos neuronales en interacción (sensores, neuronas, efectores); que también se cierra sobre sí misma externamente, mediante interacciones sensomotoras que ocurren a través del medio como si éste sólo fuera un espacio sinóptico.

(d) Que el sistema nervioso, como una red cerrada de elementos neurales que interactúan, opera como una red de cambios recursivos de relaciones de actividad entre los elementos neuronales que sólo generan más cambios de relaciones de actividad dentro de la misma red, los que, entonces, son sus estados como un sistema dinámico.

(e) Que la estructura dinámica del sistema nervioso, como un sistema celular, (conectividad y estructura de los elementos neuronales), determina en todo momento los patrones de cambios de relaciones de actividad que ocurren en él y constituyen su dinámica de estados.

(f) Que la estructura dinámica del sistema nervioso, como un sistema celular componente de un organismo, está experimentando un cambio continuo que sigue un curso contingente a la secuencia de interacciones del organismo.

(g) Que un (a) observador (a) ve que la participación del sistema nervioso en la generación de la conducta se da a través de cambios de relaciones de actividad entre las superficies efectora y sensorial del organismo, en un dominio de existencia que él o ellas específica a través de su observación.

(h) Que la participación del sistema nervioso en la generación de la conducta es en cada momento expresión de la congruencia estructural dinámica que necesariamente se mantiene entre organismo, sistema nervioso y medio en el dominio de existencia en el cual es distinguida, y no expresión del operar del sistema nervioso como una representación de un medio ambiente. Y, finalmente en esta lista,

(i) Que los fenómenos complejos que nosotros observamos en la conducta de un organismo en cada momento, y que normalmente describimos en términos de contenido y significado, son propiedades contextuales de las circunstancias históricas particulares que configuran la conducta, y no del operar del sistema nervioso.

Las complejidades de la conducta y las complejidades de los procesos neurofisiólogicos que la generan son de diferentes tipos y ocurren en dominios fenoménicos que no se intersectan, por lo cual deben ser entendidas en forma diferente, cada cual de acuerdo a la sintaxis o coherencias del dominio fenoménico en la cual ocurre, y sin considerar la relación generativa que nosotros vemos entre ellas. Para lograr este entendimiento, se debe aceptar que a través de las diferentes propiedades de su estructura un sistema puede existir simultáneamente en muchos dominios fenoménicos que no se intersectan. En realidad, las explicaciones científicas, por ser noreduccionistas, validan la existencia simultánea de todo sistema determinado estructuralmente en muchos dominios que no se intersectan y nos permiten entender cómo nosotros, como seres humanos, pertenecemos operacionalmente a muchos dominios de existencia, igualmente legítimos, que no se intersectan.

Finalmente, si aceptamos que los seres vivos, como sistema determinados estructuralmente, puede existir solamente en correspondencia estructural con su medio, entonces debemos aceptar también que un observador distinguirá que la dinámica de estados del sistema nervioso genera en un organismo una conducta adecuada a las complejidades de sus circunstancias solamente como resultado de la correspondencia estructural (dinámica) que existe entre él y el medio, en el presente de la historia ontogénica y filogénica de conservación de la correspondencia estructural (dinámica) entre organismo y medio al cual pertenece, en el dominio en el cual es distinguido (ver Maturana 1980). En estas circunstancias, cualquier relación entre un estado de actividad del sistema nervioso y lo que un observador distingue como una propiedad del medio del organismo al cual pertenece, puede ser una relación de representación del medio ambiente en la operación de tal sistema nervioso, pero sólo en la descripción del observador y por el observador, no en el operar o por el operar del sistema nervioso en sí mismo. Además, en estas circunstancias, cualquier lesión en el sistema nervioso necesariamente interferirá con algunas de sus coherencias internas, y aparecerá ante un observador como alterando alguno de los patrones de correlaciones sensomotoras del organismo en el dominio de existencia en el cual es observado. Al mismo tiempo, este cambio en las correlaciones sensomotoras del organismo necesariamente aparecerá ante un(a) observador(a) como una conducta cambiada, que él o ella puede visualizar como deficiente en alguna de sus propiedades comunes de contenido y significado. Ya que todos los sistemas en juego, organismo, sistema nervioso y medio, son sistemas determinados estructuralmente, lesiones similares en sistemas nerviosos similares necesariamente resultarán en cambios conductuales similares en organismos similares bajo circunstancias similares, que es lo que uno, de todos formas, encuentra. Es esta regularidad lo que nos seduce a creer que las consecuencias conductuales de una lesión en el sistema nervioso revelan que la parte del sistema nervioso que la lesión destruyó ha sido directamente responsable del contenido y significado de la conducta perdida a través de ella. Aceptar que éste no es el caso, aceptar que constitutivamente no hay mareo posible entre la sintaxis del operar del sistema nervioso y la sintaxis del contenido y significado de la conducta que éste genera, no es fácil, requiere un salto conceptual. Requiere aceptar que los fenómenos mentales (como los fenómenos de significado, intención, lenguaje o autoconciencia), y que los fenómenos fisiológicos (como los fenómenos de relaciones o interacciones moleculares, celulares u hormonales), ocurren en fenómenos disjuntos cada uno definido por sus coherencias o sintaxis, y que en general todos los seres vivos, y nosotros los seres humanos en particular, existimos en cada uno de ellos en formas distintas, pero todas legítimas. La mente no está en la cabeza, la mente está en la conducta.

Referencias
Maturana, H.R., 1980 Autopoiesis: reproducción, heridity and evolution,
En: “Autopoiesis, Dissipative Structures and Spontaneous Socal Orders”. Editado por Milan Zeleny. AAAS Selected Symposium 55, Westview.
Maturana, H.P., 1983 What is it to see?
Arch. biol. med. Exp. 16, 255-269
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-¿Por qué se producen los problemas del mundo actual como la destrucción del espacio natural y la pobreza?

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El filósofo y biólogo Humberto Maturana Romesin, no es ajeno a los diálogos que buscan resolver los problemas que viven los pueblos . Resalta la necesidad de actuar para detener la destrucción ocasionada por el egoísmo y la riqueza de unos pocos. Pero advierte que cualquier proceso de cambios debe ser pacífico y basarse en el conocimiento y entendimiento profundo de lo que sucede.

-¿Por qué se producen los problemas del mundo actual como la destrucción del espacio natural y la pobreza?-

La pobreza se produce cada vez que uno saca del entorno para vivir más de aquello que el entorno le puede proporcionar y recuperar luego de haber sido sacado.

Si tu tienes un hijo y tienes un salario, y luego tienes otro y tienes el mismo salario, caminas a la pobreza de manera inevitable.

La riqueza es una acumulación, es una detención de los elementos y las energías en manos de algunos que restringe el acceso y las energías del vivir a otros. Esto es la riqueza: acumulación de energías que no se mueven y, por tanto, quedan impedidas de generar bienestar en la comunidad.

-¿Define ahí el origen de los problemas del mundo actual?-

Ahí está. El daño ambiental, ocurre porque yo saco con más rapidez de lo que la naturaleza puede reponer.

El progreso de la medicina que aumenta la edad de sobrevida genera pobreza porque genera crecimiento poblacional. Si yo debería haberme muerto hace 20 años.-Pero usted no quiere morirse-Yo me moriría encantado, pero lo que pasa es que todavía estoy vivo, tengo 78 años. Yo debería haberme muerto ya.-Pero usted quiere entregar mucho a las personas…-Está bien, a lo mejor sí, pero tu comprendes que si todos comenzamos a vivir hasta los cien años y todos los niños que van a estar naciendo van a vivir cien años. Entonces hay un crecimiento de la población que requiere de un mundo cada vez más grande, pero el mundo es finito.

Que quiere decir: que entre más vivamos, menos nacimientos tiene que haber, pero entonces se piensa que si hay pocos nacimientos, hay poca gente para mantener a los viejos.

En el mundo natural los viejos se mueren porque no están en condiciones de recibir su alimento. Pero en el mundo humano cuidamos de que los viejos no se mueran. Y eso funciona bien mientras el resto de la comunidad pueda proporcionarle alimentos a los viejos, pero si la población sigue creciendo y sigue creciendo, llega un momento en que la comunidad tiene tantos hijos chicos que cuidar que no tiene ni para los viejos ni para los chicos.

Estos son fenómenos sistémicos que se resuelven con conciencia social.

Por ejemplo lo que pasa en España, que se les va a pagar a las familias para que tengan hijos ¡Es terrible! Porque la familia va a tener hijos para recibir plata. Todas esas cosas hay que mirarlas para entender cuál es la dinámica sistémica.

-¿Cómo explica esta dinámica?-

Si tienes un huerto y sacas más de lo que el huerto te puede proveer, va llegar un momento en que no te va a quedar más que comer.

-¿Qué piensa del agua? Se lo pregunto por qué hasta ahora su existencia era de lo más natural. Pero hoy comenzamos a comprender que está en peligro.-

El problema del agua surge de la contaminación de las aguas y del uso del agua para cosas distintas de aquellas que proporcionan bienestar humano. O sea: Si yo saco las aguas para lavar mineral: contamino. Entonces estoy sacando del curso que puede proporcionar bienestar, pero si la minera recicla las aguas, de modo que las aguas salen de allí prístinas y pueden ser utilizadas para el riego de alimentos, entonces no hay problemas. Pero resulta que es más caro, porque tienes que reciclarla o no producir el mineral. Pero: Si quieres producir el mineral, tienes necesariamente que invertir en el reciclaje de agua.

-¿Y qué ocurre en casos donde no son compatibles las comunidades y la empresa, por el carácter de la actividad productiva que esta última realiza?

Uno no puede pedirle al señor que va a sacar una montaña que no contamine.

Para sacar el oro de todas maneras contaminaría el agua…-Si no se puede evitar que las aguas se contaminen, entonces no hay que sacar la montaña de oro.

¿Qué es más importante: El bienestar del país, o la riqueza de la empresas explotadoras del mineral?

El presidente (sic), el señor ministro, tendrán que decidir entonces qué es más importante: Sacar el oro, o la vida de la comunidad.

El hecho que nos planteemos esta disyuntiva, que no debiera dejar lugar a dudas, tiene mucho que ver con el cambio de ethos que ha habido en el país, donde hoy es aceptada la existencia de la riqueza.

Ser rico es un objetivo promovido por las principales agencias de socialización como la TV. Esto, hace algunas décadas atrás, en los tiempos de auge de los sectores medios y populares, era impensable.

Exactamente, lo que pasa es que efectivamente cambió el ethos del país. Los cambios que se produjeron con la dictadura fueron mucho más allá de las acciones de la dictadura, porque fueron cambios psíquicos. Cambió el valor de la actividad humana. Cambió el valor de la conciencia social. Se redujo esta, porque se enfatizó la competencia, el lucro.

Y da el siguiente ejemplo:

‘Si tu tienes un conjunto de niños y los divides en dos y a todos estos niños les ofreces todas estas cosas extraordinarias y preciosas de la tecnología y a estos otros no. Si estos últimos no saben de eso, no importa, van a vivir bien, no en la pobreza, pero en la frugalidad, sin buscar la riqueza.

Pero si empiezan a ver a los otros que tienen de todo, aparecen los deseos, el ‘yo quiero eso’. Y la única forma de que eso no pase, es que tengas espacios de convivencias en donde no estés incitando a los niños al consumo. Pero eso requiere de conciencia social. Esto es: saber y entender.

Porque si no hay conocimiento, no hay entendimiento y, por tanto, no hay acción adecuada.

Nadie puede hacer nada: Los que no entienden, porque no entienden. Los que no saben, porque no saben.

Pero la miseria y la pobreza –advierte Maturana- no se resuelven en la violencia, en la lucha. Sólo se pueden resolver con la colaboración, con la cooperación, que requieren respeto mutuo.

Si no hay mutuo respeto se dan peleas por ideas donde sólo lo que yo pienso es válido y lo que tu piensas no es válido. Entonces el escucharse sólo es posible en el mutuo respeto, para descubrir que lo que se tiene es un deseo común que es el bienestar de los seres humanos.

-¿Cómo avanzar en resolver los problemas humanos?-

Generando actividad con la cual las personas sientan que son autónomas en la conservación de su vivir, o sea de su trabajo, sea este físico, intelectual, artístico o del que sea.

-En este momento tan complicado que vive el país
¿Cuál sería el mensaje que quisiera dar a todas las personas, niños y adultos?-

Que piensen del mundo que quieren vivir.

¿Lo quieren vivir solos o con otros?

Si quieren que su vivir contribuya al bienestar o al sufrimiento, que guíen sus conocimientos y habilidades hacia el mundo que quieren vivir.Y yo pienso que lo que las personas quieren es vivir en un mundo ético, honesto, de colaboración, de bienestar, de generar bienestar para uno y para los demás con lo que uno hace. En esta red de generación de bienestar, todos dependemos de todos en nuestro vivir.

También podríamos decir: Mandamos a todos los pobres a la periferia, porque no sirven para nada. Y los desechamos e invalidamos.

Pero

¿Es eso lo que queremos?

¿Qué mundo queremos generar en la convivencia?

Queremos un mundo que destruye a otros seres vivos,

¿Qué considera a algunos seres humanos validos y a otros no, qué acepta las discriminaciones?

O

¿Queremos un mundo donde halla honestidad?

Si esto queremos, tenemos que ser honestos.

Si queremos un mundo donde haya colaboración, tenemos que colaborar. Si queremos un mundo donde haya mutuo respeto y respeto por sí mismo, tenemos que respetar

Adaptado de:
http://capvust.blogspot.com/2008/04/otra-de-humberto-maturana-romesin.html Sigue leyendo

La convivencia en comunidad

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La convivencia en comunidad ocurre como un ámbito de existencia que se configura en el convivir de los individuos que la componen desde su vivir individual.

De manera recíproca, el vivir individual de los miembros de una comunidad se configura en la convivencia que estos contribuyen a generar con su participación en la convivencia que se vive en la comunidad que integran.

Todo lo que los seres humanos hacemos o pensamos todo lo hacemos o pensamos en nuestra realización como individuos en la localidad de nuestra individualidad, ya sea que nos encontremos solos o en comunidad.

Más aún, todo lo que hacemos, pensamos o sentimos los seres humanos, lo vivimos desde el trasfondo de nuestro existir fundamental como seres conscientes que operan o pueden operar en la reflexión con conciencia de si.

Se surge individuo humano de una clase u otra según el convivir que se viva en la comunidad que se integra, y el convivir que se vive en la comunidad que se integra surge con un carácter u otro según sea el vivir individual que vivan quienes la integran con su vivir.
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EL CONVIVIR CULTURAL ES SIEMPRE RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL

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Los problemas humanos no surgen de errores en el razonar sino que surgen de conflictos en el emocionar. Los errores del razonar surgen como equivocaciones al operar con coherencias lógicas en un dominio de coherencias operacionales particular, y se resuelven revisando las operaciones hechas en ese dominio.

Los problemas humanos, en cambio, surgen en el entrecruzamiento inconsciente de deseos contradictorios, y se resuelven desde un meta-dominio reflexivo que permite, como un acto en la emoción, mirar esos deseos y hacerse cargo de si uno quiere o no quiere el mundo y el habitar que surgiría si uno dejase que uno u otro de esos deseos guiase su hacer.

El entender y el actuar es siempre un acto individual que surge en el ser co-creador con otros de un habitar en una comunidad. Todo ser vivo existe en un mundo que surge con el, y que como habitar ocurre como una trama relacional de múltiples dimensiones que constituye el ámbito en que se realiza su vivir. Sigue leyendo