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NOTAS
(1) Archivo General de Indias de Sevilla (AGI en adelante), Lima 307 (Cartas y expedientes de los obispos de Trujillo vistos en el Consejo entre 1611 y 1698). Esta carta del obispo García de Zurita ha sido incluida en: HISTORIA DE CAJAMARCA (III. SIGLOS XVI – XVIII). Lima: Instituto Nacional de Cultura-Cajamarca y Corporación de Desarrollo de Cajamarca, 1986, pp. 159 y s.
(2) Véase, por ejemplo, VILLANUEVA URTEAGA, Horacio. Cajamarca. Apuntes para su historia. Cuzco, 1975. Este trabajo es una recopilación de artículos publicados en años anteriores.
(3) BUSTO DUTHURBURU, José Antonio del. Dos personajes de la conquista del Perú. Lima: Editorial Universitaria, 1969. Para la biografía de Verdugo, véase también BUSTO DUTHURBURU, José Antonio del. La hueste perulera. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1981, pp. 63-137. Este último trabajo es una recopilación de artículos publicados en años anteriores.
(4) Los principales trabajos que estos etnohistoriadores dedicaron a la región cajamarquina han sido compilados en el libro: HISTORIA DE CAJAMARCA (II. Etnohistoria y Lingüística). Lima: Instituto Nacional de Cultura-Cajamarca y Corporación de Desarrollo de Cajamarca, 1986. Particularmente en el caso de Waldemar Espinoza se trata de aportes pioneros, algunos de los cuales fueron escritos inicialmente en la misma década de los sesenta.
(5) Véase, por ejemplo, la tasa de La Gasca del repartimiento de Huamachuco en: ROSTWOROWSKI DE DIEZ CANSECO, María. “La tasa ordenada por el licenciado Pedro de la Gasca (1549)”. En: Revista Histórica, Lima, 1983-84, t. XXXIV, pp. 53-102. Ejemplo de trabajo de esta autora de interés propiamente etnohistórico, y referido parcialmente al área cajamarquina, es: “La estratificación social y el Hatun Curaca en el mundo andino”. En: Histórica, volumen I, Nº 2, diciembre de 1977, pp. 249-286. Ambos artículos formaron parte de la reciente compilación de esta autora, titulada: Ensayos de Historia Andina. Elites, Etnías, Recursos. Lima: Instituto de Estudios Peruanos / Banco Central de Reserva del Perú, 1993.
(6) CONTRERAS, Carlos. Los Mineros y el Rey. Los Andes del norte: Hualgayoc, 1770-1825. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1995.
Sobre otros trabajos, tenemos la referencia de una investigacion inédita de Miriam Salas sobre el obraje de comunidad de Sinsicap (en el ámbito de Huamachuco).
(7) SILVA SANTISTEBAN, Fernando. “Los obrajes en el corregimiento de Cajamarca”. En: HISTORIA DE CAJAMARCA (III. Siglos XVI – XVIII). Lima: Instituto Nacional de Cultura-Cajamarca y Corporación de Desarrollo de Cajamarca, 1986, pp. 181-191.
Sobre temas etnohistóricos, véase, de este mismo autor: “El reino de Cuismanco” y “La lengua culle de Cajamarca” en: HISTORIA DE CAJAMARCA (II. Etnohistoria y Lingüística). Lima: Instituto Nacional de Cultura-Cajamarca y Corporación de Desarrollo de Cajamarca, 1986, pp. 15-33, y 365-369, respectivamente.
(8) Abundante información sobre temas de arqueología cajamarquina puede encontrarse en el libro: HISTORIA DE CAJAMARCA (I. Arqueología). Lima: Instituto Nacional de Cultura-Cajamarca y Corporación de Desarrollo de Cajamarca, 1985.
(9) HAMPE MARTINEZ, Teodoro. “Notas sobre población y tributo indígena en Cajamarca (Primera mitad del siglo XVII)”. En: Boletín del Instituto Riva-Agüero. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1986-1987, pp. 65-81.
Un estudio en profundidad de la región cajamarquina en la época de los Austrias entrañaría, necesariamente, la consulta del Archivo Departamental de Cajamarca. Dicho repositorio tiene, dentro de su “Sección Colonial” y -dentro de ella- de la serie “Corregimiento”, dos subsecciones claves: “Protector de Naturales” (particularmente “Mitas y Obrajes”, 92 expedientes de 1603-1784), y “Mitas y obrajes” (165 expedientes de 1603-1784). Véase: GAITÁN PAJARES, Evelio. Cajamarca, guía del Archivo Departamental. CONCYTEC, 1990.
(10) Las provincias del actual departamento de Cajamarca cuyos territorios coinciden con el espacio del viejo corregimiento homónimo son Cutervo, Chota, Santa Cruz, Hualgayoc, Celendín, San Miguel, San Pablo, Cajamarca, Contumazá, San Marcos y Cajabamba. Las provincias de lo que hoy es la serranía del departamento de La Libertad, al occidente del Marañón, cuyos territorios coinciden asimismo con el área que ocupó el antiguo corregimiento cajamarquino son Otuzco, Santiago de Chuco y Sánchez Carrión. También formaron parte del primigenio corregimiento de Cajamarca las entradas a la sierra situadas en lo que hoy son parcialmente las provincias de Ferreñafe y Chiclayo del departamento de Lambayeque.
(11) PORRAS BARRENECHEA, Raúl y WAGNER DE REYNA, Alberto. Historia de los límites del Perú. Lima: Editorial Universitaria, 1981, pp. 28 y 45.
(12) En opinión de Hampe, el caso cajamarquino “confirma la clásica tesis de John V. Murra sobre el acceso a la mayor variedad posible de pisos ecológicos, que habría sido un ideal compartido por casi todos los pueblos del mundo andino prehispánico”. Véase: HAMPE, Teodoro. “Notas…” Op. cit., p.78.
(13) HAMPE, Teodoro. “Notas…” Op. cit., pp. 74-78; y REMY SIMATOVIC, María del Pilar. “Organización y cambios del reino de Cuismancu (1540-1570)”. En: HISTORIA DE CAJAMARCA (II. Etnohistoria y Lingüística). Lima: Instituto Nacional de Cultura-Cajamarca y Corporación de Desarrollo de Cajamarca, 1986, pp. 35-68. pp. 56 y s.
(14) PUENTE BRUNKE, José de la. Encomienda y encomenderos en el Perú. Sevilla, 1992, pp. 452, 458 y 459; y HAMPE, Teodoro. “Notas…” Op. cit., loc. cit.
(15) HAMPE, Teodoro. “Notas…” Op. cit., p. 66.
(16) “La de Chupas fue la derrota más sangrienta que registran las guerras de los conquistadores. A lo largo del combate la crueldad y el heroísmo se dieron la mano varias veces […] Pero Melchor Verdugo no estaba para arriesgar su vida y menos para alcanzar laureles al severo licenciado [Vaca de Castro]: combatió sin entusiasmo, como aquel que combate por cumplir. En otras palabras, su comportamiento fue incoloro, al extremo que la soldadesca dio nuevamente en murmurar. Entre otras cosas, se dijo que había pretendido huir a la mitad de la batalla, pero que alejándose con su caballo fue visto por el capitán Pedro de Vergara, su amigo y superior, el cual lo hizo volver a cintarazos […] Su odio a don Cristóbal Vaca de Castro llegó a su mayor intensidad cuando éste, en el Cusco (el 19 de octubre de 1542), le restó casi la cuarta parte de sus indios para darlos a Hernando de Alvarado“. Véase: BUSTO DUTHURBURU, José Antonio del. “El infante: Melchor Verdugo”. En: La hueste perulera. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1981, pp. 76 y s.
(17) Debe destacarse que no es absolutamente claro que la división de las Siete Guarangas hecha por Vaca de Castro en 1542 haya sido tan tajante. De hecho, la tasa del repartimiento cajamarquino de Melchor Verdugo de 1557 parece referirse a las Siete Guarangas en su totalidad. Esta duda puede ser materia de un esclarecimiento posterior, pero por ahora nos mantendremos apegados a la interpretación de Hampe y De la Puente, quienes distinguen claramente a los repartimientos de Tres y Cuatro Guarangas con dos trayectorias casi independientes entre 1542 y 1603. Hitos particularmente importantes en la historia de las Siete Guarangas fueron las visitas que en 1567, 1571-72, y 1578 realizaron, respectivamente, el oidor Gregorio González de Cuenca, Diego Velázquez de Acuña, y el corregidor Diego de Salazar. Estas dos últimas fueron realizadas en el contexto del litigio específico que enfrentó a las encomenderas Jordana Mejía y Beatriz de Isásaga, circunstancia que limita su valor como fuente general para todo el espacio cajamarquino. Desafortunadamente, no ha sido hallada todavía la visita que el corregidor Francisco Alvarez de Cueto realizó en Cajamarca entre 1572 y 1574, en el contexto de la Visita General del Perú ordenada por el virrey Toledo. Véase: REMY SIMATOVIC, María del Pilar. “Organización y cambios…” Op. cit., pp. 36-38; PUENTE BRUNKE, José de la. Encomienda y encomenderos… Op. Cit., p. 452; y HAMPE, Teodoro. “Notas…” Op. cit., pp. 67-73.
(18) PUENTE BRUNKE, José de la. Encomienda y encomenderos… Op. Cit., pp. 71 (nota 202), y 104.
(19) La expresión “destas provinçias” alude, casi con seguridad, a los ámbitos de ocupación étnica de Huambos, Cajamarca propiamente dicha (Siete Guarangas) y Huamachuco. Archivo General de la Nación del Perú (AGNP), Derecho Indígena, c. 7, 1566, f. 27 r.
En una carta de Lope García de Castro, fechada el 30 de abril de 1565, se dice a la letra: “los yndios de la provincia de Caxamarca [¿Siete Guarangas?] me escrivieron una carta en que rogavan que por amor de Dios los proveyese de corregidor porque no tenian quien los defendiese ni amparase de los daños que les hazian sino era él”. Los indios se refieren aquí probablemente a los abusos que sufrían de su encomendero, el tenebroso y cruel Melchor Verdugo. No obstante, el contexto general de la carta se refiere, estrictamente, a la protección que los corregidores podrían brindar a los indios de todas las provincias del Perú frente a los curacas. Esta cita de 1565 está en: LISSON CHAVES, Emilio. La iglesia de España en el Perú. Sevilla, 1944, vol. II, Nº 7, p. 296.
(20) Cieza habla de los “edificios de los Ingas y depósitos” del área. Véase: CIEZA DE LEON, Pedro de. Crónica del Perú (Primera parte). Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú y Academia Nacional de la Historia, 1984, p. 228. Véase también: REMY SIMATOVIC, María del Pilar. “Organización y cambios…” Op. cit. p.55
(21) Recién en 1759, el ámbito de Huamachuco le fue desgajado al corregimiento de Cajamarca para constituir otro corregimiento. Así, entre 1759 y 1784 Huamacucho pasó a constituir un corregimiento separado de Cajamarca (que retuvo a Huambos). Entre 1784 y 1787, con sus mismos territorios de la época de los corregimientos, Cajamarca y Huamachuco pasaron a formar parte de la Intendencia de Trujillo en calidad de “subdelegaciones” o “partidos”. Finalmente, en 1787, el auge de las minas de plata de Hualgayoc condujo a la creación de Huambos como subdelegación independiente de Cajamarca. Dicha nueva subdelegación también fue conocida bajo el nombre de Chota. Esta situación, que entrañó la división del viejo espacio cajamarquino en tres subdelegaciones, se mantuvo hasta el fin de la época colonial. Véase: BUENO, Cosme. Geografía del Perú Virreinal (siglo XVIII). Lima, 1951, pp. 59 y 11 (la última página corresponde a la introducción por Daniel Valcárcel); FISHER, John R. Gobierno y sociedad en el Perú colonial: el régimen de las Intendencias, 1784-1814. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1981, pp. 95 y 276.
(22) Lamentablemente no hemos podido aún ubicar alguno de los nombramientos de los primeros corregidores de Cajamarca. No obstante, para ilustrar lo señalado líneas arriba sobre la utilización del criterio de dispersión étnica para el establecimiento de las jurisdicciones, podemos mencionar un ejemplo específico. Se trata del nombramiento del primer corregidor de Cajatambo, que está fechado el 22 de mayo de 1576. En este documento, el virrey Toledo nombró a Pedro de Montesdoca como juez o corregidor de naturales “…de los repartimientos de Caxatanbo y Ambar de la encomienda de Joan [Fernández] de Heredia […] y Lanpas de Joan Velazquez […] y el de Ocros de la encomienda de don Fernando Niño…” (LIBRO DE CABILDOS DE LIMA. Lima: Concejo Provincial de Lima, 1935-1958, tomo VIII, p. 266). Posteriormente, ya constituidas claramente las reducciones o pueblos de indios en Cajatambo (lo que debió ocurrir después del gobierno de Toledo en este caso concreto), los nombramientos de corregidores ya utilizaron como referencia de la jurisdicción a los pueblos, además de los repartimientos. Por ejemplo, el 13 de junio de 1609, el marqués de Montesclaros nombró a Francisco de Jería “por corregidor de la dicha provinçia de Cajatambo y de todos los pueblos y repartimientos del distrito y jurisdiçion del dicho corregimiento…” (Archivo Histórico de la Municipalidad de Lima, Libro segundo de cédulas y provisiones, ff. 238 r. – 240 r.)
(23) El Anexo Nº 2 es una relación de los pueblos de indios del área de las Siete Guarangas (parte central del corregimiento), que aparecen mencionados en las visitas de Diego Velázquez de Acuña (1571-1572) y del corregidor Diego de Salazar (1578). En cuanto al área de Huamachuco, al sur del corregimiento, un documento relativamente tardío de 1578-1583 simplemente pone puntos suspensivos en la parte que corresponde a la enumeración de los pueblos de indios de esa zona, lo que podría sugerir que la política de reducciones se encontraba allí apenas en sus inicios (MIRANDA, Cristóbal de. “Relación de los oficios que se proveen en el reino del Perú, de las personas que los confieren y de los salarios asignados a ellos. Años 1578 a 1583” En: Víctor M. MAURTUA. Juicio de límites entre el Perú y Bolivia. Barcelona: Imprenta de Henrich y Comp., 1906, t. I, p. 258.)
(24) A la larga, ya entrado el siglo XVII, y debido a las circunstancias enumeradas, los pobladores transplantados a territorio cajamarquino que no pertenecían a los grupos étnicos del área, terminaron perdiendo sus vínculos con sus lugares de origen, y fueron a la postre considerados como habitantes del corregimiento de Cajamarca, particularmente para fines tributarios.
(25) Esta descripción de los límites del corregimiento de Cajamarca ha sido reconstruida a partir de referencias proporcionadas por Cosme BUENO, en sus trabajos del siglo XVIII compilados en la publicación Geografía del Perú Virreinal. Lima, 1951, pp. 56-57 y 59. Los datos de Cosme Bueno corresponden en este caso a 1766. Reflejan, por tanto, el reciente desgajamiento de Huamachuco de la jurisdicción primigenia del corregimiento de Cajamarca, que tuvo lugar en 1759 (véase la nota 21). Con el propósito de describir los límites del antiguo corregimiento, las jurisdicciones de Huamachuco y Cajamarca (que aparecen distinguidas en Bueno) han sido consideradas en forma conjunta.
(26) LOHMANN VILLENA, Guillermo. El corregidor de indios en el Perú bajo los Austrias. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1957, pp. 114 y 120.
(27) BUENO, Cosme. Geografía… Op. cit., pp. 18 y 49.
(28) El 7 de diciembre de 1809 el virrey Abascal ordenó a la Orden Franciscana la entrega de la iglesia de San Antonio de Cajamarca (la más importante de la ciudad de Cajamarca) al cura de la Doctrina de San José (de las filas del clero secular). Los padres franciscanos abandonaron Cajamarca en 1815 para retornar finalmente en 1870. Véase: VILLANUEVA URTEAGA, Horacio. Cajamarca… Op. cit. pp. 44 y s.
(29) Carta de Mateo Domínguez de la Oliva y Moncada S.M. (Cajamarca, 20 de abril de 1681). Domínguez era “vezino desta villa de Cajamarca la grande obispado de Truxillo del Perú, protetor de los naturales de este corregimiento” AGI, Lima 171. Debe notarse que Domínguez aparece mencionado, con este mismo cargo de protector, en la visita al obraje de la villa de Cajamarca de 1642 (f. 4 r.) que se incluye como Anexo Nº 4.
(30) BUENO, Cosme. Op. cit. p. 57. Sobre Huamachuco, añade Bueno que esta provincia “por lo general es fría, en lo que difiere de la de Cajamarca, siendo en lo demás muy semejante en frutos y comercios” Ibid, p.60.
(31) GARCIA DE LA CONCEPCION, Joseph. Historia Betlemitica. Vida exemplar y admirable del venerable siervo de Dios y padre Pedro de San Joseph Betancur, fundador del regular instituto de Bethlehen en las Indias Occidentales, etc. Sevilla: Juan de la Puerta, 1723, libro II, cap. XXVI. En: VILLANUEVA URTEAGA, Horacio. Cajamarca… Op. cit., p. 211.
(32) FISHER, John R. Op. cit., p.145; BUENO, Cosme. Op. cit. p.57.
(33) LOPEZ DE CARAVANTES, Francisco. Noticia General del Perú. Madrid: Biblioteca de Autores Españoles, 1986, t. II, p. 115; y VILLANUEVA URTEGA, Horacio. Cajamarca… Op. cit. p. 211. Los puercos ya aparecen como producto importante en las tasas de encomienda de mediados del siglo XVI: véase, por ejemplo, el f. 135 v. de la tasa de 1557 del repartimiento cajamarquino de Melchor Verdugo, incluida en el Anexo Nº 1. Para 1766, según Cosme Bueno, la cría y comercialización de cerdos había dejado de ser el “principal comercio” de Cajamarca, debido a la multiplicación de esta actividad en otras regiones del virreinato. BUENO, Cosme. Geografía… Op. cit. p. 57.
(34) LOHMANN VILLENA, Guillermo. Op. cit., pp. 364 y s.
(35) BUENO, Cosme. Geografía… Op. cit. p. 57.
(36) REMY SIMATOVIC, María del Pilar. “Tasas tributarias pre-toledanas de la provincia de Cajamarca”. En: Historia y Cultura (Revista del Museo Nacional de Historia). Lima: Instituto Nacional de Cultura, 1983, Nro. 16, pp. 69 (tasa del repartimiento cajamarquino de Diego de Urbina, 1550), 75 y 79 (tasa del repartimiento cajamarquino de Melchor Verdugo, 1557), y 80 (tasa del repartimiento cajamarquino de Jordana Mejía, 1567). Todos los datos anteriores se refieren al área de las Siete Guarangas. La tasa de 1557 puede verse en el Anexo Nº 1 del presente trabajo. En cuanto a Huamachuco, la tasa de La Gasca (1549) habla de “minas de oro razonables a diez a doze e quinze leguas de sus tierras” y de por lo menos tres mil pesos “de ley perfeta en oro o en plata” (ROSTWOROWSKI DE DIEZ CANSECO, María. Ensayos… Op. cit., pp. 337 y 339).
(37) LOPEZ DE CARAVANTES, Francisco. Op. cit., p. 115.
(38) BUENO, Cosme. Geografía… Op. cit. pp. 57 y 60.
(39) HISTORIA DE CAJAMARCA (III…) Op. cit. p. 144.
(40) Véase, por ejemplo, el f. 135 v. de la tasa de 1557 del repartimiento de Melchor Verdugo (incluida en el Anexo Nº 1 de esta monografía), que habla de la producción de telas de lana y de algodón.
(41) HISTORIA DE CAJAMARCA (III…) Op. cit. p. 144.
(42) LOPEZ DE CARAVANTES, Francisco. Op. cit., p. 115.
(43) VILLANUEVA URTEGA, Horacio. Cajamarca… Op. cit. p. 211; y BUENO, Cosme. Geografía… Op. cit., pp. 57 y 60.
(44) Son referencias de la Relación histórica del viaje a la América Meridional… de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, así como del Diccionario geográfico-histórico de las Indias Occidentales del coronel don Antonio de Alcedo. Véase, respectivamente: ZAVALA, Silvio. El servicio personal de los indios en el Perú (extractos del siglo XVIII), México: El Colegio de México, 1980, p. 44; y VILLANUEVA URTEGA, Horacio. Cajamarca… Op. cit. p. 218.
(45) SILVA SANTISTEBAN, Fernando. Los obrajes en el virreinato del Perú. Lima, 1964, pp. 98 y s. (para los motines en Usquil, Carabamba y Julcán), y p. 100 (para las referencias sobre el obraje de Porcón).
(46) De la Puente Brunke señala que, entre 1570 y 1600, las encomiendas del ámbito de Trujillo (donde estaban localizadas las del área cajamarquina) fueron, después de las de Chachapoyas, las que registraron el mayor descenso (del 42.8%) en el volumen de la población tributaria. No obstante ello, la población india total del corregimiento de Cajamarca, según autores como Cook, se mantuvo estable, por lo menos en el momento de tránsito entre los siglos XVI y XVII. Véase: PUENTE BRUNKE, José de la. Encomienda y encomenderos… Op. cit., p.157. La referencia de Cook se encuentra en: COOK, Noble David. Demographic Collapse. Indian Peru, 1520-1620. Cambridge University Press, 1981, p. 182.
Para una opinión discordante de Cook, véase: HAMPE, Teodoro. “Notas…” Op. cit., pp. 79-81. Para el período 1567-1651, y fundamentalmente en base a conclusiones extraídas del estudio de encuestas y padrones de tributarios de las Siete Guarangas (sin incluir a la población india en general), Hampe concluye que se produjo una “aguda caída demográfica”, por lo menos durante el lapso de tiempo que escoge para observación. Hay que mencionar, no obstante, que la estabilidad de la población total cajamarquina de origen indio aparece bastante clara en otras fuentes, prticularmente cuando ella es observada en perspectiva secular (véase este mismo acápite a la altura de la nota 48).
(47) ZAVALA, Silvio. El servicio…, Op. cit., p. 178.
(48) La cifra de 1583 se obtiene en: MIRANDA, Cristóbal de. “Relación de los oficios…” Op. cit. pp. 257 y s. (en el contexto de una reseña del corregimiento de Cajamarca); la de 1754 en: ZAVALA, Silvio. El servicio…, Op. cit., p. 178 (en la transcripción de un “Cuadro que por orden del virrey conde de Superunda formó el contador de retasas D. José de Orellana, su fecha el 22 de junio de 1754…”); y, finalmente, la de 1795 en: FISHER, John R. Op. cit., p. 276 (en el contexto de un cuadro ubicado en el Archivo General de Indias, Indiferente General 1525, “Estado con Bonet a Gil, 29 de diciembre de 1795”).
(49) La cifra de 1583, incluida en este cuadro, no comprende a los 1,452 “yndios mitimaes encomendados en diferentes personas” (cuya existencia se explica en el acápite 2.1), sino únicamente a la población originaria de Huambos, de la zona central de las Siete Guarangas (con dos encomiendas llamadas, cada una de ellas, “Cajamarca”) y de Huamachuco. Esta distinción de los mitimaes ya no se puede hacer en 1795 por la relativa uniformización de las realidades étnicas que sobrevino con el correr de los años. Tampoco debemos dejar de mencionar que, muy probablemente, la baja cifra que registra Huambos para 1583 se explique debido a que, por entonces, muchos de los habitantes de este grupo étnico vivían entremezclados con los de las Siete Guarangas en la parte central del corregimiento en virtud del llamado patrón de poblamiento “discontinuo” (acápite 2.1 a la altura de la nota 13). Véase: MIRANDA, Cristóbal de. “Relación de los oficios…” Op. cit. pp. 257 y s.
(50) VILLANUEVA URTEGA, Horacio. Cajamarca… Op. cit. p. 211.
(51) Los datos de la Audiencia de Quito se encuentran en: TYRER, Robson Brines. The Demographic and Economic History of the Audiencia of Quito: India Population and the Textile Industry, 1600-1800. Tesis inédita. Universidad de California, Berkeley, 1976. pp. 38-39 y 76-78. Véase particularmente el cuadro de la p. 81, que lleva por título “Tributary Indians in the Province of Quito, 1560-1830”.
(52) Se asume que, debido a la poca cantidad de habitantes no indígenas en 1583, el total de la población en los tres ámbitos coincide prácticamente con el total de la población indígena. La situación se había transformado radicalmente poco más de dos siglos después: en 1795, había 73,401 indios dentro del conjunto total de la población que era de 126,938 personas. En efecto, además de los indios, en 1795 vivían en los ámbitos de Huambos, Cajamarca y Huamachuco 2,125 negros libres, 407 esclavos, 40,666 mestizos, y 10,339 españoles. Véase: FISHER, John R. Op. cit., p. 276.
(53) En 1566, San Antonio de Cajmarca era considerada como simplemente como un “asyento” (AGNP, Derecho Indígena, 1566, c. 7, f. 27 r.). A comienzos del siglo XVII, el carmelita Vázquez de Espinosa señalaba que, a su entender, Cajamarca era “el mayor pueblo de indios que ay en todo el reyno del Piru” (HISTORIA DE CAJAMARCA (III…). Op. cit., p. 143). Contradictoriamente, en 1681, el entonces protector de naturales de Cajamarca se declaraba “vezino desta villa de Cajamarca la grande obispado de Truxillo del Perú” (AGI, Lima 171). En 1766, Bueno señala que la capital del corregimiento era “el pueblo de Cajamarca, donde no hay cabildo de españoles, ni regidores, sólo alcaldes indios, como en los demás pueblos” (BUENO, Cosme. Geografía… Op. cit., p. 57.). Cajamarca sólo obtuvo el status de “ciudad” a comienzos del siglo XIX (VILLANUEVA URTEAGA, Horacio. Cajamarca… Op. cit. p. 101).
(54) Carta a S.M. de don Melchor Carvarayco, cacique principal de la provincia de Caxamarca la grande, y del maestro de campo don Juan Baptista Hastoquipan, su gobernador (Cajamarca, 27 de julio de 1690). AGI, Lima 175.
(55) Carta a S.M. de Mateo Domínguez de la Oliva y Moncada, protector de los naturales de Cajamarca (Cajamarca, 20 de abril de 1681). AGI. Lima, 171.
(56) AGI, Lima 174 y Lima 175.
(57) Las fuentes principales para este acápite son los Anexos Nºs 1, 3 y 4 del presente trabajo. Véase también: PUENTE BRUNKE, José de la. Encomienda y encomenderos… Op. cit. p. 151; SILVA SANTISTEBAN, Fernando. “Los obrajes… HISTORIA DE CAJAMARCA (III…), pp. 181 y s.; y LOPEZ DE CARAVANTES, Francisco. Op. cit., p. 115
(58) Véase: TYRER, Robson Brines. The Demographic… Op. cit. pp. 114 y s. Los temas del rezago de los tributos como elemento central en la fundación y mantenimiento de los obrajes de comunidad, así como el referido al sistema de su arrendamiento, también para el caso del área de Quito (específicamente en Otavalo) son tratados en: RUEDA NOVOA, Rocío. El obraje de San Joseph de Peguchi. Quito, 1988.
(59) Sobre el tema de los ciclos económicos en la época colonial, tomamos como referencia el trabajo de Miriam SALAS DE COLOMA, titulado “Crisis en desfase en el centro-sur-este del virreinato peruano: minería y manufactura textil”. En: BONILLA, Heraclio (editor). Las crisis económicas en la Historia del Perú. Lima: Centro Latinoamericano de Historia Económica y Social, y Fundación Friedrich Ebert, 1986, pp.139-165.
FUENTES
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Derecho Indígena, c. 7, 1566
Archivo Histórico de la Municipalidad de Lima, Libro segundo de cédulas y provisiones.
Colección Horacio Villanueva Urteaga
Véanse los anexos Nºs 3 y 4 de la presente monografía.
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