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El presupuesto del Congreso de la República ha alcanzado la astronómica suma de S/.513’193,789; es decir, 58% más de los fondos del Congreso del 2010. La última gestión congresal del Gobierno aprista fue de S/.325’665,146; sin embargo, cuando el nacionalismo tomó la posta como Gobierno, esta ya abultada cifra ha ido de incremento a incremento.

El primer año de gestión congresal del nacionalismo, bajo la presidencia de Daniel Abugattás, el presupuesto del Congreso se incrementó de S/.325’665,146 (último presupuesto de la gestión congresal aprista) a S/.411’649,671, es decir, hubo un aumento de S/. 85’984,525.

En el segundo año de gestión, el nacionalista y presidente del Congreso, Victor Isla, no tuvo reparo alguno para incrementar una vez más el presupuesto con S/.59’621,702, aduciendo que el incremento se debe al aumento del personal; es decir, de la ya abultada cifra de S/.411’649,671 pasó a envidiable cifra de S/.471’271,373.

En lo que va del tercer año de gestión nacionalista a cargo de Fredy Otárola, como para no quedar mal con sus antecesores partidarios y presidentes del Congreso, no tuvo mejor idea que alzar un poquito más el presupuesto congresal. Entonces, se incrementó de S/.471’271,373 a la ‘modesta’ suma de S/.513’193,789, en otras palabras, fueron S/.41’922,416 más con respecto a la cifra anterior.

Estos incrementos para la labor parlamentaria han ocasionado que los congresistas tengan libre albedrío para, literalmente, gastar y gastar en lo que quieran, sin la obligatoriedad de presentar sus informes de gastos debidamente justificados, como reiteradamente se ha demostrado. Debido a esta bonanza económica dorada, los congresistas no han tenido mejor idea que, para gastar algo de ese dinerito, hacer turismo a los lugares más lejanos con el pretexto de representación, o llenar sus oficinas de comodidades, incrementar el personal a su cargo o subirles de categoría para aumentarles el sueldo. Es decir, como hay que justificar el presupuesto, hay que gastar en lo que sea.

Así por ejemplo, en el afán de de gastar y gastar para justificar y justificar, el congresista Virgilio Acula Peralta, se dio un paseo, según él para representarnos, a la India, generando un gasto de S/.17,937. Del mismo modo, Leonidas Huayama Neira, no tuvo mejor idea que, para quitarse el estrés, visitar Suiza a un costo de S/.15,233, como parte de una comisión de trabajo. De igual modo, su par, Mesías Guevara, en busca de tecnología, quiso cambiar de aires y se fue a Corea, quitándole al ‘humilde’ presupuesto  un sencillo de S/.16,000.

Con este presupuesto y gastos exagerados, muchas veces sin sustento, han hecho que el mensaje del presidente de la Republica, Ollanta Humala, donde asegura que una de sus políticas de gobierno es la austeridad gubernamental, pero al parecer solo se refería a una austeridad sectorial; es decir, quitarles o congelarles el presupuesto a los maestros, médicos, policías, entre otros. Sin embargo, a los ministros o congresistas dejarlos en libre albedrío económico para gastar el dinero de todos en lo que se les antoje.

Lo más preocupante de estos incrementos y reincrementos presupuestales del Congreso es que no tienen control y supervisión por la entidad encargada de garantizar, mediante auditoría, que el dinero asignado se gaste correctamente. En ese sentido, la Contraloría General de la República, entidad encargada de investigar a los organismos del Estado, no puede controlar ni mucho menos exigir una rendición de cuentas al Congreso de la República, porque el reglamento del Congreso, se lo prohíbe ya que tiene carácter de ley orgánica. Es decir, ante la ausencia del órgano de control y supervisión de vigilancia para una transparencia económica gubernamental (Contraloría General), el Congreso de la República es quien se da, se controla y se vigila. Es decir,  los congresistas son juez y parte de la administración económica de ellos mismos, pero con el dinero del Estado y, como todos sabemos, en el Congreso no pasa nada con este tema porque todo queda como en familia “otorongo no come otorongo”.

Finalmente, amigo lector, este caso es uno de los muchos que existen para que el descontento popular sea manifestado en las calles y en algunos medios, con protestas y denuncias, respectivamente,  con el propósito de encontrar y exigir no solo una inclusión social, sino también económica, la cual reivindique muchos derechos perdidos o congelados en el tiempo.

Tal vez, es hora de que la sociedad civil tome nuevamente la iniciativa y salga a las calles para hacer valer las leyes, para que instituciones como el muy venido abajo Congreso de la República, sean controlados y supervisados por un organismo externo a ellos, en este caso por la Contraloría General de la República.

Al término de este artículo, ante la denuncia que el diario El Comercio hizo (02.10.2013), donde dio a conocer que el reglamento del Congreso prohíbe que la Contraloría supervise en lo económico a dicho Poder del Estado, Fredy Otárola, presidente del Congreso, respondió en una conferencia de prensa que la Contraloría tendrá participación a partir de ahora (02.10.2013) y de forma permanente en la supervisión del Legislativo. Asimismo, dijo que hay un proyecto de restructuración administrativa que ayudará a destrabar y mejorar el control económico congresal.

Fuente

http://diariocorreo.pe/ultimas/noticias/5728477/actual-congreso-gasta-58-mas-que-el-anterio

http://www.americatv.com.pe/portal/noticias/actualidad/cuestionan-el-alto-presupuesto-que-tiene-el-congreso-de-la-rep-blica-2013

http://elcomercio.pe/actualidad/1639029/noticia-reglamento-congreso-impide-contraloria-supervisar-uso-recursos_1

http://elcomercio.pe/actualidad/1639433/noticia-contralor-saluda-que-congreso-abra-sus-cuentas-fiscalizadas

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