El retorno de ‘pinocholo’ Toledo, fue, como se esperaba, con baño de popularidad por parte de una incondicional portátil.
El hecho de discusión no es tanto la llegada de Toledo, sino el recibimiento que tuvo. Lamentablemente hay personas que se prestan para hacer este tipo de espectáculos públicos, sin tener en cuenta cuál es el motivo de la llegada de Toledo.
Alejandro Toledo no regresa al Perú para ser condecorado por sus logros en temas de gestión realizada durante su mandato, ni mucho menos para lanzar su candidatura al 2016, oficialmente. Todo lo contrario, el expresidente regresa a nuestro país por una obligación ante la justicia peruana, ya que debe seguir respondiendo por las compras millonarias que su suegra habría hecho en el Perú, por medio de Ecoteva, una empresa creada en Costa Rica, al parecer, para ocultar estas transacciones.
La portátil enaltece a Toledo y compañía (Eliane Karp) e intenta victimizar al, hasta ahora líder de la chakana. Las personas que forman este tipo de portátiles fueron las mismas que hicieron el Show anterior, cuando Toledo declaró en el Congreso sobre el mismo tema. ¿Pero qué ganan estas personas arengando a Toledo?, la respuesta es nada, solo ofrecimientos.
En primer lugar, estas personas no se organizan por si solas, los dirigentes de bases son los que organizan y mueven estos recibimientos. Las portátiles son, como en el Ajedrez, el primer muro de contención, encargados de distraer a la opinión pública con sus pomposos recibimientos. Como dije, estas portátiles solo ganan ofrecimientos, es decir, van con la promesa de que en un futuro el partido les acomodará en un puesto dentro del Estado o los incluirá en algún programa social.
En segundo lugar están los dirigentes de bases, quienes, dentro de este tablero desempeñan la función de movilizadores y actúan como el segundo frente. De ellos depende el éxito de la movilización, y depende también el cumplimento que el partido les ofreció (muchas veces estos ofrecimientos queda en promesas).
En tercer lugar está el partido dirigido por sus altos dirigentes. Son el rostro legal de toda portátil; es decir, la presencia de un vocero o congresista dan validez a las movilizaciones. Siguiendo con el ejemplo del tablero del Ajedrez, estos personajes son los amortiguadores políticos en cuanto a la defensa del líder se trata. Ellos son los que realmente ganan en todo es soy mediático, porque están cerca al poder y tienen injerencia no solo en las decisiones partidarias, sino también participan de la política de Gobierno. Los logros de los anteriores, son los beneficios de estos últimos; quienes son premiados como postulantes a congresistas o colocados a dedo en puestos claves estatales. La meta, en todos los casos, es llegar a ser Gobierno. Es decir, que su líder llegue a ser Presidente de la República.
Si tomamos en cuenta la última encuesta de Ipsos Perú, donde muestra que el 90% de encuestados afirma que Toledo mintió. Entonces, por qué los chakanos quieren proteger a todo precio a su líder Alejandro Toledo. Alejandro Toledo, como expresidente de la República, es la cara política de Perú Posible, tanto nacional como internacional. La ausencia de liderazgo político en dicho partido ha hecho que Perú posible dependa del Toledo para poder sobrevivir no solo en el medio político, sino también en las decisiones gubernamentales. Salvar a Toledo es también salvar al partido y, con eso, abrir una ventana rumbo a las elecciones de 2016; no tanto en aspiraciones a la presidencia, sino mas bien a tener presencia en el Congreso. Llegar como partido al Congreso les dará tiempo para reorganizar a la chakana y crear un nuevo rostro político rumbo a las elecciones de 2021. Mientras eso suceda, Perú Posible, tendrá la misma suerte del Apra: sobreviviendo gracias a asociaciones parlamentarias, con la diferencia que su líder, Alan García, no tiene los problemas que los tiene Alejandro Toledo.
Finalmente, la gente de las portátiles políticas es usada para salvar intereses ajenos, gracias a mentiras y ofrecimientos que no se cumplirán, “porque cuando chorrea, chorrea hacia arriba”. Es decir, son necesarios hasta que llegar al poder. Asimismo hay una responsabilidad moral de quienes, con el propósito de bienvenidas, usan a la gente para tratar de tapar malos actos que tienen que ver en la mayoría de casos con corrupción, en el tema de Toledo, con enriquecimiento ilícito.
El daño a la salud política ya fue hecho, azuzar a la gente en portátiles es confundir a la población y avalar un evidente acto de corrupción, el cual demostraría que por encima de los intereses de todos los peruanos existen nefastos intereses particulares que atentan contra la estabilidad democrática del país.
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