En pleno siglo XXI que se den este tipo de acontecimientos es un retroceso para la humanidad. Sabemos que en África, las diferencias –religiosas, étnicas, sociales, económicas, etcétera– son entre grupos en su mayoría compuestos por campesinos o por gentes no profesionales y que tienen una postura radical. Este tema es de todos los días; no obstante, el Estado debe velar para que las personas, sin distinción alguna, tengan los mismos derechos y deberes, para que este (el Estado) no se convierta en cómplice intelectual.
Desde 1999 se han producido más de 12500 víctimas entre cristianos, en su mayoría, y musulmanes. Esto es debido a que se estableció, en muchos estados, el sharia o ley musulmana para algunos o ley islámica para otros, que es un código preciso de conducta, de la moral y de la vida, y su contenido es radical, que dista mucho de las leyes cristianas.
Por otro lado, dónde están las ONG´s “salvadoras del mundo” relacionadas con los derechos humanos. Conocemos el trabajo que realizan en el Perú: como por ejemplo defender a terroristas. Por qué no actúan del mismo modo en lugares tan radicales como Nigeria, por ejemplo, ¿será porque en esos sitios las Leyes están hechas a la medida?; y, si fuera así, ¿acaso los derechos están sujetos a condicionamientos?
Solamente esperamos que estos actos no se vuelvan a cometer…
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