El Arte de hacer Gestión y su Importancia para el Fomento de la Cultura

El Arte de hacer Gestión y su Importancia para el Fomento de la Cultura

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“Cuando se trata de artes, no hay que temerle a la palabra negocio”

– (Torres Vilar, 2017)

Cuando pensamos en arte, automáticamente creemos que para que mantenga su esencia no debe vincularse con ningún término “empresarial”, ya sea “negocio”, “comercial”, “ventas” u otros similares, los cuales muchas veces terminan siendo “tabú” para las agrupaciones culturales. Existe una resistencia al cambio, ya sea por temor o por una escasa capacitación constante para que la gestión sea vista como la herramienta clave que ayude a resolver las problemáticas que aquejan al sector cultural y no como la disciplina que puede “destruir” el arte y la cultura.

Si bien se ha visto al arte y la cultura separados de la gestión y la economía, actualmente debería ser innegable que existe una relación estrecha entre estos dos mundos. Es importante resaltar este punto desde un inicio, ya que los/las artistas muchas veces viven de espaldas a la gestión, cuando podrían aprovechar mejor los recursos que les brinda en beneficio de su propio arte. David Throsby (Throsby, 2012) entendía a la cultura desde la perspectiva económica, como un conjunto de actividades que requieren creatividad, valor simbólico y propiedad intelectual, pero que también implican un intercambio de factores de dinero, tiempo, trabajo u otros. A manera de ejemplo, un teatro produce obras, para lo cual consigue materiales, compra utilería, paga a su elenco, etc.; y donde el público compra entradas para ver estas obras. En resumen, en una sola obra de teatro pueden ocurrir miles de intercambios económicos y culturales, donde la gestión puede ser el gran aliado para hacer más sostenible un proyecto, agrupación o colectivo cultural.

Sin embargo, existen dos retos importantes que impiden o dificultan que esto se realice óptimamente. En primer lugar, existe una percepción negativa cuando se contempla a una actividad cultural desde el enfoque de la gestión, ya que se la asocia con la venta, los negocios y el valor comercial sobre el valor cultural. Esto se entiende, debido a que el producto cultural no debe verse alterado por agentes externos, ya sea el Estado, patrocinadores o incluso el público mismo, ya que, de ser el caso, se estaría afectando la esencia artística y propósito máximo del creador, dramaturgo, director o encargado de la pieza de arte. Al contrario de lo que ocurre con un bien “común”, en el campo cultural los estudios de mercado tienen mucha menor importancia, se acostumbra adaptar las estrategias de marketing al producto, ya que primero se crea la propuesta artística y luego se encuentra al público (Bonet, 2007). Por ello, cualquier propuesta de gestión puede ser vista como una forma de influenciar en el corazón artístico, lo cual genera un rechazo automático entre las agrupaciones culturales.

En segundo lugar, una insuficiente oferta académica que promueva adecuadamente el aprendizaje de la gestión cultural como estrategia general para afrontar las problemáticas del sector cultural: escasos recursos económicos y baja afluencia de público, lo cual lleva a que muchas veces varios proyectos se vean truncados o entren en “quiebra”. Es necesario, detenerse en este punto, puesto que la gran mayoría de proyectos, colectivos y grupos artísticos batalla contra viento y marea para lograr cierta rentabilidad y mantenerse sostenible en el tiempo. En el caso de un teatro, por ejemplo, sus ingresos pueden provenir de tres fuentes: propias (venta de entradas, talleres, ahorros), de terceros privados (patrocinadores, auspiciadores) o el Estado (premios, estímulos económicos, entre otros). Salvo algunos casos especiales, casi ningún teatro del mundo podría mantenerse en el tiempo solamente con sus ingresos propios, provenientes principalmente por la venta de entradas, ya que, lamentablemente, la demanda nunca es suficiente para la gran oferta teatral existente.

Por ello, se suele buscar financiamiento en agentes externos; no obstante, conseguir patrocinios o ganar subvenciones del Estado es un proceso altamente competitivo, ya que no todos los proyectos tienen las herramientas, conocimientos y capacidades para postular, por lo que termina siendo un ingreso esporádico, para algunos proyectos puntuales y que solo algunos grupos artísticos logran obtenerlos.

Esto causa una gran brecha de ingresos que termina nuevamente en proyectos económicamente inviables, no rentables e insostenibles en el tiempo. Y si bien la generación de audiencias y recaudación de fondos ya eran grandes problemáticas del sector, la pandemia hace que esta brecha y estos problemas se agranden aún más, lo que lleva a que varios espacios culturales cierren, varios proyectos se vean truncados y miles de artistas queden desempleados.

Entonces, ¿no deberíamos estar incentivando, desarrollando y difundiendo cursos, maestrías, diplomados, especializaciones, talleres y herramientas para aprender a resolver las problemáticas que se presentan día a día y año tras año en las prácticas artísticas?

En el Perú, contamos con una limitada cantidad de oferta académica, de las cuales la mayoría está centrada en el patrimonio cultural o con un enfoque más teórico o sociológico. Asimismo, no contamos con los suficientes profesionales abocados a la gestión cultural propiamente dicha, justamente porque no hay promoción de la educación en gestión cultural. Se requiere con suma urgencia una oferta académica que incentive, enseñe y promueva de forma práctica a gestionar un proyecto cultural, con el fin de que se pueda sostener en el tiempo y logre así, una rentabilidad económica, pero sin perder de vista la sensibilidad artística. Y cuestiones como conocer la identidad de tu proyecto o tu agrupación, conocer a tu público, cómo se comporta, dónde se encuentra, cuánto presupuesto necesito, cómo lo puedo conseguir, qué estrategia de marketing utilizo para llegar a mi audiencia y un largo etcétera, pueden hacer la diferencia.

Es aquí donde la gestión toma un papel muy importante: fomentar la gestión cultural en las instituciones educativas fomentará a su vez, el desarrollo del arte y la cultura, puesto que no solo brindará herramientas para ayudar a resolver las problemáticas que aquejan al sector, sino que capacitará y mejorará la percepción que los grupos artísticos tienen respecto a la gestión. Esto puede traer consigo un doble beneficio: mejorar la oferta cultural y las propuestas artísticas, y también atraer, generar y formar a nuevas audiencias, tanto espectadores como patrocinadores, lo que conlleva a una mejor economía cultural y un mayor desarrollo en las comunidades. Y es importante resaltar el potencial que tiene el arte y la cultura como factor de desarrollo, ya que las actividades culturales no solamente entretienen, sino que pueden educar y transformar las percepciones y perspectivas de las personas hacia una sociedad más justa e inclusiva (Ministerio de Cultura & UNESCO, 2015).

Por lo tanto, ¿están la cultura y el arte exentos de la economía, la rentabilidad y la gestión? Consideramos que se encuentran íntimamente relacionados e incluso, la gestión podría ser la piedra angular que necesitamos para fomentar más el arte peruano. Y para ello, se necesita de una mayor y mejor oferta académica en gestión cultural, de más investigaciones, de herramientas de gestión fácilmente aplicables, con un lenguaje claro y práctico, y que acoja adecuadamente las necesidades del sector cultural. Dejemos de tenerle miedo a la “gestión”, al fin y al cabo, la gestión también es arte.

Referencias

Bonet, L. (2007). El lugar de la Economía de la Cultura como disciplina contemporánea. En C. Elia, & H. Schargorodsky, Economía de la Cultura (pág. 30). Buenos Aires: Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

Ministerio de Cultura & UNESCO. (2015). 22 Indicadores de Cultura para el Desarrollo en Perú. Obtenido de http://www.infoartes.pe/wp-content/uploads/2014/12/libro-22-Indicadores-de-Cultura-para-el-Desarrollo2.pdf

Throsby, D. (2012). Cultura, Economía y Desarrollo Sustentable. En CNCA, Cultura y Economía I (pág. 56). Santiago: Publicaciones Cultura.

Torres Vilar, L. (23 de 01 de 2017). Gestión y artes escénicas: ¿Cómo se relacionan ambos rubros? El Comercio.


LA GESTIÓN DE LA CULTURA QUE SIEMPRE ESTÁ EN ESTADO DE EMERGENCIA

Categoría : ENTREVISTAS

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La diversidad inmersa en el mundo cultural, hace de este, uno de los sectores más amplios en la actualidad. Su desarrollo ha generado nuevos conceptos como la Gestión Cultural, área que pone en práctica diversas herramientas de gestión para su aplicación en los variados ámbitos en los que se encuentran implicados. 

Para adentrarnos a este mundo cultural tan dinámico y creativo, convocamos a Martha Pacheco, Samanta Romero y Germán Díaz, parte del equipo fundador del Grupo de Investigación en Gestión Cultural (GIGEC), un espacio de discusión, análisis y difusión de conocimientos sobre la Gestión Cultural.

  • Martha Pacheco (MP), socióloga y docente de la facultad de Gestión.
  • Samanta Romero (SR), licenciada en Gestión Social y predocente en la facultad de Gestión.
  • Germán Díaz (GD), licenciado en Gestión Empresarial y predocente en la facultad de Gestión.

Sobre los Entrevistados

MP: Soy miembro del grupo de investigación que surgió por la iniciativa de Samanta, Germán y Christian; Milos Lau (docente de la facultad de Gestión) y yo somos acompañantes. Lo mío es participar de las dinámicas del grupo y tratar de animar procesos de investigación que estén vinculados a la realidad de la gestión cultural. 

SR: Yo soy predocente del curso de Métodos de Investigación Cualitativa y he estado vinculada con la gestión cultural desde que ingresé a la universidad. Todos mis trabajos han estado muy ligados a eso y, personalmente, la idea de hacer el grupo nació porque amamos mucho el arte. Yo también soy actriz y he estado trabajando con varias organizaciones de teatro. Yo creo que es importante poder vincular este tema de la gestión con el arte porque si tú tienes un producto hermoso y tiene mucho valor cultural, pero no sabes gestionarlo, al final nadie lo ve o lo ve muy pocas personas. Así que a eso me dedico, al mundo del arte y a investigar sobre esos temas.

GD: Yo soy Germán Díaz y soy egresado en Gestión Empresarial. Yo me encontré con la impro antes que con la gestión cultural, y la impro me llevó al teatro. Esa vinculación hizo el match entre el teatro, como arte escénica, y la gestión, generando el concepto de la gestión cultural, y fue ahí cuando me empecé a interesar mucho más sobre ese tema. Empecé como actor; he producido varias obras (largas y microteatros), y en el 2018 empecé a estudiar dirección teatral. Egrese y desde ahí he dirigido unas obras largas y varias obras chiquitas. 

Enfoques y áreas de la Gestión Cultural

MP: En la formación en gestión nos inculcan mucho que la gestión no solamente está orientada hacia un manejo eficiente de los recursos y a una generación de valor económico, sino que siempre se resalta, a lo largo de la carrera, la generación de valor social y valor ambiental. Sin embargo, en nuestras últimas exploraciones nos hemos dado cuenta que lo cultural tiene una especie de característica específica que no puede reducirse a lo económico, a lo ambiental o a lo social, sino que es transversal. En realidad la cultura existe en todos y cada uno de nuestros actos y, el arte y las industrias culturales, están dentro de lo que son las prácticas culturales, de lo que le da sentido a la vida.

SR: Como dice Martha, la cultura no es un aspecto aislado, sino que se tiene que visualizar y trabajar de manera conjunta. El arte, desde sus diferentes formas de expresión; ya sea música, teatro, danza, patrimonio, gestión de museos, etc.; tiene el fin de comunicar y poder llegar hacia todo tipo de personas. Entonces, lo que hace la gestión al involucrarse con la cultura es hacer que todo sea mucho más estratégico y permite llegar hacia todas las persona que se requiera. De acuerdo a cómo nosotros entendemos este concepto de cultura es que podemos gestionarlo. Si lo involucramos, podemos trabajarlo de forma más eficiente, porque si lo tenemos como un aspecto aislado, es muy difícil de que podamos entender el valor que tiene y el aporte que está generando.

GD: La gestión cultural se puede ver de distintas formas. La gestión, como tal, se divide en tres aspectos: pública, social y empresarial; yo veo del mismo modo a la gestión cultural, porque tiene relación con los organismos privados, sociales y públicos. La gestión cultural debe partir desde las mismas organizaciones culturales, desde el mismo sector cultural, y apoyarse de otros sectores. Y, me pongo a pensar que, también entra ahí la academia, que es justamente donde estamos nosotros. Aquí entra todo ese aspecto de investigar y educar (que a mi me parece clave) para que los alumnos o estudiantes que estén viendo temas de gestión cultural aprendan herramientas, temas de actualidad e historia, que los ayuden a tomar mejores decisiones para sus organizaciones y proyectos a futuro. 

Gestión Cultural en el Perú vs. en el mundo

MP: Me parece que, en términos generales, con mayores o menores niveles de desarrollo, a nivel de latinoamérica tenemos una problemática en común: el sector cultural es un sector que no es valorado en toda su dimensión. Definitivamente el rol y la cantidad de recursos que el Estado destina es poca, cuando la precariedad es mucha, y creo que eso está vinculado con la manera en cómo ha estado estructurada la economía. Creo que es momento de repensar y de hecho, hay muchísima gente, como Germán y Sami, que están chambeando contra la corriente. Porque es así. Chambear en el área de cultura es chambear contra la corriente. Entonces, lo que yo veo es que el Estado siempre llega tarde, mal y poco; y la gente que hace cultura siempre está luchando contra la corriente, para salvar la casa del fuego y mantener una vocación que es incombustible, o sea, no se acaba nunca y es absolutamente admirable. Yo creo que la cultura siempre está en estado de emergencia

SR: Sí, eso es verdad. Me resuena mucho esta frase de que la cultura está en emergencia. Siempre ha estado así.  La cultura siempre ha estado resistiendo a todo desde que inició, porque aquí en Perú y en el mundo siempre ha existido una poca valoración hacia la cultura. Justamente por no verla de manera integrada y considerarla como parte del sistema económico. Entonces, al final, es como si fuéramos unos guerreros invisibles, que estamos ahí. La gente siempre está luchando contra todo: contra que no haya investigaciones, contra que no haya información, contra que no haya una plataforma o un sistema que nos avale o que no existan leyes para proteger a ese tipo de industrias. Es una constante lucha contra todo el sistema, pero ahí estamos.

GD: Es verdad, siempre estamos ahí, como que, al borde del precipicio tratando de no caernos. Latinoamérica es un caso particular, frente a Europa, por ejemplo, que está un poco más desarrollada en cultura y, por lo que he investigado, en España, que es uno de los casos más referentes en cultura, hay masters, diplomados, cursos, más teatros y más apoyo, pero incluso ellos siguen batallando. Aquí en latinoamérica creo que los casos más emblemáticos respecto al desarrollo de cultura es Argentina, pero ellos también siguen teniendo problemas. Bolivia, por ejemplo, cerró su ministerio de cultura en el estado de emergencia, Brasil también. Y nosotros, por ejemplo, tenemos un ministerio de cultura que es reciente y creo que es uno de los ministerios que siempre está cambiando de ministro. Es como que, lo cultural no llega a definirse bien desde el Estado. Hay muy pocas leyes que nos avalan o que están bien reglamentadas, o algunas existen y no se pueden usar. Pero sí, no estamos en la lista de prioridades.

Palabras para los futuros Gestores Culturales

SR: En mi caso, cuando ingresé a la universidad, no sabía que existía la Gestión Cultural. Me encontré con Germán en el mundo de la impro y el teatro, mientras estudiaba gestión. Y, siempre he tenido esa idea en la cabeza de que la gestión es muy versátil y se adapta a los mundos que tú quieras. Entonces, por qué pensar que con la cultura no. Ahí es donde sale este concepto que une el teatro, la música o todo producto cultural con la gestión: la Gestión Cultural. Me gustaría incentivar a la gente y enseñarles que sí es vinculable, que sí se puede estudiar áreas de gestión que se involucren con este tipo de industrias. Es complicado, sí, pero es importante también darle ese desarrollo. Y a la gente que está haciendo investigaciones, me gustaría invitarlos a arriesgarse, porque sí, no hay mucha información, pero se está creando y eso es lo importante. 

GD: Sí, es importante que se adentren a este mundo. Primero, hagan su tesis del tema que les gusta y les apasiona. Va a ser cansado, pero vas a leer y escribir sobre cosas que te gustan, y que van a generar una verdadera investigación que va a ser de gran aporte. Mi mayor consejo es que salten al vacío, que investiguen. Aún hay poca información, pero hay mucha más de cuando Sam y yo hicimos tesis. Entonces, va cambiando, pero lo bueno es que la información está mucho más a la mano, y si no la hay, siempre hay algún experto que te puede dar una mano, y si no, la puedes ir creando tú. La investigación es un elemento muy importante dentro de todo el desarrollo y la mejora de la gestión cultural en el país.

MP: Yo voy a retomar la frase de Germán y les voy a decir: salten al vacío, porque no está el vacío. Hay toda una red y todo un océano de personas que están nadando contra la corriente, que están tejiendo lazos, que están construyendo cultura y están haciendo arte. Es el momento de encontrarnos con ellos; es el momento de aportarles desde lo que somos, como gestores, y aportar al desarrollo de esas personas, de esos colectivos, de ese sector que es el desarrollo de nuestro país y que, al final, es nuestro propio desarrollo. Cuando uno se lanza al mundo de la cultura piensa que se lanza al vacío, pero no. Hay mucha gente que está luchando desde su trinchera. Somos gestores, pero hay artistas, economistas, antropólogos, sociólogos, ingenieros y mucha gente que está aportando a la cultura, que es fundamental hoy y lo va a seguir siendo mañana. Así que, láncense, porque de verdad, no es al vacío; parece, pero no lo es.

Tesis de Samanta: http://hdl.handle.net/20.500.12404/8923

Tesis de Germán: http://hdl.handle.net/20.500.12404/7032

Elaborado por:

Shirley Abanto – Estudiante de Gestión y Alta Dirección


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