¿Consumimos pescados que ingieren plástico?
Autores: Romel Saul Ascarruz Neira y Joseph Alexis Flores Araca
Editor: Kevin Manuelo Gamarra
Desde hace décadas, la basura es un problema que no ha reducido su impacto y, dada la continua entrada de plástico al océano, no está cerca de ser erradicado. Diversos estudios han tratado las consecuencias de la acumulación de plástico en los hábitats marinos, los impactos resultantes en especies y alteraciones en los procesos ecológicos. Entre las consecuencias que este tipo de basura genera se encuentra el atrapamiento y enredo de especies marinas, causando serias lesiones y, en algunos casos, la muerte por asfixia. Sin embargo, el plástico no solo interactúa con las especies marinas de esta manera, sino que ha pasado a formar parte de la cadena trófica del ecosistema marino.
El aumento del plástico en los océanos, provoca una mayor exposición de las especies a los efectos negativos que desencadena este polímero. Como consecuencia, varias especies marinas han ingerido plástico confundiéndolo, cuando se encuentra en tamaño microscópico, con presas usuales de similar tamaño. El siguiente texto tiene como objetivo exponer los efectos que los microplásticos tienen entre niveles tróficos y cómo podemos estar consumiéndolos indirectamente; en adición, se presentan algunas potenciales consecuencias que pueden ocasionar su consumo y presencia en el cuerpo humano; y, por último, se brindarán algunas reflexiones y recomendaciones.
- Origen de los microplásticos (MP)
El plástico es un polímero que, desde el último siglo hasta hoy, ha ido incursionando cada vez más en la vida de las personas debido a que puede encontrarse en objetos cotidianos como botellas, bolsas, cubiertos, cepillos de dientes, entre otros. Se estima que la producción global de plástico es de alrededor de 300 millones de toneladas métricas por año, con una proyección de aumento de 20 millones de toneladas métricas por año (Plastics Europe, 2013, como se citó en Escobar et al., 2019).
Hoy en día, es difícil encontrar un producto que no contenga plástico; consecuencia de su creciente y continua demanda, la cual ha producido una gran cantidad de desechos, debido a que este material posee un bajo ratio de reciclaje, de modo que se estima que el 50 % de los productos plásticos, que se fabrican, están destinados a ser de un solo uso (Hopewell, J., Dvorak, R. & Kosior, E., 2009, como se citó en Montoto et al., 2017). La principal característica del plástico, generar material de larga/difícil degradación, es lo que provoca que al ser desechados se conviertan en una amenaza.
Las fuentes de plásticos, principalmente, se dividen en dos grandes grupos: de procedencia terrestre (80 %) y de procedencia desde el propio océano (20 %). Según Montoto et al. (2017), las principales fuentes terrestres provienen de plantas de tratamiento de residuos, los desechos de construcción y enseres relacionados, residuos derivados del turismo costero, de las actividades agrícolas, y del envasado de productos de alimentación y bebida, mientras que las entradas de plástico desde el océano provienen de la pesca y de la pesca fantasma (abandono o pérdida de redes, líneas, boyas, etc.). No obstante, son los microplásticos los principales contaminantes marítimos porque tienden a ser ingeridos por diferentes clases de organismos debido a que poseen diámetros de una longitud menor a 5mm.
- Niveles de contaminación y sus efectos en la cadena alimenticia marina
El nivel de contaminación en los mares es tal que existen citas e informes que alertan de la presencia de microplásticos en todo tipo de ambientes, incluyendo los considerados como más vírgenes o alejados de las fuentes de contaminación, como las profundidades de los océanos o el hielo del Ártico. Esto se debe a que el principal destino final de gran parte de los plásticos son los océanos, donde ya se han vertido al menos 7 trillones de microplásticos. Las diferentes fuentes de ingreso a los ambientes oceánicos que posee el plástico logran aumentar cada vez más la cifra de MPs1 presente en estos lugares, generando un progresivo deterioro de los ecosistemas marinos.
Los microplásticos se dividen en dos grandes grupos: primarios y secundarios. Los primarios son aquellos que han sido manufacturados con este tamaño microscópico. Los más importantes son los MPs presentes en algunos productos cosméticos, los utilizados en medicamentos, los que se encuentran en los textiles sintéticos y los presentes en las pastas dentales. Los microplásticos primarios suponen un grave problema ambiental al incorporarse a la red de alcantarillado, sorteando los sistemas de saneamiento y desembocando en los mares y océanos (Montoto et al., 2017). La mayor fuente de contaminación es el lavado de productos sintéticos, debido a que una gran cantidad de micropartículas de plástico se desprenden de los productos y son arrastradas por el agua utilizada.
Por otro lado, los MPs secundarios son plásticos de mayor dimensión que se han degradado en pedazos más pequeños debido a una exposición a diversos agentes externos, como el viento, las olas, la salinidad del mar o la luz ultravioleta. Cada fragmento grande de plástico se puede degradar en trozos más pequeños, convirtiéndose en cientos e incluso miles de microplásticos (Greenpeace, 2016). Debido a la gran cantidad de MPs secundarios que pueden formarse, este constituye una fuente de entrada de plástico de mayor importancia que los primarios, del mismo modo, una mayor fuente de contaminación. Debido a su pequeño tamaño y persistencia en el ambiente, estos fragmentos pueden ser ingeridos por una variedad de organismos y varios estudios ya han informado sobre la ingestión de microplásticos para más de 100 especies de peces y mamíferos marinos (Lusher, McHugh & Thompson, 2013; Rochman et al., 2014; Fossi et al., 2014, como se citó en Escobar et al., 2019).
_________________________
1 Microplásticos
Figura 1. Orígenes, producción mundial, cantidades vertidas al año, costes destino de esta basura
Como los MPs pueden encontrarse en cualquier parte del medio marino, esto los hace más propensos a ser ingeridos. Según Escobar et al. (2019), pruebas realizadas a diferentes tipos de especies marinas indican que tanto las especies pelágicas (habitan en aguas medias o cerca de la superficie) como las especies abisopelágica (habitan los fondos marinos) y las especies mesopelágicas (migran a la superficie para alimentarse) presentan contaminación de MPs, pero son las especies del primer tipo las que poseen mayor probabilidad de contaminarse con la ingesta de microplásticos.
Los primeros informes de ingestión de desechos marinos por peces fueron publicados por Carpenter et al. (1972) y describieron la presencia de partículas plásticas en larvas y peces adultos. A pesar de que el primer informe alertando sobre la ingesta de los MPs fue en los años 70, poco se realizó para poder frenar este problema. Algunos estudios afirman que su ingesta es debido a que el color y el tamaño de los MPs suelen confundirse con presas (fácilmente confundibles con organismos planctónicos). La ingesta de los peces según el color es: gris, verde, blanco, amarillento, azul, rojo, negro y transparente (Escobar et al., 2019).
Se han documentado efectos indirectos relacionados con la acumulación de metales pesados y contaminantes químicos como los bifenilos policlorados (PCB), los difenilos polibromados (PBDE) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) (Teuten et al., 2009). Estudios concluyen que los MPs absorben el mercurio (Hg) presente en el agua, por lo que al ser ingeridos desencadenan una bioconcentración de Hg en las branquias y el hígado. Otros efectos nocivos de los plásticos desechados incluyen el transporte de especies exóticas / invasoras (el llamado “autostop”) y la inhibición del intercambio de gases y el consiguiente sofocamiento de los fondos marinos (Gregory, 2009).
Por ende, existen muchas preocupaciones con respecto a las transferencias de compuestos tóxicos entre niveles tróficos han dado lugar a experimentos de laboratorio que muestran graves impactos de los plásticos en la vida silvestre marina, incluida la alteración endocrina y alteraciones conductuales, fisiológicas y metabólicas (Rochman et al., 2013, 2014; Matsson et al., 2015). Según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), la contaminación plástica está presente en todas partes, y está ascendiendo por la cadena alimenticia hasta llegar a nuestras mesas. Existe una alta probabilidad de exposición a los microplásticos transferidos por niveles tróficos, sobre todo para poblaciones que habitan cerca de las vías marítimas y próximas a áreas urbanas o industriales (Escobar et al., 2019).
Figura 2. Modelo conceptual de ingestión de microplásticos entre niveles tróficos
- Efectos en la salud humana
El pescado ha sido consumido desde tiempos inmemoriales por las sociedades humanas y es conocido por sus numerosos beneficios para la salud (McManus y Newton, 2011); sin embargo, estudios recientes indican la presencia de microplásticos en el estómago de peces carnívoros considerados especies que se encuentran en niveles tróficos altos (Miranda y Souza, 2015), por tanto, sugieren la posibilidad de transferencia de estos materiales a través de la cadena alimenticia que podría exponer la salud humana a riesgos severos.
Asimismo, en el año 2018 el experimento2 del investigador Philipp Schwabl demostró que los microplásticos se encuentran presentes en el intestino de los humanos y forman parte de la cadena alimenticia de personas que viven vidas muy diferentes en distintos puntos del planeta; a su vez, señaló también que es necesario investigar lo que esto implica para la salud humana.
El consumo indirecto a través de la ingesta de pescado y mariscos es una de las múltiples fuentes de exposición a los microplásticos; sin embargo, aún no se tiene certeza completa del impacto que estas sustancias tienen sobre la salud humana ¿son tóxicos? ¿a partir de qué cantidad deberíamos preocuparnos?
En el año 2016, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) etiquetó a los microplásticos y nanoplásticos como posibles riesgos emergentes. Sin embargo, como explica la experta en tecnología alimentaria Beatriz Robles, la evaluación encontró varios problemas: «Aparte de que no hay una definición estándar de microplásticos, la mayor parte de los datos disponibles se refieren a la exposición a partir de productos de la pesca y de alimentos como la miel, la sal o la cerveza, pese a que puede haber otros. Además, hay pocos datos sobre su posible toxicidad, su absorción intestinal, sus efectos sobre la microbiota, etc.».
El Instituto de Salud Global de Barcelona, a través de la investigadora Léa Maitré recuerda que materiales como bisfenoles y ftalatos (presentes en plásticos de policarbonato y PVC), se han señalado en múltiples estudios como disruptores hormonales, pues son sustancias que tienen la capacidad de perturbar el sistema endocrino, específicamente, cuando la exposición encuentra lugar durante el periodo de crecimiento y de alta vulnerabilidad como ocurre durante el embarazo.
Por otra parte, un estudio3 del Center for International Environment Law (CIEL), Earthworks, Global Alliance for Incinerator Alternatives (GAIA), Healthy Babies Bright Futures (HBBF), IPEN, Texas Environmental Justice Advocacy Services (t.e.j.a.s.), University of Exeter, y UPSTREAM, pone como resultados clave que, la exposición continua a los contaminantes plásticos acumulados en las cadenas alimenticias acuáticas por la contaminación del agua y a través de los suelos agrícolas, genera nuevas oportunidades para que el plástico llegue al cuerpo humano y, así, una serie de impactos sobre la salud como inflamaciones, genotoxicidad, estrés oxidativo, apoptosis y necrosis, que son relacionados con padecimientos cardiovasculares, cáncer y enfermedades autoinmunes
_________________________
2 Detection of Various Microplastics in Human Stool: A Prospective Case Series
3 Plástico y Salud. El coste oculto de un planeta de plástico
- Reflexiones y recomendaciones
Múltiples resultados de investigaciones muestran hallazgos de microplásticos en el tracto digestivo de organismos marinos y exponen su absorción de manera directa e indirecta. En consecuencia, las partículas de microplásticos se pueden transferir a través de niveles tróficos y su presencia en el cuerpo receptor produciría una serie de reacciones enzimáticas, lo que puede desencadenar enfermedades hepáticas y renales o nuevas enfermedades en el consumidor final. Además, la posibilidad de ser transferidos a través de niveles tróficos es alta, especialmente para las personas que viven cerca de rutas marítimas y áreas urbanas cercanas. industria.
Asimismo, la contaminación ambiental por plásticos es un desafío creciente para las agencias gubernamentales y de salud, la sociedad en su conjunto y la comunidad científica. Se necesitarán más estudios de especies comercialmente valiosas destinadas al consumo humano, para verificar su estado de salud, niveles máximos de tolerancia a la contaminación y la posible transferencia de contaminantes a niveles tróficos superiores en el medio ambiente, incluidos los humanos. Incluso con limitados datos disponibles, los posibles impactos que el plástico tiene sobre la salud a lo largo de su ciclo de vida son agobiantes. Se necesitan cuantiosos esfuerzos y soluciones para hacerle frente a esta amenaza a la vida; estas acciones deben buscar reducir el nivel de producción, uso y desecho del plástico en el medio ambiente y las sustancias químicas relacionadas.
REFERENCIAS
Ayma, J. (7 marzo de 2019). ¿Cómo afectan a nuestra salud los microplásticos? El Mundo. Recuperado de: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2019/03/07/5c802ffd21efa0d0468b45a3.html
Carpenter, E.J., Anderson, S.J., Harvey, G.R., Miklas, H.P., Peck, B.B., 1972. Polystyrene spherules in coastal waters. Science 178, 749–750.
CIEL, Earthworks, et al. (2019). El plástico y la salud. Los costos ocultos de un planeta plástico. Center for International Environmental Law Publications. Recuperado de: https://www.ciel.org/wp-content/uploads/2019/03/Plastic-Health-Spanish.pdf
Condor, E., Villasante, Y., Riva, A., Panduro, G. & Cruz, A. (2019). Impacto de la ingesta de residuos plásticos en peces. Revista Kawsaypacha: sociedad y medio ambiente, (4), 79-92.
Departamento Científico de Greenpeace (2016). Plásticos en el pescado y el marisco. Greenpeace.
Gregory, M.R., 2009. Environmental implications of plastic debris in marine settings entanglement, ingestion, smothering, hangers-on, hitch-hiking and alien invasions. Philos. Trans. R. Soc. B 364, 2013–2025.
Miranda, D. & De Carvalho-Souza, G. (2015). Are we eating plastic-ingesting fish? Marine Pollution Bulletin (103) 109-114. Recuperado de https://cutt.lyFigura 2. Modelo conceptual de ingestión de microplásticos entre niveles tróficos/nhmwo5t
Moore, C. ., Moore, S. ., Leecaster, M. ., & Weisberg, S. . (2001). A Comparison of Plastic and Plankton in the North Pacific Central Gyre. Marine Pollution Bulletin, 42(12), 1297–1300.
Montoto, T. & Rojo-Nieto, E. (2017). Basuras marinas, plásticos y microplásticos: orígenes, impactos y consecuencias de una amenaza global, España, Ecologistas en Acción.
Noticias ONU (mayo, 2019). Objetivos de Desarrollo Sostenible: La ONU lucha por mantener los océanos limpios de plásticos. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2017/05/1378771