Para Sofía
Háblame
porque está lloviendo en Marzo
y por primera vez
vi morir a las gotas con un soplo.
Háblame
porque hoy las nubes arden
y bajan como lagrimas por los ojos.
Háblame
porque con tu voz haces del mundo
una imagen tejida en marea quieta,
una huella del instante descalzo
tendido sobre el reflejo de las piedras.
Lo que digo,
lo que dices,
es sol de tierra,
sonrisa de un monte
clavado en el comienzo de la sierra.
Háblame
porque Ayacucho está vacío,
los blancos carros,
las personas ausentes
son tan solo nostalgias
que a la sangre hieren.
Tengo miedo de cerrar los ojos,
de ser golpeado por un beso que muerde,
de cruzar la calle,
solo,
en una ciudad que cae,
despierta,
y duerme.
Háblame porque la vida,
sin ti,
y sin tus palabras,
es un enigma que se va
y jamás se comprende.
M.L. 2018