La forma como se eligen candidatos dentro de los partidos políticos es tema de debate, desde hace un tiempo, en América Latina. Participan militantes y no militantes en Uruguay, donde estuvimos hace unas semanas, y Argentina, donde hemos observado el proceso, que utiliza la modalidad de PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias). En varios países la tendencia es abrir la participación ciudadana, como en República Dominicana y, la formulada en el Perú por la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política en el Perú (CANRP).
Sin embargo, tanto en Argentina como en Uruguay ambos modelos y los resultados de los mismos, difieren y estos en relación a la propuesta peruana. No obstante, a pesar de las diferencias de sistema y aplicación de este modelo entre estos países, algunos consideran que la propuesta realizada por la CANRP es una simple copia del modelo argentino, afirmación que no se ajusta a la realidad.
El pasado domingo, Argentina eligió en primarias a los candidatos para la primera vuelta electoral que se llevará a cabo el 27 de octubre próximo. Esta elección abarcó tanto el cargo de presidente de la República como senadores, diputados y, en algunas provincias, sus propios órganos parlamentarios y gobernadores.
Argentina destaca por el número alto de partidos políticos que participan, 48 en total por lo que se establecen alianzas electorales de diverso tipo, lo que reduce las candidaturas presidenciales a diez. Es el país de las alianzas donde el histórico peronismo es, de alguna manera, un abanico de fracciones repartidas en varias alianzas. De esta manera, los partidos recurren a esta figura, lo que explica la participación de solo diez candidaturas a la presidencia de la República en sus elecciones primarias.
Pero, las llamadas primarias argentinas han generado cierto descontento en el electorado por la alta presentación de listas únicas. Si bien esto indica un cierto grado de acuerdo dentro del partido político, también despoja al elector de la capacidad para seleccionar. De esta forma, se configura una elección en donde el electorado no posee una opción alternativa dentro de su partido político de preferencia; es una elección en donde paradójicamente no se elige nada. La importancia de estas internas radica en ser solo una primera “encuesta” sobre el proceso electoral a seguir, pues es una foto de lo que ocurrirá el 27 de octubre.
El modelo de las elecciones abiertas, simultáneas y obligatorias fue concebido teniendo en cuenta dos propósitos: limitar el número de partidos e incentivar a la participación y renovación de cuadros dentro de los partidos políticos. En el caso argentino, esto último no se ha conseguido de forma satisfactoria.
¿Cómo evitar entonces que este problema no se replique en el caso peruano? La propuesta de la CANPR planteó que, en el caso de las internas, los candidatos se inscribían de manera individual y no mediante una lista. En consecuencia, el elector debía votar primero por el partido político de su simpatía y luego por su candidato de preferencia mediante el uso de un solo voto preferencial en el caso de las elecciones para presidente de la República, así como el Parlamento.
De esta manera, el modelo peruano propone una selección real mediante el uso del voto preferencial en las primarias evitando la presentación de opciones únicas. Sin duda, la propuesta en cuestión es perfectible y un mejor debate sobre este tema es necesario, pero las comparaciones entre ambos sistemas sin entender sus diferencias no ayuda. Conocer bien para proponer y decidir es clave para toda reforma política (El Comercio, lunes 12 de agosto del 2019).
*Presidió la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política.