(25.3.2008 elcomercio.com) Fernando Tuesta Soldevilla, ex jefe de la ONPE, opinó sobre la decisión de aprista Javier Valle Riestra de dejar su escaño.
El ex jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Fernando Tuesta, consideró hoy que los cargos de representación como los de congresista, alcalde y presidente regional deben ser "renunciables", en vista que no se puede obligar a una persona a ejercer un puesto en donde no se siente cómodo o capacitado.
Esto luego que se iniciara la polémica respecto a la renuncia del parlamentario aprista Javier Valle Riestra, quien argumenta que el no poder cumplir sus promesas electorales, como la restitución de la Constitución de 1979, lo han obligado a presentar su dimisión.
En diálogo con elcomercio.com.pe, Tuesta Soldevilla sostuvo que "si un Presidente de la República puede renunciar, por qué no un legislador". Agregó que ya no estamos en los tiempos de Fujimori y Montesinos, donde las campañas de difamación podrían haber obligado a los legisladores a dimitir.
Incluso, el también director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica remarcó que la instauración de esta facultad podría solucionar algunos de los conflictos sociales originados por la mala gestión de los alcaldes o de los presidentes regionales, ya que los únicos caminos para defenestrarlos es a través de la vacancia o la revocatoria.
Sin embargo, reconoció que la posibilidad de renuncia puede llevar a que se viva un clima constante de enfrentamiento entre la población y sus autoridades. Por ello, sostuvo que es necesario que se discuta a fondo este tema.
Interesante propuesta Fernando, tiene sentido decir que si el presidente puede renunciar a su cargo, por qué no un legislador??
Sin embargo, tomando en cuenta nuestra historia política y la poca seriedad de nuestros gobernantes, una ley como esta podría ser pesimamente utilizada. Como dices, no solo nos llevaría a un clima de constante enfrentamiento, sino que los intereses políticos estarían a la orden del día y la representatividad (de la que tanto padecemos) terminaría lastimada.