Entrevita: Marco Antonio Sánchez.
Fotos: Claudia Alva.
Las elecciones de este año toman a Fernando Tuesta lejos de la ONPE, pero cerca de los estudios, las investigaciones y las cifras que lo llevaron a publicar una docena de libros sobre nuestros comicios. De eso, y de otras anécdotas no tan gratas, habla en la siguiente entrevista.
En la oficina de Fernando Tuesta Soldevilla (50), en la Universidad Católica, la música va por dentro: los sonidos comprimidos en sus archivos digitales lo acompañan a diario, confundidos con datos y cifras de intención de voto. Lleva media vida estudiando los procesos electorales y solo otra materia le produce igual apasionamiento: Alianza Lima. Pero como este terminó en la cola del reciente torneo, mejor buscamos al analista que acaba de publicar otro libro sobre el tema electoral.
–¿Que se inscriba una veintena de planchas presidenciales podría confundir al elector más que darle alternativas?
–Ciertamente un gran número de planchas lleva a que el elector reciba mensajes diversos multiplicados como nunca antes. El número más alto de planchas –quince– ocurrió en 1995. Esto es consecuencia de la aplicación poco rigurosa de la Ley de Partidos que ha permitido 32 partidos inscritos en el JNE. Ahora, a los mensajes de las planchas se sumarán más de tres mil mensajes de los candidatos al Congreso, más cinco bancadas del Parlamento Andino por veintitantas listas. Será difícil para el elector atender, entender, procesar y decidir. Además, eso obligará a su vez a otra situación: habiendo tantos, necesitas aparecer en medios y llamar la atención, ser espectacular. La campaña electoral se convertirá en una suerte de mercado persa.
–¿En el cual los electores "compran" como antes?
–En muchos casos puede que no haya cambiado el elector sino el electorado. En 1978 teníamos siete millones de electores, ahora tenemos 16 millones: más del 100% en 25 años. Según eso, solo uno de cada dos o tres ha experimentado diferentes gobiernos. Para algunos su única experiencia política es de Toledo para adelante.
–Esto debería obligar a los candidatos a modificar sus actitudes…
– Es un problema para ellos. Las oleadas de nuevos electores son de medio millón por año, y es necesario conocer qué piensan, si traen gustos, temores, ilusiones distintos a los de hace diez años.
–¿Y cuántos cambian su opción?
–Depende del candidato, pero en general un tercio podría cambiar su voto, lo cual no quiere decir que lo hará. Muchas veces se confunde la potencialidad con la certeza, y no es así.
–¿Son potenciales cambiantes?
–Sí, y hay algunos factores que nos permiten pensar en ellos. Como el clima de opinión: aquel espacio donde el elector dice que tiene intención de votar por alguien, pero cree que ganará otro. La posibilidad de cambiar su voto es alta.
–¿Es el caso de Ollanta Humala?
–Lo que ocurre con Ollanta es que mucha gente cree que ganará, pese a que no votará por él. No hay una intención de votar por él. Ese clima ayuda a quienes la gente considera que ganará, en perjuicio de otros. En enero puede no ser importante. Pero en marzo sí, muchos podrían abandonar a sus favoritos.
–¿Qué tan seguro es para Lourdes Flores tener un caudal de votos respetable?
–Lo tiene.
–¿Pero en dos meses se puede caer?
–O puede subir. No hay nada fijo, cualquier cosa puede pasar. Una mala estrategia la puede derrumbar. Con Ollanta hay viento a favor, el Apra no lo tiene perdido todo y Paniagua tiene grandes dificultades. El resto es muy difícil que pueda crecer. Los indecisos no necesariamente se irán con candidatos con pocas posibilidades.
Mirarse el ombligo
–¿Qué tanto le interesan al elector los ataques mediáticos entre candidatos?
–Ya empezará el destrozamiento mediático.
–¿La gente valora, apoya a un candidato golpeado o eso forma parte solo de un circuito de entendidos?
–A veces confundimos estos circuitos con el gran elector, que son 16 millones. Que fulano diga algo y otro conteste puede que no interese a los electores, que en casos ni se entera. A veces nos miramos el ombligo creyendo que lo que se discute entre los medios, analistas o encuestadores es de interés masivo, de millones.
–¿Y qué le interesa a esos millones?
–Es que hay cantidad de mensajes que nadie puede recepcionarlos en conjunto. La gente que está muy interesada en política es un porcentaje pequeño. Según mediciones, a una gran cantidad de peruanos no le interesa la política.
–¿De qué porcentaje hablamos?
–Entre poco o nada interesado, 67%. Solo un tercio de la población está interesado en la política. Muchas veces los candidatos actúan como si a toda la gente le interesara lo que sucede en el gobierno. Desconocen que la gente solo escucha cosas que sí le interesan: el trabajo, su calidad de vida.
–¿Esta desidia por la política es el germen de los indecisos?
–No. En este momento, cerca del 80 por ciento ya dice que votará por alguien. Ahora, ¿por qué vota la gente? Vota por lo que le dicen los candidatos, pero depende de quién lo dice.
–¿A la gente le interesa los planes de gobierno, la transparencia o financiamiento de los partidos?
–Puedo apostar que de quienes lean esta entrevista, muy pocos o ninguno ha votado leyendo planes de gobierno. Yo no he votado leyéndolos. La gente no vota por estos documentos. Ni siquiera los candidatos al Congreso los conocen, son documentos ad hoc. El gran público quiere discusiones sobre cosas que tienen que ver directamente con ellos. Discutir sobre si un candidato es neoliberal y el otro populista es un debate para cuatro gatos, no para millones.
–¿Ello no ayuda a decidir?
–No ayuda a quienes hace un año decían voto por este y ahora lo haré por otro, ni a la gente que decide su voto en la cola. Pero el porcentaje que llega a la elección sin decidir es menor. Finalmente, creo que van a mantenerse esos cuatro (Lourdes Flores, Ollanta Humala, Alan García y Valentín Paniagua). Podrían caer uno o dos y crecer alguno.
–¿Usted ya tiene su voto definido?
–No. Suelo hacerlo en el tramo final, soy muy indeciso… para votar.
Carrera pública y privada
–¿Qué reflexión tiene a un año de dejar la ONPE? –Haber transformado una institución en cuatro meses y reposicionarla en condiciones adversas, con una mafia enquistada, fue algo extraordinario. La conclusión es que se pueden hacer cosas buenas en la administración pública. Estuve un año fuera, y agradezco a mi alma máter en un mundo académico que nunca dejé. He cumplido 25 años en el tema electoral y seguiré en esto. ONPE fue una extraordinaria aventura profesional, me dio mucho y entregué mucho. –¿Regresaría a la función pública? –Ehhh, tengo un sentimiento ambivalente. La vida en el ámbito académico tiene otro ritmo y por ahora me siento complacido aquí. Sigo haciendo lo que me gusta, investigando, esclareciendo escenarios. Lo demás pasa a ser anécdota. Siempre uno se encuentra con gente mediocre y enemigos gratuitos. Pero es episódico. –ONPE le dio también una nueva vida sentimental, ¿cómo va eso? –Bien, a mí y a muchos, ONPE nos cambió. He recobrado espacios. Tengo hijos pequeños y gozo de ellos. –¿Todavía le duele que su vida privada se haya ventilado? –Molesta, pero también ahí coseché lo que hice. Los ataques se redujeron a un grupo pequeño y mezquino del Consejo de la Magistratura. Pero si se sale de la administración pública valorado por la mayoría, finalmente no me daña. Más allá de eso saqué muchas enseñanzas. –Su último libro lo dedica a sus dos hijos menores y los llama "aliancistas de nacimiento". –Varios amigos hinchas de otros equipos menores, dicen que yo manipulo a mis hijos. Pero la libertad existe en política, religión, carrera, pero en el fútbol no. Si tú no los manipulas será el vecino. Y yo soy un papá responsable. (Domingo revista de La República, 8 de enero del 2006)
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y de donde crees que empiza todo eso? la falta de interes de nosotros los votantes de no obtener conocimiento respecto de los candidatos y futuras autoridades? por que crees que existe poca participacion de las feminas en los comicios electorales? hasta tengo una sola respuesta, eso no empieza ahora y no porque el jne tenga una pag web super interesante necesariamente tenemos o debemos usarla, esa carencia es falta de formacion electoral que debe impartirse desde los estudios primarios y ya en las instituciones educativas no existe comicios electorales internos en la universidades si, por que no empezamos por alli y empezamos una nueva epoca electoral esa es mi propuesta, me ayudas?