No logra, sin embargo, impedir el triunfo de Cáceres, ni la de su sucesor que con tanto entusiasmo apoyó, al coronel Remigio Morales Bermudez. Este gana las elecciones debido a la eliminación de Nicolás de Piérola, quien fue apresado por ser acusado de usurpar el poder en el período de la guerra con Chile.
El resultado electoral, emanado del dictamen del Congreso adjudicó 2899 votos a Morales Bermudez, 1315 a Francisco Rosas, miembro del reconstituido Partido Civil y 52 votos a Manuel Gonzáles Prada. Se indicó que hubieron 24 viciados o en blanco. Como se observa, los votos válidos en aquella época (4290), eran muy pequeños y concentrados básicamente en Lima. El derecho a voto era censitario, lo que explica, en parte, el tamaño de la población electoral.
Durante el gobierno de Morales Bermúdez, la correlación política fue la siguiente: el Partido Constitucional (Cacerista) se encontraba en el poder, y la Unión Cívica -alianza del Partido Civil y el antiguo Círculo Parlamentario de Valcárcel- dominaba el congreso. El opositor Partido Demócrata (Pierolista) se encontraba perseguido. Morales Bermúdez no terminó su mandato, murió a causa de una enfermedad, el 1ro. de Abril de 1894.
La sucesión legal fue asumida por el Coronel Justino Borgoño quien, en realidad creo las condiciones del regreso de Cáceres al poder, por una segunda vez. Prueba de ello fue que a los comicios, llamados por Borgoño, sólo acudieron el Partido Constitucional y los sufragantes cacerístas. Ello produjo una gran abstención electoral. Cáceres fue proclamado Presidente Constitucional con 4,539 de 4,541 emitidos. Sin embargo, el gobierno de Cáceres cayó a menos de un año, ante una sublevación popular dirigida por Nicolás de Piérola. El Califa encabezó la última gran sublevación del siglo pasado, abriéndose paso por las calles de Lima. Inmediatamente, se instauró una Junta de Gobierno presidida por Manuel Candamo. Este llamó a elecciones en las que triunfó, por el sistema de elección directa, don Nicolás de Piérola con 4,150 votos de un total de 4,310. La primera vicepresidencia fue para Guillermo Billinghurst y la segunda para Augusto Seminario. Después de casi dos décadas de persistencia opositora, Piérola llegaba al poder por segunda vez, de la que produciría importantes cambios electorales, estipuladas en la ley de 1896.
(El Peruano, 10 de Octubre de 1997)
escriban obras en su gobierno