Condicionantes de la empleabilidad

Los condicionantes influyen poderosamente en la empleabilidad del individuo y éste, habitualmente, poco puede hacer para cambiarlos a favor. En el mejor de los casos, podrá desarrollar estrategias que le permitan situarse favorablemente ante ellos o intentar esquivar las consecuencias negativas.

Existen numerosos tipos de condicionantes:
 Condicionantes macroeconómicos:
Los ciclos económicos y la consecuente creación o destrucción de empleo, influyen en el grado de empleabilidad de los individuos. La misma persona con igual nivel competencial, puede tener un nivel medio o alto de empleabilidad en un momento económico de pleno empleo y, por el contrario, un bajo nivel de empleabilidad en un entorno de fuerte

desempleo. La evolución de los diferentes sectores de actividad económica, también condiciona el grado de empleabilidad. Cuando explotó la burbuja informática, excelentes técnicos y gestores perdieron, de un día para otro, dramáticamente sus posibilidades de acceder a un empleo. Las decisiones gubernamentales pueden potenciar o disminuir la actividad económica de cualquier sector de actividad y las ofertas de empleo en el mismo. A lo largo de la historia cercana, lo hemos comprobado en numerosas ocasiones. Otro tanto ocurre con decisiones tomadas por la cúpula de compañías multinacionales. Por eso insistimos en que la empleabilidad del individuo se amplia o decrece dependiendo de diferentes decisiones sobre las que no tiene posibilidad alguna de influir.
Condicionantes sociales: La cultura y los valores predominantes en una determinada sociedad son condicionantes muy importantes en la empleabilidad de las personas. Ante el empleo, no es lo mismo ser hombre que mujer, joven o viejo, inmigrante o no, ser de una u otra etnia…El individuo poco puede hacer para cambiar estos condicionantes.
 Condicionantes propios del desarrollo del Estado de Bienestar: Aquí nos referimos a condicionantes tan poderosos como la calidad de la educación y de la formación técnico-profesional recibida, de las oportunidades que hayamos disfrutado, de las posibilidades de ascenso social, de las facilidades para conciliar la vida social y laboral, de la cobertura sanitaria y social, de las políticas activas de empleo, del nivel de seguridad personal y jurídica… El grado de empleabilidad de todos nosotros depende, en gran medida de estos condicionantes que surgen del desarrollo de nuestro estado de bienestar. Últimamente, en nuestro país se ha aprobado la llamada ley de dependencia, por la que muchas personas van a verse aliviadas en sus tareas de atención y cuidados de familiares dependientes. Gracias a las ayudas contempladas en esta ley, muchas de estas personas van a pasar de ser inempleables –por razón de tiempo disponible- a ser empleables.
 Condicionantes de la política laboral: Otro grupo de condicionantes hace referencia a la legislación laboral del país, a las políticas de empleo puestas en marcha por las diferentes administraciones, a las diferentes coberturas al desempleo, etc.
 Condicionantes Personales: Hay, por último, una serie de condicionantes ligados a la persona, pero ante los cuales poco se puede hacer para cambiarlos. Ya hemos mencionado el género, la etnia, el país de procedencia y las personas dependientes a su cargo como condicionantes importantes. También tenemos que referirnos a la clase social de la que proceda, a las posibles discapacidades y enfermedades que pueda padecer, a su edad, a su estado civil, a si está o no en edad fértil, a su historia personal y familiar…).

Después de reflexionar sobre todos estos condicionantes tan importantes y numerosos, podríamos pensar que la persona poco o nada puede hacer para mejorar su situación ante el empleo. No es cierto, hay una serie de mejoras fundamentales que puede lograr en su empleabilidad. Nos referimos al desarrollo de las competencias, tema que será desarrollado en otra ocasión.