A propósito de la derogada “Ley Pulpín” ¿Cuáles son los problemas laborales de los jóvenes peruanos? Prioridades y salidas

Chaminade_19,05,09_069_de_NEFUno de los “supuestos” objetivos de la derogada Ley 30288, ley que buscaba promover el acceso de jóvenes al mercado laboral y a la protección social, era estimular la contratación de jóvenes desocupados.

La desocupación juvenil es, efectivamente, un grave problema mundial, que la crisis económica y financiera global ha contribuído a incrementar. Según la OIT, entre los años 2007 y 2013, la tasa de desempleo de los jóvenes entre 15 y 24 años en el mundo ha aumentado de 11,5% a 12,6%. En la Unión Europea y otras economías desarrolladas alcanza en promedio al 17,9% y en países de medio oriente y del norte de Africa supera el 20% [Ver:http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/multimedia/maps-and-charts/WCMS_212430/lang–es/index.htm?shared_from=shr-tls ]

Sin embargo, en el Perú, como consecuencia del crecimiento económico, el desempleo de los jóvenes entre 15 y 29 años [La organización de las Naciones Unidas define a los jóvenes como las personas entre 15 y 24 años de edad, pero la legislación peruana los considera comprendidos entre los 15 y 29 años. Sin razón aparente, la “Ley Pulpín” centraba su atención sólo en los jóvenes entre 18 y 24 años] viene descendiendo sistemáticamente y ha pasado de ser 8,4% en el 2007 a 7,4% en el 2012. En el caso de los jóvenes entre 14 y 24 años del Perú urbano, la desocupación afectaba al 11,1% en el 2013, una cifra menor que el promedio para los países de América Latina: 13,6%, según la estimación de OIT para ese año.

En los años 70, el desempleo juvenil en el Perú oscilaba entre el 15 y 20% y en ese entonces se hubiera justificado una ley que contribuyera a resolver el problema, pero ¿es hoy en día la desocupación el principal problema de los jóvenes peruanos? ¿Por qué aparece en estos momentos una ley como la 30288?

Atendiendo al número de jóvenes involucrados nos atreveríamos a afirmar que el desempleo no es el problema laboral más grave de los jóvenes peruanos en la actualidad. En el gráfico adjunto se puede ver la condición de actividad de la  población entre 18 y 24 años de edad –que era el ámbito de aplicación de la ley 30288- para el año 2014 [INEI, ENAHO, datos entre enero y octubre del 2014]. Los pocos más de 200,000 jóvenes desocupados representan el 8,4% de la PEA juvenil, pero solo el 5,4% del total de la población en ese rango de edad.

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Sin embargo, entre los jóvenes inactivos (no PEA) se pueden observar que exiten más de 714 mil jóvenes que no estudian ni trabajan ni buscan hacerlo, es decir, casi uno de cada cinco jóvenes en el Perú.

Por el otro lado, parecería bueno tener a más de dos milones de jóvenes ocupados, si no fuera porque el 82,4% de ellos lo están de modo informal y casi la mitad de ellos con ingresos menores o iguales a la Remuneración Mínima Vital (750 nuevos soles al mes).

Antes que pensar en el desempleo, la información estadística nos muestra que tenemos más de un millón 800 mil jóvenes trabajando en actividades, no sólo mal pagadas, sino de mala calidad, es decir, sin contrato ni protección social y en ocupaciones poco provechosas para su formación.

Pero además, tenemos un significativo número de jóvenes desalentados, proclives a caer en actividades marginales y delictivas pues no estudian ni trabajan. El problema del desempleo de los jóvenes, a pesar de ser importante, queda relegado, por lo menos, a un tercer lugar detrás de estos otros dos problemas.

Las prioridades en las políticas de empleo juvenil deberian ser, por un lado, mejorar la calidad del empleo de los jóvenes que ya trabajan o propiciar una transición hacia empleos decentes [El concepto de trabajo decente propuesto por el Director General de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) alude, entre otras cosas, a un trabajo productivo con remuneración justa, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para el trabajador y su familia, mejores perspectivas para el desarrollo personal y social] y, por otro lado, alentar la actividad laboral o la continuación de su formación entre los que no estudian ni trabajan.

La Ley 30288 mencionaba también el tema de la calidad del empleo juvenil pero las medidas que proponía paradójicamente apuntaban a reducir esta calidad pues intentaba alentar a los empresarios a contratar jóvenes reduciendo sus costos laborales a través de recortar, precisamente, algunas condiciones que definen a un empleo de calidad (vacaciones, gratificaciones, CTS y otras).

No se puede promover el empleo recortando derechos de los trabajadores y discriminando a los jóvenes. La OIT lo advierte explícitamente en su Resolución del 2012, cuando sostiene que: “Al hacer frente al desempleo juvenil no debería olvidarse ni debilitarse la protección a la que los trabajadores jóvenes tienen derecho. Teniendo en cuenta el firme apoyo universal de que son objeto las normas internacionales del trabajo fundamentales, las políticas encaminadas a facilitar el acceso al empleo no deberían conducir a una discriminación en el trabajo. Los trabajadores jóvenes tienen los mismos derechos que los demás trabajadores. Las políticas de empleo juvenil deberían asimismo facilitar la transición del empleo temporal al empleo estable.” (Sobre la crisis del empleo juvenil, un llamado a la acción, numeral 46).

La salida para mejorar la calidad de los trabajos que realizan los jóvenes pasa por desarrollar su empleabilidad, es decir, sus competencias para comunicarse, trabajar colaborativamente en equipo, adaptarse a los cambios, autorregular sus emociones, tolerar la presión y perseverar en sus tareas. Todas aquellas capacidades y actitudes que le sirven para la vida y que las empresas peruanas están demandando cada vez más porque contribuyen a mejorar su productividad.

En ese sentido, el desafío va más allá de la simple capacitación y se traslada al terreno educativo. Para que los jóvenes puedan desarrollar sus competencias para la empleabilidad hay que empezar en la escuela. El Ministerio de Educación ya ha considerado este tema para la Educación Secundaria (para las escuelas que este 2015 tendrán Jornada Escolar Completa) y sería bueno extenderlo a la Educación Superior, ahora que estamos avocados a mejorar la calidad de la oferta educativa y tenemos la oportunidad de hacerlo.

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Acerca del autor

Javier Rodríguez Cuba

"Educación y Empleabilidad" nació con una investigación que hicimos en CISEPA sobre empleabilidad de los jóvenes pero ahora me permite mostrar algunos datos y avances de nuevos estudios.

1 Comentario

Ygnacio

Estimado Rodríguez, excelente trabajo.
Si tuvieras algún libro sobre empleabilidad, envíame por favor.
Saludos.

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