Tantas ideas, tantas neuronas en sinapsis,
Tantas tramas o universos paralelos
En solo dos o tres segundos.
A veces los millones de estados posibles de mi cerebro me llevan a maravillarme por su funcionamiento.
Tantas palabras van a reventar mis oídos
Y hacer sangrar mis ojos
Necesito relajarme por un momento
Debo dejar que cada situación provoque en mi algún “momento”
Llenar de aire las bolsas plásticas inflables que mantienen a este puerco en funcionamiento.
Oink! Oink! Oink!
Nuestro personaje comienza a emitir ruidos extraños que no se le pueden atribuir a un ser humano. De pronto, el lector cuidadoso descubre que en verdad estamos en un campo basto y lleno de pasto, verde, verde, verde… y el espectador, nosotros parados cubriendo con una mano nuestra cara del sol, ve ante sí a un chancho. Es sólo un chancho, que de casualidad estaba ahí pastando.