Historia sobre reality shows (Cuento parodia)

[Visto: 1833 veces]

-Hombre lobo en Paris: Una canción.
-Taxi driver: Una película de Martin Scorsese.
-Saturno devorando a un hijo: Un cuadro.
-Morecambe: ¡Equipo de fútbol de la tercera división inglesa!
-¡Y si, tenemos un ganador! ¿Qué premio recibirá nuestro ganador? ¡Así es, un viaje a Jamaica: todo pagado!

¿Genial, no? Un viaje a jamaica… pero no para mi. Que puedo decirte, soy un televidente. Un fiel televidente que no se pierde nunca los programas de sus reality shows favoritos. No… no soy ningún desadaptado y si… tengo vida social. A veces imagino que estoy dentro de esos programas. Imagino muchas y distintas historias. ¿Quieres oír algunas? Espero sea un placer para tus ojos leerlas:

El hombre que solo quiere tener sexo:

-¡Y tenemos a Gustavo! Un aplauso para el. Cuéntanos tu historia.
-Antes que nada gracias por invitarme a tu programa.
-El gusto es mío. Pero vayamos a tu historia.
-Si, perdona. Hace ya dos meses que mi enamorada se niega a tener relaciones sexuales conmigo.
-¿Y eso por que?
-No lo sé. Y tampoco se como remediarlo. Ese es el problema.
-¿No saber por que ella se niega a mantener relaciones sexuales? o ¿como remediar esto?
-Creo que lo segundo. La verdad no me interesa por que ella se niega.
Y el público comienza a abuchearme.
-Pero como vas a solucionar tu problema sin conocerlo.
-Tú conduces y yo explico el problema. ¿Estamos?
-OK. Continua.
-Si… lo he intentado todo. Voy a decírtelo. Primero probé con no mencionarle nada al respecto y no pedirle que tenga sexo conmigo creyendo que ella no soportaría la abstinencia y vendría a mí para pedirme que lo hiciéramos. Pero no… no lo hizo. Entonces cambie mi estrategia.
-Cuéntanos cual fue tu segunda estrategia.
-Muy simple, muy simple. Comencé a hacerle cumplidos y decirle piropos refiriéndome a lo linda que era o a lo sexy que me parecía. Estuve así un par de semanas. Agote mi repertorio y termine repitiendo mis frases. Pero estaba seguro de que funcionaria tarde o temprano. Pero no sucedía nada. Ella aún se negaba… Entonces mis piropos y cumplidos fueron más explícitos. Empecé a decirle cosas sucias.
-¡Dios mió!
Y el público se excita y me abuchea aún más.
-Si… sucias… muy sucias. Pero no logré nada. Y me vi a obligado a parar. Pero aún quería tener sexo con ella. Vamos, no iba a rendirme. Además mis padres me ensañaron que nada es imposible… aunque ahora me cuestiono eso.
-¿Y que más hiciste?
-Creí que talvez era mi aspecto físico el problema así que me matricule a un gimnasio. Pensé que los músculos y el sudor la atraerían y, creo que estuve cerca de atraerla. Pero aún se negaba. Los músculos no bastaban y me hice un corte nuevo. Usé colonias. Un poco de maquillaje, me vestí con las mejores ropas que pude costearme… Pero continuó indiferente. Y, ¡Rayos! Comencé a desesperarme. En mala hora que lo hice.
-¿Por qué?
-Porque perdí el control. Comencé a acosarla y tratar de forzarla. De inducirle en cuanta ocasión tuve. Incluso me desnude para ella… una y otra vez. En todo momento. Le preparé una cena romántico. Compre videos pornográficos. ¡Lo traté todo!
-Y no lo conseguiste…
-¡No! Ese es mi problema…
-¿Intentaste hablar con ella al respecto?
-No…
-¡Aquí tenemos a Cecilia, la enamorada que se niega a tener sexo! Un aplauso para ella. Hola Cecilia, Cuéntanos por qué te niegas con Gustavo.
-Hola a todos. Gustavo perdóname, pero te engaño con tu hermano. Tenemos relaciones desde hace un año. Iba a decírtelo, pero últimamente te has comportado muy extraño.
-Ahí lo tienen señores y señoras. Lo engaña con su hermano.
-¿Pero por qué?
-Mírate hombre, eres un desastre.

Pues bien, no soy un depravado. Continuemos.

El escritor fracasado:

-Nelson es nuestro invitado. Démosle la bienvenida.
-Gracias, gracias…
-Cuéntanos. ¿Qué hace un celebre escritor en nuestro programa?
-Perdona Clara, pero no soy un celebre escritor. En realidad ni siquiera podría llamarme escritor. ¡No he escrito nada!
-¿Entonces porque te presentas como escritor?
-Es que quiero serlo. Tengo las ideas en mi mente pero no puedo plasmarlas. Vamos Clara no es mi culpa.
-Tienes toda la razón continua.
-Si… Mi padre era escritor. Antes de morir, cuando yo tenía 7, me dijo que yo también lo seria. Pero no Clara, no lo soy.
-No te sientas mal. A veces no es lo mejor imitar a los padres.
-Pero es que no lo entiendes. Es casi como una promesa a él.
-Bueno, pero aquí en los papeles que tengo no veo que hayas estudiado nunca para ser un escritor. ¿Por qué no lo hiciste?
-Es que lo de escritor no se estudia. Se crea de forma espontánea
-¡Aja! Continúa…
-Y ya te dije que tengo las ideas. Pero no puedo escribirlas.
-¿Nos cuentas alguna?
-Si como no: Es un hombre. Soltero, joven… de estatura promedio. Lo tienen todo. Un carro, una casa, un labrador, televisión por cable y una tostadora.
-¡Aja! Continua.
-Un día sale a trabajar temprano y piensa… “Necesito una mujer”. Pero no ha tenido contacto con una mujer desde la universidad. Piensa y la ve: Su secretaria. Pero no es profesional relacionarse con una subordinada, así que continúa pensado. Y viene a su cabeza otra chica: La mesera del Starbucks. Nunca ha conversado con ella pero siempre le ha agradecido tras traerle sus pedidos. Si… para el eso debe bastar… Pero ella es demasiado joven. Quizás tenga 17 años. No es socialmente bien visto el salir con menores de edad. Entonces su mente salta hasta la televisión. Anoche notó que la reportera matutina del canal 23 es muy atractiva. Pero no… ella está casada con un amigo suyo. Se da por vencido y para desahogar su frustración compra una bebida gaseosa. Fín.
-¿Acabas de inventártelo, no es así?
-Me temo que sí…
-Nelson, un gusto tenerte en el programa.
-Gracias Clara. La próxima vez que nos veamos seré un famoso escritor.
-Estas en lo cierto. Mucha suerte.

Y sí… Luego yo, digo Nelson fue un gran escritor. En mi mente, claro. Y se casó con una atractiva sueca. Ahora vive con ella, allá… es una lastima que nuestro mejor material humano se vaya. Pero aún hay más. No pares de leer. Parar ahora sería omitir lo realmente importante.

Filosofo filosofando el porque de los autos estacionados:

-Muy buenas noches. Si, hoy nuestro invitado es Martín, el gran filosofó peruano. Ponte a gustó Martín y cuéntanos cual es tu actual proyecto.
-Gracias.
-No no. Nada de gracias. El gusto es nuestro. Pero me dicen que tenemos que ir a comerciales. No cambie de Canal que ahora volvemos con Martín.

Y aparece un pollo. Un tipo disfrazado de pollo. Vaya que se ve groseramente tonto. ¿Por qué la publicidad es tan mala? Lo he pensado una y otra vez… mala, muy mala. O es que el consumidor es malo.

-Y estamos de vuelta en “Ilustres personajes que no piensan nada mas que disparates”. Cuéntanos Martín.
-Movimiento… movimiento veloz. Cosas diseñadas para moverse a velocidad. Eso es un automóvil. Una herramienta de velocidad. ¿Por qué velocidad? Porque el hombre quiere siempre ser más y más veloz. Pero caminamos por las calles y vemos autos estacionados. ¿Por qué estacionados? Ahí comienza el problema.
-Explícanos cual es el problema.
-Es ese. Autos estacionados.
-¿Autos estacionados?
-Para que lo entiendas: Maquinas de velocidad, diseñadas, utilizadas y pensadas para la velocidad que paradójicamente están inertes.
-Como sea, solo explícanos…
-Si. Yo tengo 2 buenas hipótesis de porque sucede esto. Primero, pienso que está quizás en la naturaleza humana el detenerse. Detenerse por muchos motivos y en muchas situaciones. Tú vas a negarlo si miento pero ¿no es cierto que no siempre estamos caminando?
-Tienes razón no es cierto… quiero decir, es cierto o como sea que se diga para que tengas la razón…
-¿No es cierto que no siempre estamos corriendo?
-Si.
-¿No es cierto que no siempre estamos trotando?
-Seria mejor si cambias la clase de actividades en tus afirmaciones.
-Tienes toda la razón. Toda la razón… ¿No es cierto que no siempre está moviéndose la luna?
-No. Estas equivocado. Además estabas hablando del hombre.
-Perdón. ¿No es cierto que no siempre estamos preparando jugo de manzana?
-Así es.
-Es obvio ¿Ahora lo vez?
-No en realidad.
-No es tu culpa. Si no de tu coeficiente intelectual. Es que no todos podemos darnos cuenta rápidamente que la naturaleza humana es no siempre realizar sus acciones.
-Vaya no pensé fuera difícil darse cuenta de eso…
-No seas sarcástica y envidiosa de mi intelecto.
-OK. Prosigue.
-Si… y podemos deducir de que cualquier invención humana tendrá la naturaleza humana en su naturaleza.
-¿Eso enseñan en las universidades como filosofía?
-Si, bastante complicado, ¿No es así?
-Si, como no.
-Bueno y mi segunda hipótesis, Hipótesis estrella por cierto, que titulo: “Hipótesis de la falla mecánica” consiste en que los autos se detienen porque sus conductores deciden que un movimiento constante produciría un desgaste en el acero provocando así fallas mecánicas.
-Creo que prefiero tu segunda Hipótesis. ¿Pero no has pesando que la gente detiene los autos porque no los necesita todo el tiempo? Ya que solo son herramientas de transporte.
-¿Qué tu también tienes estudios en filosofía?
-¡No y nada de lo que has dicho tienen que ver con filosofía!
-Si no tienes estudios en filosofía no deberías opinar. Filosofía es hacerse preguntas.
-Preguntas que valgan la pena. Fue un placer tenerte en el programa. Ahora vuelve al mundo exterior a irradiarlo con tu ignorancia… quiero decir sabiduría.
-Gracias a ti y a todo tu publico. Y espero aprecien que hay hombres como yo dedicados a descubrir los misterios de la vida moderna. Pueden estar seguros de que hallaré una respuesta a mi proyecto. ¿Y saben que? Será en este programa donde la expondré primero. ¿Qué les parece eso?
Pero el público no ha entendido nada. Así que hacen lo que mejor saben hacer: Aplauden.

Pero no todos los reality shows son Talk shows. También hay de esos donde se ocultan cámaras. Me imagino dentro de estos programas en situaciones exóticas como:

Miguel y una docena de monos:

¡Así es! Este es el programa en el cual tomamos a una persona del público, esto de forma completamente aleatoria y, lo encerramos en una suite de lujo con… ¡Una docena de monos! Y no cualquier especia de monos, sino monos babuinos salvajes y vemos quien sobrevive al final con una cantidad racionada de comida que solo alcanza para alimentar a un par de sujetos: Los monos o la persona tomada del público al azar. Se dice mucho de los monos. Se dice que comparten la comida. Los hemos visto ganar en pasados episodios. Pero, ¿Que sucederá ahora? Como recordaran hace exactamente una semana elegimos, y esto de forma netamente aleatoria, a Miguel un Joven estudiante de universidad. Veamos lo que nuestras cámaras registraron día a día… Esto es: ¡Miguel y una docena de Monos! Ahí va:

Día 1.
Hola. Soy Miguel. Sí, los monos son una molestia, pero se que puedo vencerlos. Estoy decidido a hacerlo. Bueno no tengo nada más que decir.

Día 2.
Anoche no pude dormir. Todo gracias a ese mono grande. Yo trataba de echarlo de la cama pero terminó jalándome del cabello.

Día 3.
Hoy desperté y cuando llegué a la cocina, los monos se habían llevado toda la comida. Estoy muy hambriento. Trataré de infiltrarme en su habitación.

Día 4.
Los monos me han hecho prisionero. Fue una mala idea el tratar de robarles la comida. Temo que a estas alturas ya se hayan terminado todo.

Día 5.
¿Hola? ¿Pueden escucharme? Estoy susurrando porque no quiero que me oigan. Hoy pude llegar a un acuerdo con uno de esos monos. Pero no le digan nada a los otros. Si no como algo voy a desmayarme.

Día 6.
Comida… si tan solo tuviera algo de comida… ¿Qué es eso? ¿Carne de mono?

Día 7.
Sáquenme, ya no aguato.

-Y dime, que pensaste cuando los monos te habían capturado.
-Bueno George, pensé que quizás no saldría con vida de esa suite. Pensé en mis padres. Hola papá. Hola mamá. Y tuve. Mucho miedo, ¿Sabes?.

Entonces Le muestran a Miguel todo lo que no ganó: No ganó un automóvil. No ganó un departamento amoblado. No ganó un contrato discográfico por una cifra de 5 dígitos. Etc.

Y muchas otras situaciones. Los abandonó por ahora. Debo irme a seguir mirando la televisión.

Puntuación: 4.82 / Votos: 11

Un pensamiento en “Historia sobre reality shows (Cuento parodia)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *