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Aférrate, si regresan las olas, y te hundes y te hundes. Si colapsa tu mundo, y te hundes y te hundes. Aférrate, si extrañas las riendas en tu cuello, y te hundes y te hundes; enamorado del abismo. (….) a tu trabajo, a tu familia, al arte, a tu dios, a tu barco (…) Lo que sea, pero aférrate; duro, si comienza a tragarte ese monstruo; si vomitas tu ser y retas a tus creencias; y caminas cerca de la locura (y nada (nada (NADA) ) hace sentido).
Uno puede no vivir aferrado con esa persona o cosa que siente que lo lleva a la locura, que siente que lo hunde, sin dejar de ser uno mismo, si llega a un punto de equilibrio con ella/el objeto y consigo mismo, si lo quiere lograr.