El título mismo de este post anuncia la idea central que quiero sugerir: Ninguno de nuestros principales “males” sociales, especialmente aquellos que atañen a lo que conocemos como ética pública, podrán encontrar una solución efectiva si primero no somos capaces de mirar nuestras propias prácticas y especialmente, aquellas que tienen que ver con el modo de relacionarnos con las demás personas.
Existe un consenso sobre cuáles son los principales problemas que nos aquejan como sociedad, entre ellos la corrupción, la inseguridad (es decir, las distintas formas de violencia urbana), la desconfianza; así como todas aquellas relativas a la falta de acceso a bienes primarios, tales como la educación, la salud y la justicia. Sin embargo no existe un acuerdo acerca de cómo lograr superar estas limitaciones que nos mantienen en una situación de precariedad colectiva desde hace mucho.
Sin lugar a dudas el Estado tiene una gran responsabilidad, en tanto debe asegurar a los ciudadanos, el acceso igualitario a los bienes primarios, sin embargo, las políticas y las normas formales no son suficientes si los propios ciudadanos hemos incorporado en nuestros modos de ser la idea de que trasgredir es más efectivo para alcanzar nuestros fines particulares, al margen de lo que establece la propia ley.
El ideal de realización individual es un horizonte necesario para todas las personas. Sin embargo, dicho ideal no es posible fuera de un marco normativo mínimo, capaz de otorgar garantías y establecer ciertas reglas de juego para que dicha realización se vea posibilitada, sin el riesgo de que se nos impida dicha, o obstaculicemos a otros la concreción de sus planes de vida y el sentido de autorealización individual, al que legítimamente aspiramos todos. En otras palabras, la ética de mínimos y de máximos resultan ser ambas caras de una misma moneda
Es en este sentido que el video de Baltazar Caravedo orienta su reflexión. “¿En qué momento se arregló el Perú?” es una breve reflexión de la manera tan torpe y cínica que tenemos los peruanos para trasladar en aquellos que ejercen el poder -exclusivamente- los males, transgresiones y formas de sacarle la vuelta que debilitan nuestra convivencia social. Al mismo tiempo, muestra como ciertas prácticas se han terminado por constituir en hábitos y han terminado por constituir un determinado carácter social.
La reinvención como experiencia moral, por lo tanto, resulta necesaria para convertinos en una mejor colectividad. Y con ello, quizas, en mejores individuos. O al revés. Dejo el link del video para los interesados.
http://www.youtube.com/watch?v=oJIhNHIC95Q&feature=email
Iniciativa y concepción del proyecto: Baltazar Caravedo Molinari – Guión y Dirección: Bacha Caravedo. – Producción General: Carolina Denegri.- Investigación: Carolina Denegri, Willy Ilizarbe y Bacha Caravedo.
Dirección de Fotografía y cámara: Beto Gutiérrez – Fergan Chávez – Gianmarco Ahón – Omar Quezada. Dibujos: Juan Carlos Semino. Caricaturas: Carlos Tovar “Carlín” – Alfredo Marcos. Archivos fotográficos: Eloy Neira, Verónica Pérez, Carolina Denegri. Archivo EPENSA, Archivo LA REPÚBLICA, Archivo E…