Ecuador: referéndum por corridas de toros

El presidente Correa dijo que el tema se incluirá en una consulta sobre otros temas, y calificó a las corridas como “espectáculo de violencia”.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció el viernes que someterá a referéndum la continuación de la celebración de corridas de toros en el país, y tildó de violenta a la fiesta taurina.
“Atendiendo el pedido de miles de jóvenes que han marchado hacia el Palacio con su reclamo, consultaremos también si el pueblo ecuatoriano está de acuerdo con espectáculos donde se torturan animales como las corridas de toros”, indicó.
Al tomar juramento a los nuevos ministros del Interior, Alfredo Vera, y de Seguridad, Homero Arellano, el mandatario agregó que “será el pueblo ecuatoriano el que decida si somos un territorio libre de esos espectáculos que en el siglo XXI son anacrónicos”.
“Se martiriza animales y se da un espectáculo de violencia”, señaló.Correa ha expresado su rechazo a la tauromaquia, aunque ha expresado su respeto a la afición por las corridas como las de la tradicional feria Jesús del Gran Poder, que se cumple en Quito entre noviembre y diciembre con ocasión de las fiestas por su fundación española.
El presidente añadió que el tema será incluido en un referendo que impulsa para enmiendas constitucionales, con miras a lograr reformas penales y, eventualmente, otras para mejorar el manejo del Estado.

FUENTE:
http://peru21.pe/noticia/685715/ecuador-referendum-corridas-toros

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Comentarios

  1. Carlos escribió:

    Irracionalidad y oportunismo

    Quienes a diario transitamos por la ciudad vemos como se incrementa el número de desaprensivos conductores que no tienen un mínimo de respeto por el ciudadano de a pie y mucho menos por los animales. En Quito, al igual que en otras ciudades del país, quien se atreva a cruzar una vía, especialmente las perimetrales, se convierte en potencial víctima. No es verdad que sólo buseros y taxistas violen de manera persistente la Ley de Tránsito, en realidad, lo hace cualquier conductor asediado por la urgencia, o simplemente envalentonado por la coraza de metal que lo protege. Los humanos en su mayoría logran evadir el peligro, no así los animales, especialmente los perros, que obligados por la irresponsabilidad e indolencia de sus dueños deambulan sin rumbo por las calles. Estos pobres seres al no tener conciencia de la amenaza, asediados por la sed y el hambre, torpemente cruzan las vías. Rara vez algún automovilista evita el arrollamiento, por el contrario, más bien parecería que de forma premeditada se busca impactar a la víctima. Generalmente el pobre animal, instintivamente trata de arrimarse a la banqueta donde agonizar, pero si no lo logra, los demás conductores también reclamarán su parte de diversión pisándolo hasta convertirlo en una improvisada alfombra adherida a la calzada. Pero la cosa no queda ahí, el trofeo a la sevicia humana permanecerá por varios días, inclusive semanas, expuesto a la mirada indiferente de transeúntes y automovilistas, con la connivencia de las autoridades, que no hacen nada por proteger a estos también habitantes de la ciudad.

    Por ello -al menos a mí- no convence el oportunismo politiquero de algunos defensores, no sé si de los animales, o del pudor público, a quienes, con razón, repugna la sangre y final matanza de 30 toros en la feria taurina de diciembre, pero que no dicen nada frente a la utilización de atroces sistemas de faenamiento que aún se utilizan en la inmensa mayoría de camales del país, y menos todavía sobre la muerte por atropellamiento o maltrato de docenas de perros cada día en Quito y en todo el país. Bien sabemos que a los gobernantes les importa un carajo la suerte de los animales y de la naturaleza en general. No de otra manera se explica que frente a las narices de las autoridades se talen diariamente cientos de hectáreas de bosque nativo, que se arroje al mar millones de litros de aguas putrefactas, que se pesquen especies protegidas como el tiburón de Galápagos o el pepino de mar, que se envenene nuestra atmósfera con miles de toneladas de dióxido de carbono emitidos por el descontrolado incremento del parque automotor, que se destroce el medio ambiente a pretexto de fomentar la minería, etc, cuando de lo que se trata es de de concientizar a la población sobre el respeto a todas las especies y de crear leyes proteccionistas que lleven a la práctica ese lindo, y hasta hoy, inútil enunciado constitucional sobre los derechos de la naturaleza.

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