EL VEGANISMO ACABARÁ CON EL HAMBRE EN EL MUNDO,

Los expertos en alimentación proponen terminar con la producción y el consumo global de carne. Se ha estimado que la población del planeta puede alcanzar los 7.000 millones en los próximos 25 años y que su alimentación no puede depender de la carne. Pero no es necesario esperar para ver los efectos del hambre, pues en la actualidad dos terceras partes de la humanidad estén subalimentadas. ¿Qué sucedería si todos fuéramos veganos?
Estudios revelan que si dividimos toda la tierra arable del mundo entre el número total de habitantes, a cada persona le corresponderí a media hec­tárea de tierra cultivable. Imaginemos que hemos de decidir el uso que le vamos a dar a nuestra media hectárea. Podemos dejar crecer hierba o plantar forraje con el que alimentar a un buey, pero en ese caso utilizaríamos toda nuestra tierra para este propósito, sin poder cultivar nada más. También podemos plantar cereales para alimentar ganado y reservar una pequeña parte para nuestra propia alimentación. Acabaríamos comprobando que los animales consumen muchos kilos de grano para darnos un solo kilo de su carne.
Las proporciones de conversión alimento/carne varían en cada animal. Para conseguir un Kilo de carne necesitaremos 16 de alimento si se trata de un buey, 6 si es un cerdo, 4 kilos si es un pavo y 3 si es un pollo. La producción de leche requie­re aproximadamente un kilo de pienso por litro. Si en la media hectárea hemos de­cidido criar un buey de 400 kilos de peso, conseguiremos 160 kilos de carne, pero sin poder plantar nada más en el terreno mientras viva el buey. La persona que centra su dieta en la carne para conseguir las 2.500 calorías diarias requiere una hectárea y media de terreno destinada a ganado. Si la misma persona basa su dieta en trigo, podrá alimentarse con la octava parte de una hec­tárea. Media hectárea cultivada con arroz y legumbres puede dar de comer a seis personas. Las personas que viven en países subdesarrollados no pueden permitirse el lujo de alimentar ganado con los cereales que cosechan. En Estados Unidos, en cam­bio, el 90% de la cosecha de cereales se destina a consumo animal. El consumidor de carnes norteamericano utiliza en promedio cinco veces más recursos alimenti­cios que el colombiano, el hindú o el nigeriano medio. La producción de la mitad del suelo cultivable de los Estados Unidos se destina a consumo animal. Los Estados Unidos y otros países desarrollados, con sólo un tercio de la población mundial, utilizan el 75% del pescado capturado en el mundo. La mayor parte sirve para fabricar piensos para ganado. El 90% de la producción norteamericana de maíz, centeno, avena y soja (descartando las exportaciones) se emplea para alimentar animales. Las naciones desarrolladas importan proteínas de países tercermundistas que posteriormente destinan a la fabricación de piensos. Un tercio de la producción africana de maníes se utiliza para alimentar ganado en los países europeos del Este. Los Estados Unidos importan carne de vacuno, que proviene fundamentalmente de América Central, en cantidades equivalentes al consumo anual total de muchos países subdesarrollados, aunque la cifra total de estas importaciones constituye tan sólo la séptima parte del consumo de carne de vacuno en Estados Unidos.La persona omnívora, que ingiere carne, debería sentarse ante un filete de 150 gramos e imagi­nar que en el comedor hay 50 personas, cada una de ellas con una taza vacía. Esta debe saber que el coste alimenticio de su filete hubiera podido llenar las cincuenta tazas con cereales. La desequilibrada distribución de alimentos no es el único problema desencadenado por las industrias cárnicas. Tres recursos básicos están disminuyendo en todo el planeta: tierra, abonos y agua. La producción de carne no sólo esquilma los dos primeros, sino que despilfarra grandes cantidades de agua. Un huerto utiliza 1.300 litros de agua diariamente para producir el alimento de una persona vegana. La dieta occidental media consume en cambio 10.000 litros diarios para alimentar únicamente a una persona. Producir un kilo de carne nos cuesta veinticinco veces más en re­cursos que el mismo kilo de vegetales. La producción comercial de carne agota los recursos hídricos. Además, los desperdicios de las granjas animales son vertidos directamente a los ríos. La producción de carne crea, así, diez veces más contaminación que las zonas residenciales y tres veces más que las industriales. Estos datos entre otros como la quema de selvas y bosques lluviosos como la Amazonia destinadas a pasturas para el ganado y que en 5 años acaban esterilizadas y desérticas. También hemos de tener en cuenta que la ganadería consume grandes cantida­des de gas natural y petróleo para producir los fertilizantes empleados en la producción de los cereales para pienso. Cultivar una hectárea de maíz puede consumir más de 600 litros de gasoil. Si utilizamos abono orgánico en lugar del químico, se ahorra más de la mitad. Si este maíz se destina a consumo animal, el despilfarro es evidente. La conclusión es que podemos ahorrar mucha energía desde nuestro comedor. La pesca y sus limitaciones .Por otra parte, no pensemos que los océanos van a aportar una solución rápida a los problemas alimentarios. Para beneficiar nutritivamente a la po­blación mundial, el volumen de pesca debería aumentar seis veces. Y ya en estos momentos, debido en parte a la contaminación y al exceso de pesca, las capturas declinan. Muchos científicos marinos creen que la mayor par­te de los océanos han sido diezmados.
Los niños hambrientos de los países subdesarrollados, y todo el sufrimiento que padece la humanidad, dependen de nosotrxs mismos. En este asunto, los beneficios globales de una dieta basada en vegetales son innumerables. Los seres humanos debemos comprender que una persona vegana, con su vida diaria, el vegano sabe que con su vida diaria contribuye de forma privada, pequeña e indirecta al alivio del sufrimiento humano y animal, y tiene conciencia que en vez de ser parte de un problema es parte de una solución potencial.
En conclusión, el veganismo como forma de vida, no solo alimenticia sino en general es una revolución en nuestra vida que repercute en la vida de los demás y del planeta. El rechazar productos de origen animal no es solo un tema ético porque me gustan los bichitos, es un tema que va más allá es un respeto hacia la libertad ajena, es un tema ético y es también político. El antiespecismo es una manera de actuar contra la discriminació n ejercida hacia los seres de otra especie, por el mero hecho de ser diferentes al igual que el racismo, el sexismo. Nosotrxs rechazamos todo tipo de discriminació n, pero sabemos también que el consumo de carne es un elemento clave en el hambre en el mundo, que su producción y su consumo son los factores más importantes en el hambre y en la contaminación del planeta. Este articulo es muy breve falta mucha información como el problema el calentamiento global, del cual la ganadería es el primer culpable, a través del gas metano generado por las millones de toneladas de desechos animales, más aun destructivo que el gas emitido por los automóviles. Si estas interesado en informarte más acerca del problema te recomiendo que entres a este link que te dejaré, en el cual aparece un documental llamado “A Carne E Fraça” del Instituto Nina Rosa, un documental brasileño que deja en claro por parte de estudiosos, como se está quemando la Amazonia y se destruyendo el ambiente, las vidas animales por un egoísmo innecesario, el consumo de productos de origen animal. Por el contrario, el veganismo es ético, ecológico, saludable y liberador con nosotrxs mismxs y con las vidas ajenas.
Si el link no funciona puedes poner en You Tube ” A Carne E Fraça”
LINK DEL DOCUMENTAL:
http://www.youtube. com/results? search_query= a++carne+ e+fra%C3% A7a

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