Lay Fun sería enviado a Huacho hasta que termine proceso judicial

viernes, 14 de julio , 2006 – 03:27:23

(RPP Noticias) Juan Aragón Villena, abogado del perro rottweiler Lay Fun, que asesinó a un delincuente mientras resguardaba una cochera, informó que ha asumido la custodia total de la mascota mientras dure el proceso judicial.

Precisó que Lay Fun será trasladado a Huacho en donde recibirá la atención necesaria, hasta que culmine el proceso.

Asimismo indicó que su defensa luchará por la vida y conservación de la mascota además de recopilar los argumentos necesarios para mantenerla como ejemplo de la seguridad a la ciudadanía.

Según manifestó, Lay Fun fue criado por los miembros de seguridad del local que resguardaba en el Centro de Lima y tiene un hermano, Lay Fa, quien se encuentra en tratamiento en una clínica veterinaria debido a que fue atacado por un gato.

Como se recuerda, Lay Fun se encuentra en el Centro Antirrábico de Lima en donde deberá permanecer hasta el 21 de julio, fecha en que se descartará si padece de rabia.

Fuente:
http://www.rpp.com.pe/portada/nacional/44140_1.php

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La ciudad y los perros


César Hildebrandt


Quieren matar a Lay Fun, que cumplió con su deber de policía privado a pesar de los cadenazos y las patadas. Lay Fun se enfrentó en la penumbra a un prontuariado drogadicto que, además, estaba borracho y que habría podido matarlo si hubiese tenido un revólver.
Como se sabe, los perros ven mal de noche y peor en las sombras.
Así que Lay Fun vio en su territorio un bulto borroso que lo golpeaba y a un intruso que, de haber ejecutado su tarea, le habría costado, a la mañana siguiente, una tunda de su amo “por ineficiente e inservible”.

Así que Lay Fun se jugó el empleo y la vida en el empeño.
Desde luego que el señor Lay no podía saber que el derecho penal habla de la proporcionalidad del castigo. Y tampoco podía saber que en el Perú no existe la pena de muerte y menos para delitos considerados menores como el robo de piezas de automóviles.

Pero nadie puede exigirle al señor Lay que lea códigos penales.
Y estoy seguro de que el señor Lay tampoco lee periódicos ni ve televisión, especie que los difamadores han esparcido. Hay un muerto que lamentar y un guardián, con maestría en disuasión, que comprender.

El señor Lay, que no conoce de cobardías y que igual se habría enfrentado a diez maleantes y perecido en el intento, merece respeto. Cumplió con su deber y eso es algo que muy pocos señores en el Perú pueden decir.

Mi perro sostiene que Lay debería ser condecorado, pero ya ustedes saben que mi perro, dignísimo en su vetustez, es un exagerado. Y él, que es andaluz y memorioso, me ha recordado el caso de Palomo, el famoso perro de la guerra de 1860 entre España y Marruecos.

Palomo tuvo que despedir a su amo, un combatiente español, en el puerto de Cartagena. No le habían permitido subir al barco porque ese era el reglamento del ejército colonial.

Semanas más tarde, sin embargo, Palomo se apareció ante su amo en pleno frente de guerra meneando la cola y saltando de alegría. Permaneció para siempre en el misterio el modo cómo llegó Palomo a cruzar el estrecho y cómo, sobre todo, pudo localizar a quien quería.

De resultas de todo ello, cuando la guerra terminó con el triunfo español, Palomo, adoptado oficialmente por el ejército, desfiló por las jubilosas calles de Madrid a la cabeza de su regimiento.

¿Y qué me dicen de Fea, la señorita perra de Alfonso II, que murió de tristeza debajo de la misma cama donde el nefasto monarca había expirado?

¿O de los 400 perros que acompañaron a las tropas del marqués de Pescara en la campaña de Pavia y de aquellos que estuvieron en la derrota del rey francés Francisco I?

En el libro de Ángel Cabrera Los animales familiares, citado por el Diccionario de Rarezas de Vicente Vega –de donde proceden los datos históricos aquí consignados–, se describe una tradición esquimal en Groenlandia: cuando se muere un niño debe acompañarle a la tumba una cabeza de perro, que habrá de guiarlo hasta el País de las Almas. Porque los esquimales también saben que un perro siempre hallará el camino señalado.

Fuente:
http://www.ednoperu.com/noticia.php?IDnoticia=26643

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Comentarios

  1. Mario Martinez escribió:

    el perro solo cumplio con su noble deber es esa finalmente el motivo por el q lo tenian ahi, ademas no estaba suelto sino a resguardo y el tipo fue quien entro en su dominio, el desenlace es lamentable si eso no lo niego, yo tb tengo un rott y es mi adoracion y duermo y trabajo tranquilo gracias a el y si eso me pasara tb moveria cielo y tierra por salvar su vida

  2. NICOLE PEREZ escribió:

    hola,yo pienso que el perro hizo lo correcto al atacar a ese hombre pues estaba en territorio ajeno y el perro lo unico q hizo es proteger su espacio.
    yo creo que estan cometiendo un error al querer matar a Lay Fun,el no tiene la culpa de nada,el q tiene la culpa es el ladron que se tenia bien merecido morir por querer invadir terreno privado.
    Yo una vez tuve un rottweiler y era de lo mas noble,me dolio mucho cuando se murio pues lo queria muchisimo,y yo no se por que las personas veen con mala cara a estos perros,ellos son completamente nobles,no son coo ellos dicen q son.
    Bueno,lo importante ahora es q se haga justicia a fovor de Lay Fun pues el es un HEROE!

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