El bello libro que publica ahora el Fondo Editorial del Congreso de la República cuenta con más de un centenar de fotos de archivo que contribuyen a enriquecer la historia de esta activa y bien integrada comunidad.

Además del especial interés que reviste el material gráfico y la cuidada edición de esta obra, cabe destacar el método novedoso que ha empleado la autora para introducirnos a la historia de la inmigración árabe, que, desde Siria, Líbano y Palestina, empezó a llegar a nuestro país desde fines del siglo XIX.

En efecto, en un ejercicio creativo a medio camino entre la literatura y la antropología, Bartet inicia el libro con la reconstrucción de la vida de Sahurriyeh Said sobre la base de testimonios de quienes lo conocieron y de obras literarias y antropológicas de autores árabes, europeos y sudamericanos.

Esta aproximación transversal al tema de la inmigración árabe a nuestro país se enriquece, en la segunda parte, con las historias de quienes llegaron después de la creación del Estado de Israel, como hijos de una diáspora impuesta, vástagos involuntarios de una nación sin Estado, sin opciones de retorno, al menos en la situación actual.

De lectura amena, Las fronteras disueltas llena un vacío importante en la historia de la compleja construcción identitaria de nuestro país, construcción en la que los aportes de la comunidad árabe no podrá ser ignorada en el futuro.