Dejando de lado las oportunidades de negocio que se mencionan en el post de Ericsson “Smart Cities: The Internet of Things Meets The Smart Digital Citizen”, nos enfocaremos en los siguientes temas que trata:
La población humana ya cruzó la barrera de los 7,000 millones de habitantes hacia el final de la última década, y por primera vez en nuestra historia, la mayoría de la población mundial vive en ciudades. El movimiento de re-urbanización en todo el mundo viene creando una fuerte presión sobre la infraestructura que controla desde el transporte y el agua hasta la distribución de energía, servicios de emergencia y seguridad. Si bien es cierto que las ciudades son la clave para el desarrollo social y económico de sus países, no hay duda que tienen que ser más “inteligentes” para soportar la explosión demográfica y el consiguiente impacto en la calidad de vida de sus ciudadanos y visitantes.
El Internet de las Cosas con sus sensores, cámaras, hubs y routers, redes de banda ancha fijas e inalámbricas y servicios de monitoreo basados en localización puede mejorar las tres capas básicas de una ciudad: el nivel subterráneo, la planta baja y el espacio aéreo. El nivel subterráneo comprende el transporte, alcantarillado, agua, electricidad, sistemas de comunicaciones y calefacción; la planta baja incluye todas las cosas accesibles desde la calle, tales como carreteras, edificios, museos, parques, restaurantes, tiendas, vallas, luces e incluso las bancas; y el espacio aéreo, por último, abarca los rascacielos, puentes y torres celulares.