Un Segundo Respiro

lunes 27 de agosto de 2007

En mi trabajo estuvimos corriendo de un lado para otro para poder cumplir con la ayuda a los damnificados del terremoto del 15 de agosto, en el sur chico. Ya no solo se presentan las necesidades de cumplir con el envío de donaciones sino de comenzar a reconstruir y recuperar los espacios perdidos, tanto físicos como psicológicos.

Han sido días de presión y estrés para muchos de los que trabajamos ahí, el reconforte posterior no es tan inmediato como para poder compensar lo primero. Y ahora, que ya paso un poco la tormenta de lo imprevisto y de lo que muchas veces no se había pensando: la funcionalidad del equipo de trabajo en este tipo de situaciones. Y como ya se pudo constatar, la falta de previsión emerge en las organizaciones. Teniendo como referente principal al gobierno. Sin embargo, y al ser un equipo no tan grande de personas además de tener un director con un liderazgo efectivo y, hasta el momento, eficaz; hemos podido desarrollar una organización sostenible hasta el momento.

Retomando el tema, personalmente estaba muy movilizado, no solo por la rapidez con la que teníamos que actuar sino por la cantidad de estímulos que impactaban en la sensibilidad de todos, creo yo, todas las imágenes, los videos, los audios, etc. Creo que proyectaba sobre todas mis acciones la inercia rauda que se generó a raíz de estos acontecimientos. Creo que en algunos casos fue negativo en este tiempo. Pero tambien hubieron cosas demasiado positivas, como el hecho de que conocí a una persona muy especial con la que comparto momentos muy agradables y especiales. Es justamente ella quien me hizo reflexionar sobre la frase “toma aire y respira profundo”, un segundo respiro (o suspiro).

Nunca había reparado en la importancia de esta frase. Creo que por la velocidad o la rutina que se nos presentan las cosas, es posible que perdamos perspectiva, supongo que podría compararlo como ir a mucha velocidad en una reserva natural, y no ver o ver borroso todo lo que está a nuestro alrededor por llegar a nuestra meta, pero… realmente estaremos felices “llegando a la meta” y tan rápidamente. Creo que la felicidad y la satisfacción de lograr algo se dan desde el momento en que comenzamos a hacer “ese” algo, creo que todo el proceso en la consecución de nuestras metas debería llenarnos de la misma manera y claro la consecución es el (probablemente) punto máximo, pero no el único, siempre disfrutando y nunca apresurarnos, a menos que sea inevitable (pero realmente inevitable). La felicidad no tiene porque ser solo uno o varios momentos aislados entre sí. Es bueno tomarnos esos segundos respiros … o suspiros, es bueno a ver si en ellos vemos que no vemos nada o que lo vemos borroso y de vez en cuando medir la velocidad a la que vamos.

También es dificil pensar en un camino único prefiero creer que es el mundo el cual crece contigo asi es que no hay porque correr porque éste ya te acompaña, tal vez ya no correrías sino escaparías o fugarías. También creo que es importante hacer algo que el principito aprendío: “no perder su estrella”.

Aqui les dejo un corto que tal vez pueda reflejar lo que quiero comentar, de hecho hay mucho que decir sobre esto:

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