Reducción de la vulnerabilidad de las comunidades rurales del¨Perú

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La situación de vulnerabilidad de los 7 millones de habitantes de las comunidades rurales del Perú ante sismos es muy alta. Esto significa que la susceptibilidad de sufrir daños debido a sismo es alta y la capacidad para enfrentarlos es limitada. La afirmación anterior se puede entender a partir del análisis de los componentes físico y social de las comunidades.
Las construcciones de adobe propias de las comunidades rurales altoandinas son particularmente débiles ante acciones sísmicas. Algunos de los comportamientos indeseables más comunes de este tipo de construcciones son: falla frágil (súbita), y la falla de los muros en dirección perpendicular a su plano, (“el muro se voltea”). La falta de asesoría técnica en la etapa de planificación y construcción, la audacia de las construcciones que tratan de adoptar soluciones estructurales propias de otros sistemas (por ejemplo utilizar techos de concreto en viviendas con paredes de adobe, o la utilización de grandes claros y la poca densidad de muros) y el deterioro de los elementos estructurales aumentan la vulnerabilidad original de los elementos físicos de los pueblos de la sierra peruana.

Casas de adobe en comunidad rural del Perú. La casa ubicada en la parte central de la ladera tiene muros de adobe en el primer nivel y muros de ladrillo de arcilla en el segundo.

La poca habilidad de la sociedad para planear su desarrollo con base en la gestión integral de los riesgos ha contribuido a aumentar la vulnerabilidad física, y al parecer, no ha tenido mucho éxito en la generación y el fortalecimiento de capacidades para enfrentar al desastre. La gestión integral de riesgos comprende la identificación de los riesgos, la realización de actividades para enfrentar o disminuir sus efectos y superar la etapa de la crisis y la reconstrucción de manera satisfactoria. La experiencia de la reconstrucción en la zona afectada por el sismo de Pisco en el año 2007 nos demuestra que nuestro sistema desaprueba la materia de gestión de riesgos.

El producto de la letal combinación de vulnerabilidad y amenaza sísmica, latente en diferentes medidas en todo nuestro ámbito geográfico, es el riesgo. Con base en las aseveraciones de los párrafos anteriores se deduce que las comunidades rurales peruanas tienen alto riesgo sísmico. La posibilidad de disminuirlo es factible y desde todo punto necesario y urgente.

Toda medida de reducción del riesgo o mitigación debe considerar los aspectos físicos y sociales de los sistemas a intervenir. En este sentido, la medida debe generarse a partir de un proceso participativo que involucre a los actores locales y tome en cuenta su imaginario, la percepción del riesgo y sus propias capacidades.

Por nuestra formación, los ingenieros intentamos buscar la solución óptima a los problemas, basándonos en modelos matemáticos, ensayos experimentales o evidencia empírica. Así si vemos el riesgo como un problema, intentamos reducirlo hasta un valor aceptable, que nosotros mismos establecemos. Luego esperamos que nuestra solución sea adoptada por las personas que están en riesgo. Para esto establecemos vías de comunicación con estas personas y creamos programas de capacitación, en el mejor de los casos con la asistencia de especialistas en el tema de educación y comunicación.

En este caso, no hay un compromiso de los pobladores por lograr la reducción de su propio riesgo, no hay un apoderamiento del problema ni de la solución. Al final, se brinda una solución a nuestra medida. Muchas veces es una solución muy poco flexible, es decir no admite cambios o alternativas y la capacitación se reduce a los aspectos técnicos.

Con este perfil, los proyectos de mitigación tienen un horizonte muy limitado. Si existen fondos para ejecutar el proyecto, el proyecto dura lo que duran los fondos. Esto es muy frustrante para los ingenieros que promovieron la solución y para los pobladores que sienten que no se les tomó en cuenta.
La solución propuesta se convierte en un elemento externo que en algunos casos será modificado para adaptarlo a la usanza y gusto de los pobladores (con el peligro de que la solución modificada sea contraproducente) y en otros será vilipendiado por considerarse un gasto inútil de recursos y tiempo.

En la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica del Perú se ha venido desarrollando técnicas para mejorar la calidad y el comportamiento antes sismo de las construcciones características de la zona rural de la sierra peruana desde hace más de 30 años. Hasta la fecha no se tiene noticias de que algún poblador haya decidido por cuenta propia realizar el refuerzo de su vivienda con alguna de las técnicas desarrolladas.

En el momento que se escribe este blog, se viene desarrollando el proyecto de reforzamiento de un local escolar en la comunidad de Chocos en la provincia de Yauyos financiado y coordinado por la ONG Geohazards. En este proyecto participan la ONG Estrategia, la Universidad de Stanford y la PUCP.

Los alumnos del curso Proyecto de Fin de Carrera de la especialidad de ingeniería civil de la PUCP y los alumnos de Stanford, con la asesoría de expertos profesores de ambas universidades y de la ONG Geohazards han generado una solución técnica que ha sido validada en un proceso participativo. La etapa de construcción ya ha finalizado y en la siguiente entrega comentaremos más a detalle de este interesante proyecto.

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