La historia no los absolverá


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Para que haya un diálogo debe haber dos partes. Uno de los principios de la negociación es que todas las partes estén dispuestas a hacer concesiones. Para llegar a un acuerdo, se requiere, asumiendo racionalidad de las partes, que la situación con acuerdo implique una (percepción de) mejora o ganancia para ambas partes. Por el contrario, si en una negociación sólo una de las partes pretende ganar o, peor aún, derrotar o reducir la ganancia de la contraparte, lo más probable es que la negociación no llegue a ningún acuerdo.

A propósito de una ruptura más del dialogo entre los dirigentes de Cajamarca y el Gobierno Central. Me pregunto, ¿sólo puede ser responsabilidad del Gobierno?, es sólo como dicen culpa del felón Ollanta Humala. ¿No hay responsabilidades que recaigan sobre los dirigentes?, o ¿es que ellos están por encima del bien y del mal?, ¿es qué los dirigentes están libres de toda autocrítica, son sanos y sagrados?

La historia juzgará a esta generación de la(s) “izquierda(s)” o los “izquierdistas” cuya tarea actual era la de ser gobierno y desarrollar políticas que generen algunas mejoras o avances, no “hacer la revolución”. Por el contrario, frente a las primeras dificultades, se desorganizaron, patearon el tablero, cruzaron de orilla y comenzaron a criticar, actividad a la que se han acostumbrado y en la que parece se sienten más cómodos. Si se deja el espacio político libre, otro viene y lo ocupa, es casi una ley física, ahí está el PPC, el PAP y hasta la mafia fujimorista saludando la salida de algunos representantes de las izquierdas.

Por lo anterior, es imprescindible construir una propuesta verdaderamente progresista, pero que no esté basada en “generalidades, prejuicios y clichés”. Esta tarea requiere la unidad, la construcción de organización partidaria, formación de cuadros, educación de masas y un programa. Hoy no basta sólo con oponerse, el movimiento estudiantil en Chile lo ha demostrado, es obligatorio ser más inteligentes, tanto en la forma, como en el fondo, al plantear exigencias y demandas, dejar la postura de “protestar contra todo”, para comenzar a “manifestarse por algo”, las mayorías de la población no apoyan a líderes quejosos, sino a líderes propositivos, que construyen y hacen soñar en positivo.

Si se comprende que el problema de Conga no es técnico, ni de ingeniería. Se entenderá también cual es la tarea actual de los “dirigentes populares” y “sectores progresistas”. Esta, considero, es proponer y ayudar a establecer, un nuevo marco social, político, legal y técnico que sirva a la población como arma de defensa contra los abusos de las mineras (y otras empresas) irresponsables. Es decir, crear nuevas relaciones sociales entre la población, el estado y las empresas, ganar nuevos derechos para las comunidades y, sobre todo, hacerlos valer en la práctica. De ninguna manera, es tarea de los dirigentes oponerse a las actividades económicas per se, sólo por el hecho de ser extractivas.

Nos guste o no los seres humanos transformamos nuestro medio, impactamos en él, nuestra vida depende de ello. Lo que debemos hacer es minimizar el impacto, para hacer sostenible el desarrollo, para las futuras generaciones. Ocurre que el país, el Perú, es pobre y necesita solucionar ese problema hoy, para que las nuevas generaciones no sean pobres, para eso, hoy debemos darles: alimentación, salud y educación, por otro lado invertir en investigación y desarrollo en ciencia y tecnología, lamentablemente esto demanda recursos. Nosotros, por buena o mala suerte, tenemos minerales que podemos utilizar.

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Acerca de Ser Social

Simplemente un ser social. Economista y PhD en Management Sciences. Intento comprender a las personas y sus interacciones en la sociedad. Creo que "La práctica sin la teoría es ciega y la teoría sin práctica es estéril" (Kant, 1793).

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