La campaña presidencial, o sorpresa, ha traído a la educación como uno de los temas de discusión, “revolución educativa” la llaman algunos, “transformación de la educación” la llaman otros, en fin como quieran llamarla, todos o casi todos los candidatos han intentado mostrar su preocupación por la educación, lamentablemente, considero, sin contar con propuestas claras. Era evidente que el problema educativo tenía que estar en el debate, puesto que nadie puede negar la importancia de la educación como motor de crecimiento y desarrollo económico.
A pesar de que la educación es un tema recurrente en todas las campañas electorales, el Perú sigue exhibiendo, no pobres sino, paupérrimos indicadores educativos. Los resultados de la última prueba PISA (Programme for International Student Assessment) -que evalúa los conocimientos que han adquirido los alumnos de 15 años próximos a culminar la educación básica- así lo demuestran, el Perú se ubica en el puesto 62 en comprensión lectora (370 puntos), 60 en matemáticas (365 puntos) y 63 en ciencias (369 puntos), de 65 países evaluados. Hay que decir que la ubicación en el ranking no nos dice mucho, si consideramos que la muestra de países ha cambiado. Algo que si llama nuestra atención es la distancia respecto a los países pertenecientes a la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) y al resto de países latinoamericanos evaluados. Ver tabla.
El Perú se encuentra en el último lugar de los países latinoamericanos evaluados, en lectura estamos a 123 puntos de la media de la OCDE y a 79 puntos de Chile; en matemáticas a 131 de la media de la OCDE y a 56 de Chile; en ciencias estamos a 132 puntos de la OCDE y a 78 puntos de Chile. Si consideramos que el Perú pasó de 327 a 370 en comprensión de lectura en 10 años, para alcanzar los 449 puntos que tiene Chile hoy, nos harían falta cerca de 20 años, y para alcanzar la media la de OCDE (493 puntos) cerca de 30 años, eso en el supuesto, poco realista, que estos países no van a continuar aumentando su puntuación.
Sobre la base de estos datos, es indignante y repugnante que el Ministro Chang declare que la educación peruana ha mejorado gracias a “la implementación de la Carrera Pública Magisterial, que capacita y evalúa a los maestros, así como a la integración de los padres, profesores y escuelas”. El defensor del neoliberalismo, Andrés Oppenheimer en su libro “Basta de historias”, desarrolla la idea de la “Paranoia Constructiva”, es decir que los países que tienen mejores resultados en educación China, Finlandia, Singapur, viven en constante proceso de evaluación de sus sistemas educativos, percibiendo que hay países que están haciendo las cosas mejor que ellos. Por eso, saca más roncha que en un país como el Perú, se quiera vender la idea que la educación está avanzando.
Esto nos debe llamar a la indignación, la reflexión y a la acción, sobre todo ahora que los candidatos utilizan a la educación como caballito de batalla en la campaña electoral, es necesario exigir que se incluya a los actores involucrados y afectados por el sistema educativo: estudiantes, padres de familia, maestros, especialistas, etc. Es también necesario que la educación se oriente hacia las mayorías, no hacia las élites, y que la educación pública se encuentre en el centro de las preocupaciones del Estado, no sólo del gobierno de turno.