Nadie en su sano juicio podría oponerse a los derechos de los pueblos originarios, de las comunidades nativas o campesinas. La pregunta sería, ¿cómo los compatibilizamos o insertamos en el marco de derechos de toda la población? Hoy se habla de desarrollo sostenible, responsabilidad social de la empresa, de comercio justo y bla, bla, bla… ¿Cómo ampliar a toda la población esos “buenos deseos” contra los que nadie puede oponerse? Supongo que más fácil es decir, “me opongo, no se a que, pero igual me opongo”.
A raíz del conflicto ocasionado por proyecto minero “Conga”, he leído diferentes opiniones de amigos que se oponen. Pero debo decir, con sinceridad total, que no me queda claro ¿contra qué se oponen, los que se oponen? Esta negación, éste no, ¿es un no a la minería?, ¿es un no a la empresa Yanacocha?, ¿es un no a las empresas extranjeras?, ¿es un no a qué y/o a quién? Lo que sí queda claro es que hay una oposición que debe ser superada, para pasar a la proposición.
Hay quienes ven en este caso una contradicción entre tradición y progreso, yo soy uno de ellos. Creo que muy a pesar de quienes no lo acepten, el desarrollo existe, contradictorio muchas veces, pero desarrollo al fin y al cabo, y va “de lo simple a lo complejo”. Pero a mi juicio, el problema principal, en este caso, es el tipo de relación existente entre: las empresas mineras (de capital extranjero), el Estado (intermediario y de espaldas a las mayorías) y la población (que no percibe los beneficios de la actividad).
Quién puede dudarlo, históricamente el Estado no ha velado por que se cumplan las leyes ambientales y, sobre todo, no ha velado por una redistribución de los beneficios de la minería, más salud, más infraestructura, más educación, más ciencia y desarrollo, de ahí se justifica completamente la desconfianza y los reclamos de la población de Cajamarca, no por lo que puede estar en los papeles, sino porque no hay confianza en que el Estado salga en su defensa, oportuna y eficazmente, sobre todo si se considera que las consecuencias de las malas prácticas mineras perduran por siglos.
El reto mayor del gobierno actual radica en cambiar el tipo de relaciones existentes. Primero, entre el Estado y la Comunidad, teniendo como criterio principal la defensa de los intereses de las mayorías, donde se debe incluir, a las poblaciones y regiones que no cuentan con canon minero. Segundo, entre el Estado y las Empresas, se necesita que las empresas aporten al desarrollo económico, en primer lugar tributando lo que deben tributar y en segundo lugar, aportando a la acumulación de capital del país, eso implica también transferencia tecnológica. Desprendemos entonces que el Estado es el agente articulador y, lamentablemente, sobre el cual se tienen más dudas, por su historia de ineficiencia y corrupción. Ahí, creo yo, radica la clave, no basta con un Estado más presente, es imprescindible un Estado eficiente y eficaz.
Uno de los límites de la crítica postmoderna (de los postmodernos) a los grandes discursos y a la idea de progreso propuesto por la modernidad -ideología, ciencia, tecnología, industria y minería incluidas- es que no propone nada, sólo es una crítica, un conjunto de discursos parciales, útiles para comprender, interpretar o explicar, pero parciales y por eso mismo inútiles para actuar en la transformación de la realidad. La idea de totalidad y verdad les asusta, se limitan a oponerse, sin proponer una salida, sin asumir una verdad, porque al asumirla también corremos el riesgo de equivocarnos.
Como no tengo respuestas, mejor termino con algunas preguntas más:
¿La población de las zonas mineras no tiene razones para quejarse y exigir, cuál es el saldo socio-ambiental de la minería hasta la fecha, cuántos años de olvido y pobreza por parte del Estado han sufrido estas poblaciones?
¿El problema principal de la minería en el Perú es técnico-tecnológico o político-social?
¿Debe declararse el Perú un país sin minería, deben declararse regiones intangibles, por qué, cuáles, quién debe decidirlo?
¿Es la minería una actividad incompatible con la agricultura, qué dice la ciencia, las experiencias en otros países, es viable esto en el Perú?
¿Con qué recursos se financian los servicios públicos y las ayudas sociales en los próximos 5, 10 o 15 años, corto y mediano plazo si se renuncia a la minería, Keynes decía “en el largo plazo todos estaremos muertos”?
¿Es que los recursos de la minería no pueden financiar educación, investigación, ciencia y desarrollo para transformar la matriz productiva del país, en el mediano y largo plazo?
¿Por qué hay países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, entre otros que regulan sus actividades extractivas y son altamente eficientes, cuál ha sido el rol del Estado?
¿Es el Estado ineficiente “per se”, qué pasa en Canada, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Sudáfrica… entre otros países?