Hacia la quincena de septiembre apareció una noticia que llamó mi atención, era la vigésima tercera (23) víctima de suicidio entre el personal de France Télécom, en menos de 18 meses, más de un suicidio por mes. La empresa de telecomunicaciones más grande de Francia, clasificada sexta a nivel mundial en el 2008, según la revista Fortune(1), con ingresos totales de US $ 72,488 millones, vivía una ola de suicidios en su organización.
La noticia ha remecido Francia, al punto que el Ministro de Trabajo tuvo que convocar al Presidente de la compañía para que informara sobre la delicada situación y planteara medidas frente a esta tragedia humana, que había dejado de ser un drama individual o si se quiere familiar, como puede ser la determinación de auto-eliminarse, sino sobre todo frente al síntoma de un problema social, mucho más profundo y mucho más complejo.
Esta noticia que bien podría perderse dentro de la crónica roja de los diarios sensacionalistas, me pareció muy oportuna por varias razones, voy a mencionar sólo dos. Uno, la evidencia de que la crisis económica no sólo afecta los bolsillos de las personas, sino también su psiquis. Esto resulta importante para recordar y desmentir a los tecnócratas cultores de la economía positiva, adoradores de las cifras e indicadores macroeconómicos.
Aquellos olvidan el carácter de ciencia social que tiene la economía, perdidos en la abstracción matemática, como si las personas no existieran. Sobre esto conversaba con una joven amiga, economista también, quien acaba de terminar el primer año del Master en Economía Aplicada, aquí en una universidad francesa. Yo la veía, y me veía yo a su edad, muy contenta con lo aprendido en los cursos de maestría, como si la verdad se revelara, solo para algunos iniciados. Como la mayoría de mis amigos analistas, mi joven amiga, gozaba hablando de las nuevas teorías económicas, los modelos económicos, los últimos gritos de la econometría y las matemáticas para economistas. Debo reconocer que me atraen y creo que son herramientas muy útiles y potentes en el análisis económico. Pero, debo dejar claro que es muy peligroso creerlas un fin en si mismo, porque deshumanizan la reflexión económica, limitando la discusión a cuál es el nivel tolerable de inflación, desempleo, tasas de interés o crecimiento del PIB.
Esta deshumanización de la economía se ha impuesto en la mayoría de las escuelas de economía del mundo, el Perú y Francia, mucho menos, no son una excepción. Bajo la falacia de hacer “Ciencia Económica” se oculta la realidad de las mayorías pobres y excluidas de la economía moderna. Se olvida que el análisis económico es una herramienta metodológica, es decir el estudio de algunas “partes” aisladas de la economía, con el fin de comprender el problema específico en mayor profundidad, lo que no debería implicar olvidar el todo. Es decir que, un elefante no es sólo una trompa, por más que esta lo caracterice.
La segunda idea que llamó mi atención fue la del culto del Management, algo que para muchos sonará mucho más “Light” que la ya dudosa “ciencia económica” pero que, pese a todo, tiene una importancia vital en la carrera de las organizaciones por alcanzar una alta “permormace”, que les permita seguir compitiendo en el mercado global, cada vez más sangriento, literalmente hablando.
En Francia los trabajadores han denominado el estilo de la administración de France Télécom, como el “Management del Terror”(2). El estilo de Management esta muy ligado a la estrategia de la organización, la que a su vez conecta los objetivos y metas que se esperan alcanzar, esto va a determinar la forma que va a tomar la organización. Esto se materializa o evidencia en diferentes formas que puede tomar un organigrama, con los niveles más o menos jerárquicos, más o menos verticales. Todo esto va a influir directamente en los niveles de exigencia y presión que recae sobre las personas que conforman la organización. Estos son algunos elementos que influyen en las relaciones sociales que se desarrollan al interior de una organización.
En una empresa privada, estas relaciones están determinadas por la propiedad: propietarios y trabajadores asalariados. Sin embargo, las relaciones entre asalariados son también complejas, dado el rol o la función que realizan dentro de la organización. Es decir, se establecen niveles jerárquicos entre trabajadores, y a cada nivel le corresponde también un nivel de responsabilidad, en correspondencia con las metas que espera lograr la empresa.
Algunos al analizar el caso France Télécom lo reducen a un problema de stress laboral, pero se deja de cuestionar, el que desde mi punto de vista es, el problema de fondo, la estrategia corporativa de la empresa. Al revisar el resumen de la estrategia de France Télécom, colgada en su página web, no se encuentra ningún objetivo o meta que este relacionado directamente con sus actuales trabajadores y sus condiciones de trabajo o, mucho menos, de vida. En materia de “recursos humanos” sólo pudimos encontrar algunas frases relacionadas con la selección y reclutamiento de nuevo personal. Lo anterior generaría una presión adicional para los actuales trabajadores.
Es evidente que los intereses de una empresa privada, cuya finalidad es el lucro, es decir aumentar su nivel de ganancias y rentabilidad. No van a alinear sus estrategias corporativas con las expectativas de los trabajadores, si no encuentra en ello una tasa de retorno atractiva. Por esta razón, este y otros casos más, ponen en cuestión la aplicación de las nuevas teorías de Management que, finalmente son sometidas por la lógica de la economía de la competencia, la cual reduce las tasas de retorno, frente a lo cual las empresas siempre optan por reducir costos, aunque para ello se ponga en peligro la estabilidad económica, emocional y familiar de sus trabajadores.
El caso de France Télécom es más llamativo, debido a que ocurre dentro de una sociedad como la francesa, donde la idea del derecho esta presente en todos los niveles de la sociedad, con un Estado mucho que participa abiertamente en la economía, además de un estilo de management mucho menos agresivo que el aplicado por sus pares norteamericanos o japoneses, regidos más por las normas del mercado y donde las tasas de suicidio laboral son mucho más altas, tanto que en el Japón ya lo califican como “accidente laboral”.
1 Fortune From the July 21, 2008 issue. Revisado en http://money.cnn.com/magazines/fortune/global500/2008/industries/157/index.html
2 “Management del terror” es la traducción libre de “Management par la terreur” que es como los trabajadores han declarado en los diferentes diarios franceses.